Hola amigos. Estoy en ayunas desde ayer, alicaído por un par de temas y mortalmente aburrido. Vamos, que se dan todos los factores para que abra el word y vomite algo. Como no lo iba a acabar leyendo nadie, lo escribo aquí y, para el caso, patatas.
Aprovecho para abrir alguna vía de discusión a ver si con suerte echo la tarde sin pensar en nada.
El caso es, compañeros de la nave del foro ligue, que tengo la polla a kilómetros de distancia de mi corazón. A las que quiero no las quiero follar y a las que quiero follar no las quiero. Por algún motivo que se me escapa, tus parejas acaban por querer ser tu madre. Y yo ya tengo una madre, que es como diez millones de madres juntas, que todo lo absorbe. No quiero otra madre.
Yo soy, ante todo, una persona muy empática. También ejerzo un extraño poder sobre el que no tengo ningún tipo de control. Todas las chicas se acaban por enamorar de mí. Y yo, en mi infinita estupidez acabo por sentir por ellas una especie de sentimiento reflejo. Y es cuando todo se acaba. En ese momento dejo de sentir deseo por ellas. Tal vez porque algo dentro de mí me dice que es algo incestuoso. Quién lo sabe, tengo una cabeza muy jodida.
Es muy extraño, por un lado necesito abrazos y besos, esas cosas. También, de algún modo, necesito que ejerzan cierto control sobre mí. Supongo que es una especie de síndrome de abstinencia mezclado con el de estocolmo, de veras que no lo sé, si no me siento querido y controlado no estoy tranquilo. Pero tambíen necesito escapar de eso. Es como si la lucha por escapar de ese control marcara mi vida, si finalmente me zafo busco otra persona de la que escapar. Y luego otra.
Pero no se trata solo de eso. Esas cosas no pasan por mí, yo también paso por ellas. Quiero decir: todas las relaciones me acaban marcando. Me implico y al final cuando consigo escapar me siento desquerido y me hundo, como cualquiera viviría un desamor. Sin embargo, una y otra vez se repite el mismo patrón. Lo racionalizo y sé qué cojones es lo que pasa, pero no puedo evitar vivir una y otra vez lo mismo. He tenido mucha suerte, me han querido, como dicen, con locura. Muchas mujeres. Y siempre igual, siempre he sentido la necesidad de escapar de ahí.
Lo ilustro con un ejemplo muy claro. Esta es una de esas cosas que solo me pasan a mí:
El verano pasado, estaba haciendo un botellón con mis amigos. Sí, en verano me gusta beber en la calle. En invierno también. Vino con un amigo su novia y la hermana de esta. Con esta última chica había tenido una especie de rollo algún tiempo atrás. Ella solo se acostó un par de veces conmigo y se decidió por otro chico que le andaba detrás. Yo, como no podía ser de otra manera, sufrí una crisis narcisista y me obsesioné con ella. Ella nunca lo supo, pero estuve algún tiempo pasándolo mal por ella. El verla allí me recordaba todo aquello. De algún modo podía sacarme la espina, en el fondo me gustaba bastante, pero había pasado esa barrera. Ya no me ponía cachondo, solo quería que me abrazara y me dijera bobadas al oído. Así que me ausenté un par de horas de aquel sitio. Llamé a una amiga y subí a su casa a echarle un polvo.
Más tarde, volví con mis amigos. En la discoteca me encontré con una ex novia. De nuevo me sentí mal. A esta no le destrocé la vida porque era muy joven y aún tenía tiempo para recuperarse, pero desde luego puedo decir que lo intenté. Ya me entendeis. Pude intentar resarcirme de algún modo. Pude haber dicho o hecho muchas cosas. En su lugar, me llevé a una rubia a casa y le eyaculé toda la mierda que guardaba dentro. De nuevo, dos veces en la misma noche, mi corazón estaba en la luna y mi polla en marte.
Joder, soy un desastre.
Aprovecho para abrir alguna vía de discusión a ver si con suerte echo la tarde sin pensar en nada.
El caso es, compañeros de la nave del foro ligue, que tengo la polla a kilómetros de distancia de mi corazón. A las que quiero no las quiero follar y a las que quiero follar no las quiero. Por algún motivo que se me escapa, tus parejas acaban por querer ser tu madre. Y yo ya tengo una madre, que es como diez millones de madres juntas, que todo lo absorbe. No quiero otra madre.
Yo soy, ante todo, una persona muy empática. También ejerzo un extraño poder sobre el que no tengo ningún tipo de control. Todas las chicas se acaban por enamorar de mí. Y yo, en mi infinita estupidez acabo por sentir por ellas una especie de sentimiento reflejo. Y es cuando todo se acaba. En ese momento dejo de sentir deseo por ellas. Tal vez porque algo dentro de mí me dice que es algo incestuoso. Quién lo sabe, tengo una cabeza muy jodida.
Es muy extraño, por un lado necesito abrazos y besos, esas cosas. También, de algún modo, necesito que ejerzan cierto control sobre mí. Supongo que es una especie de síndrome de abstinencia mezclado con el de estocolmo, de veras que no lo sé, si no me siento querido y controlado no estoy tranquilo. Pero tambíen necesito escapar de eso. Es como si la lucha por escapar de ese control marcara mi vida, si finalmente me zafo busco otra persona de la que escapar. Y luego otra.
Pero no se trata solo de eso. Esas cosas no pasan por mí, yo también paso por ellas. Quiero decir: todas las relaciones me acaban marcando. Me implico y al final cuando consigo escapar me siento desquerido y me hundo, como cualquiera viviría un desamor. Sin embargo, una y otra vez se repite el mismo patrón. Lo racionalizo y sé qué cojones es lo que pasa, pero no puedo evitar vivir una y otra vez lo mismo. He tenido mucha suerte, me han querido, como dicen, con locura. Muchas mujeres. Y siempre igual, siempre he sentido la necesidad de escapar de ahí.
Lo ilustro con un ejemplo muy claro. Esta es una de esas cosas que solo me pasan a mí:
El verano pasado, estaba haciendo un botellón con mis amigos. Sí, en verano me gusta beber en la calle. En invierno también. Vino con un amigo su novia y la hermana de esta. Con esta última chica había tenido una especie de rollo algún tiempo atrás. Ella solo se acostó un par de veces conmigo y se decidió por otro chico que le andaba detrás. Yo, como no podía ser de otra manera, sufrí una crisis narcisista y me obsesioné con ella. Ella nunca lo supo, pero estuve algún tiempo pasándolo mal por ella. El verla allí me recordaba todo aquello. De algún modo podía sacarme la espina, en el fondo me gustaba bastante, pero había pasado esa barrera. Ya no me ponía cachondo, solo quería que me abrazara y me dijera bobadas al oído. Así que me ausenté un par de horas de aquel sitio. Llamé a una amiga y subí a su casa a echarle un polvo.
Más tarde, volví con mis amigos. En la discoteca me encontré con una ex novia. De nuevo me sentí mal. A esta no le destrocé la vida porque era muy joven y aún tenía tiempo para recuperarse, pero desde luego puedo decir que lo intenté. Ya me entendeis. Pude intentar resarcirme de algún modo. Pude haber dicho o hecho muchas cosas. En su lugar, me llevé a una rubia a casa y le eyaculé toda la mierda que guardaba dentro. De nuevo, dos veces en la misma noche, mi corazón estaba en la luna y mi polla en marte.
Joder, soy un desastre.