15 de frank miller

karpov rebuznó:
por cierto, en los Imax de los cojones nada de nada ¿no? ahí siguen con los documentales de hace la tira ...

Acabo de llegar de verla en IMAX, y llevaba ya mínimo dos semanas.
 
No, en Imax Málaga, lo cual me hace pensar que si en Málaga está, en Madrid será lo mismo.
 
Vengo de verla y me ha decepcionado bastante.

Llega a cansar.

Los dialogos son pobres, los personajes no te los crees ni te impresionan, sobre todo la mujer. Tambien me esperaba más del Leonidas, que iba a ser el puto amo pero sus palabras no te calan, los discursos son muy manidos. Buscaba impacto, buscaba flipe y no me lo ha dado.

Tampoco nos describe demasiado la vida de Esparta, sus costumbres, sus gentes. No nos pone bien en situación, falta más detalle. De Esparta se ve poco más que una calle y un patio de mierda.

Parten demasiado pronto a la batalla, parece que no tenga nada que contar. Joder quiero detalle, quiero ir con esos hombres a luchar contra los persas, no conformarme con el efecto bala con espadas.

Las batallas son cojonudas obviamente, pero llega a cansar porque a partir de la primera se vuelve a repetir.

El enemigo, el mismo error. Quiero más detalle, quiero que me expliquen bien como es, que me haga una idea de su personalidad interna más alla de lo que piensan los demás de el. Quiero que me despierte odio, sensaciones, algo joder.

Los 299, pues que se yo, como que no recuerdo el nombre ni el rostro de ninguno, bueno miento el del tuerto, pero los demás son practicamente clones, no sabemos nada de sus vidas.

Es una pelicula videoclip. No tiene contenido para llegar ni a los tres cuartos de horas. El director podía haberselas ingeniado para entrenernos un poco más, me ha defraudado.

Como he dicho, he disfrutado de la primera batalla, pero luego he llegado a pensar cuando se acaba, y eso es muy mala señal. Yo sabia a lo que iba, que no iba a ver una gran trama argumental, etc, pero el caso es que un despliegue tecnico tan impresionante debe ir acompañado de unos dialogos trabajados aunque la trama argumental sea simple.

P.D: Sin City me encanto.
 
metadona_user rebuznó:
Es una pelicula videoclip. No tiene contenido para llegar ni a los tres cuartos de horas. El director podía haberselas ingeniado para entrenernos un poco más, me ha defraudado.

Gran párrafo, en efecto con una música cañera de fondo, partiendo del encuentro entre Jerjes y Leónidas y en unos 20 o 30 minutos de trepidante acción habría sido un buen corto.
 
Te habrás quedado a gusto escribiendo el tocho, pero se dice ecléctico.
 
Pues yo me he esforzado pero no he podido leer el mensaje entero :?

@Metadona: Claro que no tienes que creerte los personajes, está basado en un puto cómic, y aunque no lo fuese, eran gentes con otra forma de ser que no encajarían NADA en la sociedad moderna, tampoco te los creerías, y no se ve de Esparta más que una calle de mierda y un patio. Creo que si fuese de otro modo estarías metiéndote con la poca fidelidad de la película al respecto del cómic...
 
yeimsmelocotongigante rebuznó:
Juro que no le he editado el mensaje...
no me lo creo.
quien ha sido el cabrón que lo ha retocado entonces??
creo que estamos ante el record del mundo de patadones al diccionario en menos espacio. :?
esto es un OWNED en toda regla. :D
 
folla-zorras rebuznó:
yeimsmelocotongigante rebuznó:
Juro que no le he editado el mensaje...
no me lo creo.
quien ha sido el cabrón que lo ha retocado entonces??
creo que estamos ante el record del mundo de patadones al diccionario en menos espacio. :?
esto es un OWNED en toda regla. :D
Yo cuando edito un mensaje suelo jactarme de ello. Y creo que soy el unico moderador que lo hace (lo de editar para humillar).
Lo mas chocante es el contraste de lo que dice con como lo escribe. Es como si en la revista Cahiers du cinema escribieran en plan hijos de la Logse
 
Eire rebuznó:

CI.jpg
 
El amigo Reverte está donde tiene que estar


Todavía no he visto 300, la película de Zack Zinder sobre la batalla de las Termópilas. Pero he seguido con atención la polémica sobre la corrección o incorrección social del asunto, los pareceres encontrados sobre el supuesto retrato artero y malévolo de los orientales persas, y los tópicos sobre el honor y la gallardía de los occidentales espartanos. Ha sido interesante asistir a ese contraste de opiniones entre los partidarios de una visión tradicional del acontecimiento, la prohelénica y heroica, frente a la de quienes se expresan desde un enfoque más orientalista o menos eurocéntrico y lamentan que Jerjes y su gente todavía figuren en la Historia como los malos del episodio.

En el debate no han faltado, naturalmente, las alusiones a la crisis entre los valores de la democracia occidental y los que otras culturas sostienen, las alusiones al islam, etcétera. En el que podríamos llamar sector crítico frente a la versión transmitida por las fuentes clásicas, hay opiniones muy respetables, versiones de historiadores que, con el peso de su autoridad y con más o menos eficacia según el talento de cada cual, revisan tópicos, iluminan rincones oscuros, deshacen o cuestionan interpretaciones tradicionales; pero junto a ese análisis serio, académico, se ha dado también, como era de esperar en los tiempos que corren, una intensa agitación del gallinero mediático, empeñado en aplicar al año 480 antes de Cristo los habituales clichés de lo social o políticamente correcto. De manera que junto a ciertos finos analistas, intelectuales de pasta flora, eruditos cutres, tertulianos charlatanes y políticos analfabetos, sólo ha faltado alguien que denuncie a Leónidas y sus trescientos hoplitas ante el tribunal internacional de La Haya por militaristas y xenófobos. Que casi. De modo que van a permitirme, también, opinar al respecto. Eso sí: con un criterio contaminado por el hecho poco objetivo de haber leído en su momento –cada cual tiene sus taras– a Herodoto, a Diodoro de Sicilia y a Jenofonte. A lo mejor ése es mi problema. No hay nada mejor, lo admito, para la objetividad, la equidistancia y la corrección política que no haber leído nunca un puto libro.

A ver si lo resumo bien: eran los nuestros, imbéciles. Aunque siempre sea mentira lo de buenos y malos, lo de peones blancos y negros sobre el tablero de la Historia, lo que está claro, películas y paralelismos modernos aparte, es el color de los trescientos lacedemonios y los setecientos tespieos que libraron el último combate contra los doscientos mil persas que los envolvieron y aniquilaron en el paso de las Termópilas. Pese a su militarismo, a las crueles costumbres de su patria, a que los enemigos no eran afeminados o malvados, sino sólo gentes de otras tierras y otros puntos de vista, los soldados profesionales que peinaron con calma sus largos cabellos antes de colocarse encima treinta y cinco kilos de bronce y cerrar filas dispuestos a cenar en el Hades –Leónidas sólo llevó a los que tenían en Esparta hijos que conservaran la estirpe–, riñeron aquel día como fieras, hasta el último hombre, conscientes de que su hazaña era un canto a la libertad: la demostración suprema de lo que el ser humano, seguro de lo que defiende, puede y debe hacer antes que someterse.

Y claro que eran héroes. Da igual que los historiadores magnificaran su hazaña, o que los enemigos fuesen de una u otra manera. Lo que esos espartanos rudos y valientes defendieron bajo la nube de flechas persas –como bromeó uno de ellos, eso permitía pelear a la sombra–, no era el diálogo de civilizaciones, ni el buen rollito ni el pasteleo para salvar el pellejo poniendo el culo gratis. Enaltecidos por los clásicos o desmitificados por los investigadores modernos, lo indiscutible es que, con su sacrificio, salvaron una idea de la sociedad y del mundo opuesta a cualquier poder ajeno a la solidaridad y la razón. Al morir de pie, espada en mano, hicieron posible que, aun después de incendiada Atenas, en Salamina, Platea y Micala sobrevivieran Grecia, sus instituciones, sus filósofos, sus ideas y la palabra democracia. Con el tiempo, Leónidas y los suyos hicieron posible Europa, la Enciclopedia, la Revolución Francesa, los parlamentos occidentales, que mi hija salga a la calle sin velo y sin que le amputen el clítoris, que yo pueda escribir sin que me encarcelen o quemen, que ningún rey, sátrapa, tirano, imán, dictador, obispo o papa decida –al menos en teoría, que ya es algo– qué debo hacer con mi pensamiento y con mi vida. Por eso opino que, en ese aspecto, aquellos trescientos hombres nos hicieron libres. Eran los nuestros.
 
Es AMO, el cabrón :lol: Lo cierto es que si nos ponemos a pensarlo, es jodidamente posible lo que teoriza.
 
Y tan posible. Yo creo que la primera gran desgracia de la humanidad es la caida de Atenas en la guerra del Peloponeso.
Porque Esparta no era Atenas. Todo eso que dice de libertad etc, los espartanos lo odiaban a muerte. Eran vagos (como pueblo), reaccionarios, supersticiosos etc etc.
Y no fue Leónidas precisamente quien salvó toda esa filosofía y pensamiento, sino Temístocles al evacuar la ciudad con la flota.
Sin menospreciar la hazaña de las Termópilas en ningún momento.
 
¿Qué tiene que ver la Anábasis con los Guarriors? :shock: :!: :shock:
Explicación quierro po favo.
 
Se ha colado, Yeims puso lo de Monologos Eire y yo lo modifique por Eire Blog.

De nada pues.
 
No he leído el tebeo de Miller, así que no sé cuáles son las diferencias con la peli. Tampoco voy a entrar en la justicia o injusticia, la heroicidad o cobardía de la resistencia griega.

En el filme, toda la historia de las Termópilas está contada por el único superviviente espartano, antes de la batalla de Platea. Su relato es, entre otras cosas, un medio de aleccionar al resto de los griegos ante la batalla realmente decisiva. Eso explica la visión caricaturesca que ofrece de los persas (especialmente Jerjes, los Inmortales), de sus animales (elefantes que parecen edificios), y el énfasis en la deformidad del griego traidor Quasimodesco. No hay más: un griego les cuenta una batallita fantástica al resto de los griegos para predisponerlos aún más contra los persas incidiendo en su deformidad física y moral (las escenas de sexo en el serrallo de Jerjes con Quasimodo).

En este sentido, la peli hasta prodría pasar por una crítica antibelicista: cuidado con lo que os cuentan y os creéis en tiempos de guerra sobre el enemigo, porque puede no ser verdad.

Avisados estamos.

Ah, me gustó mucho la película. Me lo pasé muy bien.
 
Eire rebuznó:
Pues a mi Reverte me parece un tonto y desde que he leido esto me parece dos tontos.

Dice que leyó a Jenofonte. A lo mejor lo confunde con Zipi y Zape porque si eso fuese cierto sabría que 50 años después de la batalla de las Termópilas, ese tal Jenofonte que además de filósofo (es el discípulo mas conocido de Sócrates despues de Platón) era soldado, fue mercenario junto con otros griegos al servicio del rey de Persia y que cuando este rey murió regresó a Grecia con su ejército.

Si Miller lo quiere contar en plan malos y buenos y dar una visión tan distorsionada de los persas me parece de puta madre porque es ficción y es su historia (la de Miller) pero que Reverte relacione a los persas de la Edad Antigua con la mierda del Islam es repugnante. Pero que puta tontería!!! Si el islam surgió a miles de kilómetros de Persia y mil años después!!!

Reverte, estoy seguro que a Jenofonte también le parecerías un gilipollas.

Y la wikipedia nos dice además...

Tras regresar a Grecia, Jenofonte entra al servicio del rey espartano Agesilao II, que comandaba un cuerpo expedicionario griego para proteger las ciudades griegas de Asia Menor de los persas (396 adC). Sin embargo, la alianza griega pronto se rompió y en el 394 adC tuvo lugar la batalla de Coronea, en la que Esparta se enfrentó a una coalición de ciudades griegas de la que formaba parte Atenas. Jenofonte tomó parte en la batalla, al servicio de Agesilao, por lo que fue desterrado de su patria. En cualquier caso, los espartanos le distinguieron primero con la proxenía (honores concedidos a un huésped extranjero) y más tarde con una finca en territorio eleo, en Escilunte, cerca de Olimpia, en la que comenzó a escribir parte de su prolífica obra. Aquí se le unieron su esposa, Filesia, y sus hijos, los cuales fueron educados en Esparta.

Y Reverte no relaciona a los antiguos persas con con el Islam, sino a toda la tontería de que el comic de Miller y la película sea una ofensa al mundo islámico de ahora mismo y todo lo jodido politicamente correcto.....¿o no se quejaron los iranies? Lo hizo el propio gobierno iraní....si tanto les molesta que hagan ellos un comic, un libro o una peli con su punto de vista...y santas pascuas....
 
No se de qué se tiene que quejar el gobierno iraní en este tema, si fue el islam el que aniquiló la autentica Persia.

ayatolah.jpg
 
No estoy muy puesto en historia, pero eso que dice Reverte de que somos herederos de Esparta no es un poco tonteria? Si en una realidad alternativa Hitler hubiese conseguido ganar la guerra y haber llevado a cabo todos sus planes aun tendria sentido. O algo
 
yeimsmelocotongigante rebuznó:
. . . eso que dice Reverte de que somos herederos de Esparta . . .

Si Persia hubiese logrado conquistar Grecia, hoy ni siquiera nos plantearíamos quizá si los griegos fueron unos valientes: quizá ni se les mencionaría en una nota al pie en la gran historia del imperio persa, y Jerjes sería entonces el defensor de la libertad que llevó la civilización o la paz a los griegos. Ya se sabe que la historia la escrivben los vencedores.

En cuanto a los paralelismos entre la Alemania de Hitler y el imperio Persa, el autor de "El señor de las moscas", William Golding, escribió un ensayo muy breve sobre las Termópilas ("The Hot Gates", las puertas calientes) y la resistencia británica ante los nazis. No recuerdo exactamente el argumento, aparte de estas generalidades, pero era un ensayo muy bello. Claro que si Hitler hubiese vencido en la Segunda Guerra Mundial, tampoco estaríamos tal vez hablando de lo mlo que fue Hitler (bueno, seguramente sí).
 
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