Por eso cuando alguien se queja de que no liga porque es feo (consultar el Rapiñas para más información) se que es mentira, que hay algo más, que no es sólo su físico mermado y lleno de tachaduras lo que le deja en la cuneta de la autopista feliz que conduce al coño. Además de feo es tonto, o cobarde o aburrido o le apesta el corazón. La tolerancia de las mujeres hacia las taras estéticas de los hombres (mirad si no la cantidad de feos-gordos-calvos con hembras absolutamente correctas) es fabulosa, casi angelical. Su permeabilidad a otro tipo de valores, económicos, sociales o humanos abre un mundo de posibilidades a todos aquellos no fueron agraciados con las virtudes de los efebos.
Una mujer de 5, siempre será una mujer de 5. Su bondad o su patrimonio no la hacen subir la nota, no podrá disimular sus deficiencias fisicas contrarrestándolas mediante el talento, la fama o las obras sociales. Tetas y culo es la única forma de subir en la escala, de mejorar su puesto en la jerarquia. La silicona y la liposucción son los medios que darán más lustre a su rango. En cambio con los hombres es distino. La puntuación con la que nos valoran las hembras es relativa, sujeta multitud de factores tremendamente subjetivos como nuestra predisposición al compromiso, nuestro sueldo, nuestra sociabilidad o nuestra capadidad para liderar al grupo. Un feo, que sepa venderse, mostrar seguridad, confianza y disponga de medios económicos adecuados, subirá su nota hasta cotas solo accesibles a los modelos de D&G.
Pablo Pineda, y yo me alegro de que sea asi, tiene la oportunidad de ser amado sincera y plácidamente por una mujer de buen corazón. Es difícil, pero no imposible. El caso contrario no se daría jamás. Ningún hombre razonable, mentalmente sano, daría su corazón y su vida a una downie por muy sobresaliente y cabal que fuera. ¿Se la follaria? Sin duda. ¿Se enamoría como un polluelo de mama gallina? Antes se dejaría cortar la polla.