Buenas,
Como buen devorador de ponzoña televisiva, hace tiempo que observo una curiosa tendencia estético-medíatica. Me refiero a los abogados más populares, aquellos que defienden a famosetes o bien están implicados en casos de gran alcance.
Estos seres son adictos a micrófonos y cámaras. Su desverguenza y dudosa catadura moral se apoya en un ego desmesurado. Ego que necesitan reforzar aún más recurriendo a rasgos distintivos. No pueden ser un abogado, sino el abogado.
Esta es la vanguardia:
Marcos García Montes
El abogado de la familia de Rocío Wanninkhof, letrado también de una de las víctimas de Alfredo Galán, el asesino de la baraja. Rollito motero-bear. En el primer caso conseguía que su esperpéntico mostacho centrase mayor atención que la conspiración sobre Dolores Vázquez. Uso el falso suicidio de Rafi Escobedo (Caso Urquijo) como trampolín mediático. Ha metido el bigotón en los casos de Rumasa, Filesa, fondos reservados, Juan Guerra, Cesid, Donovan Parra, Julian Muñoz, La Panto... Con todo, este superabogado fue víctima de un OWNED cuando un avilesino se quedó con unas pelas que Montes le adelantó para la compra de un vehículo de gran cilindrada que al final resultó defectuoso.
Javier Saavedra Fernández
Versión fanegas de Josemi Rodríguez-Sieiro. Le reconoceréis por salir en programas de marujeo o crímenes con un look a lo Doctor Lecter en Hannibal. Especialista en dar la cara por famosetes: ha representado a Ana Obregón, Alessandro Lequio, la Duquesa de Alba y María Teresa Campos. No le hace ascos tampoco a delitos financieros, violaciones y hasta asesinatos. Su último gran cliente fue el ex dictador Sadam Husein... y ya sabemos cómo acabó.
Rodríguez Menéndez
Un bon vivant que necesitaría su propio biopic. Fue defensor de Antonio David Flores, pero eso no es nada comparado con su currículum personal. Perseguido por la justicia, detenido en Argentina, víctima de intentos de asesinato, difusor del video guarrindongo de Pedro J. Ramirez, responsable de la revista del corazón más desopilante que se haya visto (la que reveló la verdad putesca sobre Malena Gracia)... El clásico gorderas que come con la boca abierta y cubre de medallas la pechera de su camisa. Sin olvidar que se calzó a...
Javier Nart
La novia en la boda, el muerto en el entierro... Presume de tener una cantidad ingente de carreras, además de haber dado la vuelta al mundo más veces que Superman en la primer película. Se marcó un tanto para su (falsa) imagen de progre como defensor del único español preso en Guantánamo. Con su melenilla mayodelsesentayochosista y sus gafitas, no tiene reparos en opinar de cualquier tema en cualquier programa de debate o similar que le pague un plato de comida caliente. ¿Malos tratos? Pues saca a colación el Concilio de Trento. ¿Terrorismo? Se pone a rajar sobre los Medicci. ¿Subida de la cesta de la compra? Seguro que Trotski dijo algo al respecto... Apabulla con datos inconexos para dar una pátina de rigor a sus idioteces. Altamente hostiable.
Como buen devorador de ponzoña televisiva, hace tiempo que observo una curiosa tendencia estético-medíatica. Me refiero a los abogados más populares, aquellos que defienden a famosetes o bien están implicados en casos de gran alcance.
Estos seres son adictos a micrófonos y cámaras. Su desverguenza y dudosa catadura moral se apoya en un ego desmesurado. Ego que necesitan reforzar aún más recurriendo a rasgos distintivos. No pueden ser un abogado, sino el abogado.
Esta es la vanguardia:
Marcos García Montes
El abogado de la familia de Rocío Wanninkhof, letrado también de una de las víctimas de Alfredo Galán, el asesino de la baraja. Rollito motero-bear. En el primer caso conseguía que su esperpéntico mostacho centrase mayor atención que la conspiración sobre Dolores Vázquez. Uso el falso suicidio de Rafi Escobedo (Caso Urquijo) como trampolín mediático. Ha metido el bigotón en los casos de Rumasa, Filesa, fondos reservados, Juan Guerra, Cesid, Donovan Parra, Julian Muñoz, La Panto... Con todo, este superabogado fue víctima de un OWNED cuando un avilesino se quedó con unas pelas que Montes le adelantó para la compra de un vehículo de gran cilindrada que al final resultó defectuoso.
Javier Saavedra Fernández
Versión fanegas de Josemi Rodríguez-Sieiro. Le reconoceréis por salir en programas de marujeo o crímenes con un look a lo Doctor Lecter en Hannibal. Especialista en dar la cara por famosetes: ha representado a Ana Obregón, Alessandro Lequio, la Duquesa de Alba y María Teresa Campos. No le hace ascos tampoco a delitos financieros, violaciones y hasta asesinatos. Su último gran cliente fue el ex dictador Sadam Husein... y ya sabemos cómo acabó.
Rodríguez Menéndez
Un bon vivant que necesitaría su propio biopic. Fue defensor de Antonio David Flores, pero eso no es nada comparado con su currículum personal. Perseguido por la justicia, detenido en Argentina, víctima de intentos de asesinato, difusor del video guarrindongo de Pedro J. Ramirez, responsable de la revista del corazón más desopilante que se haya visto (la que reveló la verdad putesca sobre Malena Gracia)... El clásico gorderas que come con la boca abierta y cubre de medallas la pechera de su camisa. Sin olvidar que se calzó a...
Javier Nart
La novia en la boda, el muerto en el entierro... Presume de tener una cantidad ingente de carreras, además de haber dado la vuelta al mundo más veces que Superman en la primer película. Se marcó un tanto para su (falsa) imagen de progre como defensor del único español preso en Guantánamo. Con su melenilla mayodelsesentayochosista y sus gafitas, no tiene reparos en opinar de cualquier tema en cualquier programa de debate o similar que le pague un plato de comida caliente. ¿Malos tratos? Pues saca a colación el Concilio de Trento. ¿Terrorismo? Se pone a rajar sobre los Medicci. ¿Subida de la cesta de la compra? Seguro que Trotski dijo algo al respecto... Apabulla con datos inconexos para dar una pátina de rigor a sus idioteces. Altamente hostiable.