Werther
Veterano
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- 16 Mar 2004
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Probad lo siguiente:
Colocaros encima de vuestra novia o mujer seducida de turno. Situad vuestras manos sobre sus muñecas de tal manera que no pueda moverse; pero siempre sin hacerle daño, aunque, eso sí, debe sentir la presión de vuestra superior corpulencia. Quedaros mirándola fijamente con una leve sonrisa en los labios. Acto seguido preguntadle: “¿Qué prefieres o que yo haga lo que tú quieras o que tú hagas lo que yo quiera? La condición es que debe ser un acto sexual que se salga de lo normal. Además, no puedes contestar que no prefieres ninguna de las dos proposiciones, eso me obligaría a hacer lo que yo quisiera. Decide amada mía”
Os puedo asegurar que las respuestas son de lo más inesperado.
Colocaros encima de vuestra novia o mujer seducida de turno. Situad vuestras manos sobre sus muñecas de tal manera que no pueda moverse; pero siempre sin hacerle daño, aunque, eso sí, debe sentir la presión de vuestra superior corpulencia. Quedaros mirándola fijamente con una leve sonrisa en los labios. Acto seguido preguntadle: “¿Qué prefieres o que yo haga lo que tú quieras o que tú hagas lo que yo quiera? La condición es que debe ser un acto sexual que se salga de lo normal. Además, no puedes contestar que no prefieres ninguna de las dos proposiciones, eso me obligaría a hacer lo que yo quisiera. Decide amada mía”
Os puedo asegurar que las respuestas son de lo más inesperado.