José Rabadán
No es exactamente un asesino en serie y muchos pensarán que es
solamente crónica negra, pero a mi me parece un caso sobrecogedor.
En Abril del 2000, en Santiago el Menor (Murcia) un joven de 16 años, José Rabadán, salió de su habitación con una Katana en la mano (espada japonesa), se acercó al dormitorio de sus padres, de un certero espadazo segó el cuello de su madre. Su padre se despertó e intentó defenderse a juzgar por los cortes que tenía en las manos, pero todo fue en vano, pues José le partió la cabeza con la Katana. Su hermana pequeña con síndrome de Down tampoco escapó de la masacre, y el frío acero de la espada acabó con su corta vida.
Hasta entonces José Rabadán había sido un chico normal, aficionado a los videojuegos y a las artes marciales (La Katana con la que cometió los asesinatos era un regalo de su padre)
El caso no habría trascendido más que otros crímenes, si no hubiese sido por el sensacionalismo de la prensa y televisión de la época, que aseguraba que José Rabadán había cometido los asesinatos influido por el personaje de un famoso videojuego del que era muy aficionado (el personaje también utilizaba una espada Katana) y del que incluso aseguraron que se parecía físicamente.
José intentó huir a Barcelona con un amigo, donde le esperaba una chica que había conocido por Internet, pero fue detenido en la estación de tren de Alicante.
La prensa aseguraba, que en el momento de ser llevado ante el Juez, José se mostraba tranquilo, sin ningún remordimiento aparente.
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(Noticia de El Mundo de el dia 4 de abril de 2000)
PRIMERAS DECLARACIONES DEL JOVEN PARRICIDA
«Maté a mis padres y a mi hermana por tener una experiencia, pero los quería muchísimo»
José Rabadán Pardo, el joven de 16 años que mató el sábado a sablazos a sus padres y a su hermana en el hogar familiar de Murcia, lo hizo de forma consciente y premeditada. "Quería probar esa nueva experiencia", asegura el joven que, acto seguido, afirma: "Yo quería a mis padres y a mi hermana muchísimo".
El periódico "La verdad de Murcia" se hace hoy eco de estas declaraciones que, de forma extraoficial, realizó Rabadán tras confesar su crimen.
Según publica el citado rotativo, el presunto parricida llevaba preparando el asesinato de su familia unos quince días. El joven, siempre según "La verdad de Murcia", pasó buena parte de la noche del viernes al sábado pasados en vela y en su habitación.
A las siete de la mañana del viernes al sábado, Rabadán desenvainó el sable, entró en la habitación de matrimonio donde dormía su padre y lo asesinó. Posteriormente, según explica el rotativo, entró en la habitación de su hermana, una niña de 11 años con síndrome de Down, y asesinó a su madre y a la niña.
Una vez cumplido su objetivo, el joven se despojó de toda la ropa -menos de los calzoncillos, que llevaba puestos en el momento de su detención manchados de sangre- y se aseó.
Los investigadores de la Policía Nacional continúan tomando declaración a cuatro amigos de José Rabadán, que no pasará a disposición judicial hasta mañana o pasado. La Policía tiene 72 horas para poner al detenido a disposición del juez junto con las diligencias, que son las que se realizan desde ayer con las declaraciones de los amigos y las pruebas encontradas.
A estas diligencias se unirá el testimonio del detenido, que se realizará, si así lo decide el joven y no se acoge al derecho constitucional a no declarar, ante su abogado o aquel que designe de turno de oficio, el Colegio de Abogados de Murcia.
Fuentes policiales han informado que, tras la realización de las autopsias, el médico forense solicitó ayer la búsqueda de un machete o arma similar en el domicilio familiar, ya que algunas de las heridas que presentaban los cadáveres habían sido hechas con un utensilio diferente a la "katana".
Los féretros con los cuerpos de Rafael Rabadán, su esposa, Mercedes Pardo, y de la hija de ambos, en la iglesia de Santiago el Mayor de Murcia durante la misa funeral. (EFE)
Unas dos mil personas asistieron esta mañana, en medio de un impresionante silencio sólo roto por muestras de dolor, al funeral por el matrimonio formado por Rafael Rabadán y Mercedes Pardo y por su hija María, en la parroquia de Santiago el Mayor de Murcia, asesinados presuntamente por su hijo mayor, que ha sido detenido.
Uno de los momentos más emotivos fue la llegada de los féretros, con un gran ramo de flores blancas y rosas sobre el de Mercedes, con flores blancas y amarillas en el de Rafael, y blanco y con flores del mismo color, el de la pequeña.
Los vecinos, familiares y amigos de los fallecidos llenaron el templo, en cuyo altar se habían colocado numerosas coronas.
El oficio fue seguido desde la calle por numerosas personas, que demostraron el respeto a la familia mediante un impresionante silencio.
Juan Carlos García, párroco de Santiago el Mayor, dirigió palabras de pésame a vecinos, compañeros de trabajo y familiares, entre los que se encontraban los hermanos de la pareja, así como María del Carmen, la hija que tuvo Rafael en su primer matrimonio, y a los que dijo: "Necesitamos consuelo y alguna explicación".
Tras finalizar el acto, los asistentes continuaron en un silencio impresionante que sólo se rompió con aplausos cuando compañeros de trabajo, vecinos y familiares sacaron a hombros los tres féretros, que fueron despedidos del barrio con otra salva de aplausos