No te falta razón, Benito, y cuando la tienes, se te da. Ahora, como te digo una cosa, te digo la otra; habemos algunos que no damos tanta importancia a las tetas. Tú es que estás aún sin destetar de tu madre, estás muy enmadrado, eres casi un lactante psicológicamente.
Es cuestión de gustos, bueno, más que de gustos es de prioridades. De ordenar las prioridades, más concretamente. Para mí, lo primero es la armonía y la forma de pera o de guitarra, luego un culo bonito, una cara bonita (sobre todo los ojos), luego los hombros y las caderas, o mejor dicho, la proporción entre ambas partes. Luego ya está todo el tema ese de tetas, pelo, tez; en fin, cosas que envuelven a los chochos.
No sería capaz de follar con una tía de esas que tienen las tetas gigantes pero que luego tienen más espalda de culo. No.
Tampoco podría follar con una nadadora super guapa que tuviese más espaldas que yo, un culine, y andase toda abierta como si los huevos la rozasen. Tampoco.
Yo para follar a gusto necesito que el culo sea bonito, pequeñito y respingón, pero redondo. Abierto lo justo, que se pueda meter la punta de la nariz y la lengua apartando un poco las cachas. Un chocho también bonito, una pelvis correcta y abierta en proporción áurea con el cuerpo. Cinturita, es primordial la cintura estrecha porque en mi mente es sinónimo de hembra virgen o con pocos partos. La ingle debe de ser plana, no me gusta que la tengan hinchada, me da la sensación de que están con la regla o algo y por eso está inflamada.
Por supuesto ni que decir tiene que al meter la lengua en el chocho, eso debe de saber igual que el néctar de una flor. El agujero del culo debe de tener forma de asterisco, que diría aquel forero, y un sabor algo dulzón.
Si de por medio hay buenas tetas, mejor, miel sobre hojuelas, pero si no hay tetas y solo de palpa un pequeño pezón apenas sacada, pues no pasa nada.
Pero no quiero discutir sobre esto, ya te digo que es cuestión de gustos.