Creador de hilos
Novato de mierda
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- 14 Ene 2016
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Hace unos días me encontré por la calle con un colega de la Facultad. En su momento fuimos íntimos, e incluso una vez terminada la carrera, mantuvimos el contacto durante un tiempo, aunque al final perdimos el contacto ya que él se marchó a otra ciudad a buscar trabajo.
Nos tomamos un café, y nos pusimos al día de nuestras vidas. Me contó, entre otras cosas, que estuvo el pasado verano de visita en París con su novia y otra pareja, y que, como casi todos, visitó la Torre Eiffel. Me dijo que durante las dos horas largas de espera en la cola para subir, tenía delante de él un grupo de cuatro o cinco tías del Este (no supo acertar de qué país) que estaban a tope de buenorras. Con pantalones supercortos, enseñando cachete, algunas sin sujetador, marcando pezón y otra, también sin sujetador, y que por la manga de la blusa, cuando levantaba el brazo, acertaba a verle de vez en cuando una magnífica ubre.
Se calentó tanto, que no sabía qué hacer, porque necesitaba descargar y no era cuestión de hacerlo en la cola de espera.
Total, que al final, cuando subió a lo alto de la torre, y mientras contemplaba las vistas, le dijo a su novia que tenía que ir al servicio, y allí se la cascó. Dijo que fue una paja superplacentera y abundante, sin llegar a ser a la crema.
Por supuesto que no le contó nada a la novia ni a la otra pareja, para que no le llamasen guarro, pervertido o salido. ¡¡¡Subir a lo alto de la Torre Eiffel para hacerte una paja!!!

La verdad es que resulta extraño que llegues a ese sitio, y lo primero que hagas sea hacerte una paja.
Esto me hizo recordar a otro amigo, que en el instituto me contó que un día se había pajeado en el baño de una sala de velatorio cuando murió su abuelo o abuela, no recuerdo.

Y que el cabronazo, con la excitación y el miedo a ser descubierto, porque estaban tocando a la puerta, echó el grumo por el suelo del baño, saliendo sin limpiarlo, sin saber que algunos espacios no están preparados para recibir semen.

Por eso, nos gustaría saber cuál es el sitio más raro, extraño o estrambótico en que te la has sacudido o te has hecho deditos si eres mujer.