Viajes Viajes desastrosos

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mundele

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8 Mar 2004
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No sé cuántos de ustedes han salido de su ratonera, de su ciudad o de su país, y han emprendido un viaje que en un principio prometía ser una maravillosa experiencia y que al final ha resultado un completo desastre. El caso es que hoy me he echado unas risas con las dos personas con las que en agosto de 2004 compartí uno de mis más caóticos viajes.

Las risas han venido a colación de dicho viaje y de que seguimos vivos para contarlo. Hoy me apetece escribir sobre ello y creo que si hay un subforo donde hacerlo, sin duda es éste.


Viaje planificado: travesía en velero desde la costa tarraconense hasta la isla de Formentera. Distancia aprox: 140 Nm

Isla de Formentera
formentera.gif


Tripulación: 3 tripulantes (Marinero, Patrón 1 (un servidor) y Patrón 2).

Tiempo estimado de la travesía: 21 horas

(Las horas son a título informativo, con relativa precisión):

07-00: Comprobado el parte meteorológico para la zona, zarpamos con un sol espléndido. Mar rizada y viento suave del través. A media milla de la costa y ya con el rumbo correcto, desplegamos el velamen y paramos motor. Todo como la seda. El mar parece picarse un poco pero no prestamos importancia; el servicio meteorológico dice marejadilla y debemos creerlo. :roll:

08-30: Avisado por radio el puerto de nuestra partida y destino, unos bocatas y unas cervezas caen como Dios. El marinero no parece opinar lo mismo, pone cara de estar mareándose. Dos biodraminas vía rápida y a esperar que hagan su efecto.

11-00: Nuestro marinero no da tiempo a que las pastillas hagan efecto y le acompaña Patrón 2 a Sotavento a echar la grava por la borda. El mar se endurece por momentos y las rachas de viento nos obligan a quitar trapo (recoger un poco la vela). Marinero echa por la borda hasta la primera papilla. :93

18-00: El estado de la mar es asqueroso. Nuestro rumbo nos hace recibir las olas casi de costado, situación que nos obliga a cambiar de rumbo para recibirlas por la proa. Hemos dicho a Marinero que se baje a un camarote y se quede allí. Tras vomitar una caja de pastillas desistimos y le tumbamos en una cama y le ponemos un cubo para que vomite. No tenemos parches de escopolamina, gran error.

21-00: A unas 80 millas de la costa tarraconense y anocheciendo, Patrones 1 y 2 decidimos desviarnos unas 30 millas al Este y dirigirnos al archipiélago de Columbretes, único refugio con puerto natural para pernoctar y escapar de lo que iba a ser nuestro infierno particular las próximas 7 horas.

Islotes Columbretes
columbretes2.jpg


21-30: Decidimos no desviarnos y continuar. Marinero está estable en el camarote, si entendemos por ello vomitar continuamente y dormir a intervalos irregulares por puro agotamiento. El mar parece enfurecido por nuestra decisión y el viento excesivo para ir a vela. Arriamos todo el velamen y arrancamos motor.

23-00: Noche cerrada. Patrón 1 y Patrón 2 nos turnamos al timón. El barco se eleva en cada ola y cae tras ella dando un pantocazo y levantando un roción de agua cálida que va a parar enteramente al timonel de turno, que asegurado por el arnés a ambos lados se sujeta como una marioneta al timón. Vistazos continuos al GPS para ver lo que nos separa de nuestro destino, que ya no fijamos en Formentera sino en San Antonio, isla de Ibiza. Según el aparatito nos quedan 5 horas infernales.

01-00: Patrón 2 baja frecuentemente a cambiarse de ropa, que a pesar del traje de agua los rociones nos calan hasta los gallumbos. Al final acaba con toda su ropa empapada y, con su última muda, se acurruca frente a la escotilla de entrada a la cubierta inferior tiritando de frío. Patrón 1 ya pasa de cambiarse de ropa y sigue al timón.
De repente, como salida de la nada, una ola de mayor magnitud que todas las que la precedieron e imposible de ver en la noche, levanta el casco del barco y lo deja caer tras de sí, produciendo un terrible impacto con el casco cayendo plano contra la superficie del agua. Se nos hiela la sangre. Patrón 2 se pone al timón y yo bajo a la cubierta inferior para evaluar daños; sinceramente, pienso que el casco se ha partido en dos.
Bajo tan precipitadamente las escaleras que una segunda ola traicionera me hace volar -literalmente- y aterrizo sobre la mesa del comedor. Me agarro a ella y un nuevo y brusco balanceo hace que arranque la mesa de sus anclajes y me la ponga por sombrero.
Marinero se despierta por el estrépito pero desde debajo de la mesa le digo que estoy bien; consigo sacarme la puta mesa de encima y la amarro como puedo para que no vaya dando bandazos. Canal de socorro en la radio por si hay que mandar un may-day.
Inmediatamente después voy levantando las tablas del suelo para inspeccionar el casco, creyendo que encontraré una vía de agua en la sentina. Increíble, el casco de fibra ha aguantado estoicamente la sacudida. Subo de nuevo con Patrón 2.

02-00: En la noche se dibuja la costa fantasmagórica de la isla de Ibiza. Llegamos muy al Norte porque la corriente ha acabado por arrastrarnos y debemos corregir el rumbo. Se vislumbran algunas luces en la costa e identificamos el faro de San Antonio, nuestro ansiado destino. Nos mantenemos a unas dos millas de la costa y, siguiendo el rumbo que nos indica el GPS costeamos para llegar a puerto. Marinero vomita bilis; el cubo hace horas que acabó volcado en el suelo, Patrón 2 está al timón y Patrón 1 le hace compañía, más que nada para vigilar que no se duerma, aunque los dos estamos agotados.

03-00: Algo no me cuadra. Se supone que nos dirigimos a San Antonio pero no vemos el faro ya. Los dos GPS que llevamos han acabado fuera de servicio por el agua del mar, que se mete por los compartimentos mal sellados de las baterías. La última anotación de nuestra posición la recordaba de hacía una media hora. Le digo a Patrón 2 que bajo a la mesa de cartas a hacer unos cálculos.
No sin dificultad y a falta de GPS, despliego la carta náutica y sitúo de memoria sobre ella nuestra última posición y la hora aproximada. Por el rumbo que llevamos, el correcto para ir en línea recta hasta San Antonio y tan pegados a la costa, observo con estupor el motivo por el que no vemos el faro: entre nosotros y nuestro destino hay un cabo, un saliente enorme e invisible que tapa toda visibilidad. Y eso a 1 milla enfrente de nosotros. Subo a cubierta y le digo a Patrón 2 que corrija 50 grados a estribor o nos comemos la isla.

Cap Negret, donde por poco no hicimos moto-cross
SANT-ANTONI-DE-PORTMANY.png


03-30: Salvado el cabo dichoso volvemos a ver la luz del faro y un resplandor en la costa. Bueno, veo, porque Patrón 2 malduerme en el suelo de la cubierta tiritando de frío, al igual que Marinero en su camarote, a quien veo a través de una pequeña escotilla. Sujeto por dos anclajes voy colgado del timón por las muñecas; poco a poco el mar va perdiendo bravura y me cruzo con el primer barco en toda la travesía: un ferry que parece dirigirse al mismo destino que nosotros.

04-00: Con Marinero y Patrón 2 dormidos, experimento una de las sensaciones más placenteras que he sentido en toda mi vida. Ni todos los orgasmos que he sentido en mi vida juntos pueden igualar lo que estoy sintiendo. En cuestión de quince minutos, pasamos del infierno absoluto al paraíso. Entrar a la bahía de San Antonio, aguas absolutamente calmadas, las luces del pueblo e incluso la música del Cafe del Mar llegando a mis oídos... si hay un cielo, un paraíso, sin duda es como esto.
Despierta Patrón 2 esta vez por la inusual calma; intercambiamos una mirada mezcla de extenuación y alegría extremos. Se pone al timón y bajo a pedir amarre por radio al puerto. Nadie contesta a mis repetidas llamadas (debía estar lleno), pero francamente nos da igual. Ya fondearemos donde sea. Marinero me pregunta también que qué pasa, creyendo que aquella calma se debe a que nos hemos hundido. Le tranquilizo y llora de alegría.

04-30: A distancia de colchoneta de la playa, Patrones 1 y 2 iniciamos la maniobra de fondeo. Ancla al fondo y control de garreo. Paramos motor y, más muertos que vivos, nos echamos a dormir.

Fin de la pesadilla.

Al día siguiente despertamos, repostamos y salimos rumbo a Formentera sin problemas, nos pegamos unas vacaciones de putifa y volvimos haciendo la travesía inversa sin problema alguno, en compañía de delfines, petroleros y alguna que otra tortuga marina.


Desde entonces, día que nos vemos, día que nos loleamos con los detalles de aquel viaje que pudo acabar de forma trágica y, sin embargo, se convirtió en una de las experiencias más maravillosas de mi vida.


Desde este hilo de futuro incierto, les invito a postear sus más accidentadas experiencias viajando arráun de güél. Seguro que más de uno tiene una historia negra que contar.

Venga, anímense a contar sus owneds vacacionales :1



Koniec
 
Tremenda travesía. Si hay algo a lo que le tengo un respeto cerval es el mar. Mi atábica pesadilla transcurre aferrado a algún resto flotante esperando el torrente de endorfinas que anuncia la última bocanada de aire antes de la hipotermia. Fruto todo ello sin duda de leer a Stevenson a una edad poco recomendable.

De haber ido con usted probablemente hubiera tenido un Marinero 2 que agregar a la historia.
 
El mar siempre me ha dado un miedín de la hostia, y un ex suegro mio que era capitan de barco las historias que me contaba su hija me flipaban la de dios, xq para mi la mayoría de las cosas que no se pueden controlar me dan cierta aversión.
 
Me ha gustado mucho la historia y cómo la cuentas, da la impresión de haber estado allí...
 
Dicen que el mar, navegar a vela es sinónimo de libertad. Yo discrepo. Eso sólo es para cuando el tiempo es perfecto y el estado de la mar óptimo. Cuando se está sobre un cascarón a merced de olas, corrientes, vientos y tormenta, y el casco cruje a cada sacudida, uno se siente vendido, de todo menos libre.

Me alegro de que les haya gustado.
 
Lo que me ocurrió a mí es mas triste que loleante.

Un fin de semana como otro cualquiera, pero más aburrido que de costumbre, porque no había nada que hacer, mi novia de por aquel entonces y yo decidimos hacer una escapadita a Portugal. Hasta ahí todo bien. Teníamos un buen coche y había bastantes ganas, así que nos ponemos en marcha.

Pasamos Sevilla, atravesamos Huelva y, por fin, llegamos a Portugal. Llevabamos 20 minutos en Portugal, y ni un alma...30 minutos...casi 1 hora, y todo igual, una mierda de carretera secundaria y ni un puto pueblo en el horizonte, cuando, de repente, ¡oh, sorpresa!, suena el aviso de que estamos en reserva. Lo mejor es, que en todo el tiempo que estuvimos invadiendo el pais vecino, no recordábamos haber visto una sola gasolinera, por lo que hicimos el trayecto que separaba el misterioso punto en el que nos encontrábamos y la primera gasolinera que hay en Huelva a 60 por hora. Si no recuerdo mal, fue en torno a una hora y media de una angustia sofocante.

Es evidente que nos pérdimos, lo se.

Ni que decir tiene que llegamos de chiripa (de hecho, yo ya me veía empujando el coche o algo) y que se nos quitaron las ganas de viajar a Portugal, a mí por lo menos.

La historia no es tan electrizante como la del amigo Mundele, pero para mi supuso una auténtica pesadilla de la que aun tengo un recuerdo nauseabundo.
 
eso de estar en reserva en medio d ela nada y suplicar por que aparezca una gasolinera tb lo he vivido yo. Es bastante angustiante la verdad. a mi me pasó de noche, lloviendo y con un frio del carajo. Pero al final las hermosas luces de petronor aparecieron.
 
Me paso lo mismo en Jordania, estuvimos a punto de quedarnos sin gasolina bajando del Mar Muerto a Wadi Musa (Petra), hubo minutos angustiosos, en los que bajamos en punto muerto, marchas largas para apurar al limite, al final nos encontramos a un grupo de arabes en una jaima, les preguntamos acerca de gasolina, se descojonaron de nostros y nos dijeron que teniamos una ya a la vuelta de un monticulo. La verdad que estar perdido en mitad de la nada, en un pais desconocido y irte quedando sin sopa da cague.
 
A mí lo que me pasó es que llegué a Formentera sin mi amigo y su hermana, que perdieron el barco en pos de una cinta de super 8, y al llegar al puerto, con unos nubarrones veraniegos que no anticipaban nada bueno, intentar alquilar un coche (pensábamos hacer vívac y dejar las cosas dentro del coche). Claro, me olvidé de que mi amigo era el que llevaba el carnet de conducir y no me dieron ni una triste moto...cargado con un macuto infernal, en bici, solo, buscando aposento donde pasar la noche tormentosa. Tuve que alquilar una habitación doble para dormir yo solo y al final hasta me lo pasé bien (ya que no llovió hasta las 2 de la madrugada y me puse ciego de hierbas ibicencas con un colega de la uni que encontré), pero pasarlo mal, lo pasé un rato
 
Grandísimo relato Mundele, bien expresado y explicado todo ha conseguido que "viviera" la historia.

El tema de la gasolina también me pasó a mí, un verano, de noche, por la provincia de Almería, creo que pasé por 4 o 5 gasolineras cerradas, y cuando la aguja estaba totalmente horizontal, sin nada en el depósito (yo creo que quedarían gotas) apareció una, que fue como ver a la virgen maría vestida del Barça y con la cara de Messi bajar del cielo.
 
mundele rebuznó:
Relato marinero

Joder, su relato me ha puesto los pelos de punta, y me ha mantenido en tensión durante los momentos críticos de la historia. El mar me da muchísimo respeto, y por eso me dan yuyu estas historias.
 
Cambiad el título del hilo por "el viejo y el mar" :lol: . La verdad es que recuerda un poco al libro, y cuentan las malas lenguas que mundele nació en tiempos del Caudillo.
 
Te envidio. Tu eres un hombre y yo siempre seré un niño. Nunca tendré el escroto lo suficientemente holgado como para echarme a la mar y sobrevivir a un piélago embrabecido y hóstil descargando toda su furia contra mi. Pocas cosas definen mejor la categoria de un hombre que su capacidad para enfrentarse a la violencia de una naturaleza brutal y salir victorioso. Es el triunfo de la fragilidad humana convertida en una voluntad obstinada e indomable sobre la fuerza primigena del oceáno.

Dos autores me han venido a la memoria al leer tu excelente y aleccionador relato: Jack London y Joshep Conrad. En concreto me has recordado a Lobo Larsen manejando el timón del Fantasma, impasible , hiératico y superlativo en medio de la colisión de potencias conjuradas contra él.
 
Mayayo rebuznó:
Estamos a la espera de una nueva entrega pero esta vez aqui como un buen lobo marino:

YouTube - Sailing off of Cape Horn

;)

Muchos de los urbanitas que van de duros y tal llorarian y temblarian como ninyas en un temporal marino.

Cuando tenga algo de ganas, contare un par de historias de adolescente metido en un dos buenos berenjenales: una en el Pirineo y otra en la sierra de Guadarrama.

Saludos.


Joder, tengo unas fotos ACOJONANTES de un temporal, pero no sé colgar las fotos desde el escritorio...AYUDA!!!
 
toxicosmos rebuznó:
Joder, tengo unas fotos ACOJONANTES de un temporal, pero no sé colgar las fotos desde el escritorio...AYUDA!!!

Primero tienes que subirlas a un hosting, profe. Te recomiendo abrir una cuenta en Photobucket, de ahí ya te vendrá todo rodado.
 
Fotos temporal

_ICARVS_ rebuznó:
Primero tienes que subirlas a un hosting, profe. Te recomiendo abrir una cuenta en Photobucket, de ahí ya te vendrá todo rodado.


Gracias, tio!!! Aquí, en mi tierra, los temporales son más o menos habituales en algunas fechas, esta ola es real, se cargó un dique de madera y pasó por encima del faro...
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xavixu
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Ahora sólo tienes que encajar la url de las fotos entre estas dos cajas de ésta forma: [ IMG ]http://www.url.com[ /IMG ] sin los espacios que he dejado yo entre los corchetes de las cajas y su contenido :lol:
 
Ya las he arreglado yo apañando las uerreeles y poniendo las cajas de .

La ola es real, ser farero ahí debe ser un auténtico asco :lol:

Se llegan a amar los faros navegando de noche al identificarlos y sentirse amparado por ellos. Cuando tenga tiempo -y lo encuentre- colgaré un fragmento de vídeo de la travesía del año siguiente, del momento en que se rompe el enrollador del Génova (la vela de delante) y con el barco al pairo intento arreglarlo. Angustioso. :93
 
mundele rebuznó:
Ya las he arreglado yo apañando las uerreeles y poniendo las cajas de .

La ola es real, ser farero ahí debe ser un auténtico asco :lol:

Se llegan a amar los faros navegando de noche al identificarlos y sentirse amparado por ellos. Cuando tenga tiempo -y lo encuentre- colgaré un fragmento de vídeo de la travesía del año siguiente, del momento en que se rompe el enrollador del Génova (la vela de delante) y con el barco al pairo intento arreglarlo. Angustioso. :93[/quote]

Gracias por el arreglo.:roll: No creas, sólo pasa 2 o 3 veces al año, es el Mediterráneo, en concreto el Puerto de Andratx. El farero, en Joan de's Faro, buena persona, un hombre discreto...
 
Joder mundele, gran relato, uno se caga encima solo con leerlo.

En mi familia hay un barquito de pesca, 10m de eslora con 2 motores de 150cv cada uno, no tiene que ver nada con un trapero, no se hace travesía, pero a veces se va a mas de 50 millas a buscar atun.

En esas circunstancias, cuando la cosa se pone fea, contar con motor es vital, sino estas a merced del mar...

Mi enhorabuena por conservar la calma, yo cuando las olas son de mas de 1,8m, me cago en todo y juro que nunca volvere a salir...uno se siente muy vulnerable ahi fuera..
 
Enhorabuena por la historia, Mundele. A mí en un viaje en barco dando la vuelta a Ibiza me cayó un rayo en el barco. Estaba anclado en una playa y yo estaba en la orilla. De repente se levantó una tormenta de la hostia y vi caer el rayo sobre el mástil. Al lado de su historia es una mariconada, pero yo, como hombre mesetario, me acojoné vivo, oiga. También es cierto que debía tener unos 12 años.
 
[mode pequeño saltamontes]El viaje mas desastroso es aquel que no hacemos y por el que el alma se nos reconcome cada dia , agobiandonos por nuestra incapacidad para emprenderlo[/mode casa de la pradera]
 
No he encontrado el vídeo que les comentaba con el barco al pairo y yo en proa intentando arreglar el enrollador de Génova, pero vamos, que básicamente era yo, asegurado a la línea de vida en proa, con una vela por encima de mi cabeza barriendo la cubierta y dando unos hostiones del carajo por el viento, y el barco levantándose en cada ola y sumergiéndose la proa completamente al bajar, conmigo enganchado.
Luego en el audio del vídeo me di cuenta de que habían estado apostando sobre mi suerte, los hideputars :lol:

Como Mayayo no se anima a contar sus infortunios por el Pirineo, contaré yo uno, que por allí tengo varios.
 
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