Es público y notorio, hasta para altriciales neonatos, con el culillo como helado de fresa y chocolate, que nadie en su sano juicio pretendería morir con los pulmones limpios. Hay que ser gilipollas.
Ya lo decía mi abuelo:
"Lo que folles, fumes y bebas,
en la polla te lo llevas"
Ah, qué recuerdos, amiwitos... Rondarían los años 50; mis ilustres colegas y amigos -Ochoa, Azpitarte, Olóriz, etc.- y un servidor de ustedes, solíamos, nada más salir del Hospital de la Inmaculada, ir a un restaurante de 5 tineores y ponernos hasta el culo de buenas viandas y mejor vino. Después llegaba el cameraman, el sr. Moriarty, con una bandeja de Caldos de Gallina, Ideales, Celtas -sin boquilla, comme il fault-,... Ah, qué tiempos...
Después le echábamos un polvo a la Montiel, pero eso es ya otra historia.