Aventuras y desventuras de un comercial de peluquería

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En el rastro de Madric tienes también puestos gitanescus a tope de mercaderías de dudoso origen.

Me llevo un colega castizo en plan “bua chaval el rastro” y salvo un par de puestos de cómics y numismatica el resto me pareció ferpectamebte napalmizable.
 
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Grandioso, aunque creo que todos esperábamos algo más de sangre, facas a go-go y vendetas sicilianas.
Lamento tanto o más que usted la falta de armamento, venganzas o navajas varias en la anécdota pero soy poco propenso a incluir elementos que distorsionen en exceso la realidad.

Comprenda usted, que bajo mi condición de sabandija cobarde, en el momento en que sienta el peligro en mis carnes o cualquier tipo de confrontación física, saldré huyendo despavorido agitando mis brazos como una auténtica locaza.

Soy coherente con mi naturaleza, salvo si no tengo escapatoria como cuando me rompí el pie y no pude escapar de aquella pareja que me hinchó a bolsazos y un grato puñetazo.

Si hubiera habido pistolas y navajas, usted no lo sabría porque no hubiera estado allí para contárselo.
 
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Los de asuntos internos le tienden una trampa a Liachi.
 
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En el rastro de Madric tienes también puestos gitanescus a tope de mercaderías de dudoso origen.

Me llevo un colega castizo en plan “bua chaval el rastro” y salvo un par de puestos de cómics y numismatica el resto me pareció ferpectamebte napalmizable.
Cabrón, ¿y los puestos de piedras? ¿y los de libros? ¿Por no hablar del entrañable puesto de gomas, cauchos y membranas (por llamarlo de alguna forma)?

Posdata: me cago en tu vida.
 
Lamento tanto o más que usted la falta de armamento, venganzas o navajas varias en la anécdota pero soy poco propenso a incluir elementos que distorsionen en exceso la realidad.

Comprenda usted, que bajo mi condición de sabandija cobarde, en el momento en que sienta el peligro en mis carnes o cualquier tipo de confrontación física, saldré huyendo despavorido agitando mis brazos como una auténtica locaza.

Soy coherente con mi naturaleza, salvo si no tengo escapatoria como cuando me rompí el pie y no pude escapar de aquella pareja que me hinchó a bolsazos y un grato puñetazo.

Si hubiera habido pistolas y navajas, usted no lo sabría porque no hubiera estado allí para contárselo.

Recuerdo perfectamente esa anécdota, mi consejo de haberle echado arrojo y su respuesta de escapar cual bicho bola rodando (o así lo imaginé). En cualquier caso, iba más por los italianos que no por su persona, que sé que gusta de escapar de conflictos (y hace bien).

Cuando pueda y tenga bien, siga deleitándonos con sus suculentas anécdotas. Gracias.
 
Comprenda usted, que bajo mi condición de sabandija cobarde, en el momento en que sienta el peligro en mis carnes o cualquier tipo de confrontación física, saldré huyendo despavorido agitando mis brazos como una auténtica locaza.
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El que con niños se acuesta, meao se levanta.

Cambia niños y meao en la ecuación por gitanos y cagao.

Bingo.

Excelente relato hamijo, aquí un comersial, un colega, un hermano... te deja sus dies.
 
Buenas tardes caballeros

Como algunos de ustedes sabrán, no soy especialmente propenso a aportar contenido a nuestra humilde casa salvo que la ocasión merezca la pena, pero dados los últimos acontecimientos me veo en la obligación de contaros lo ocurrido recientemente.

Reservo este espacio para escenificar y relatar la preciosa historia de amor entre Sabrina, la empleada perfecta y Miguel, el senil barbero.
 
Buenas tardes caballeros

Como algunos de ustedes sabrán, no soy especialmente propenso a aportar contenido a nuestra humilde casa salvo que la ocasión merezca la pena, pero dados los últimos acontecimientos me veo en la obligación de contaros lo ocurrido recientemente.

Reservo este espacio para escenificar y relatar la preciosa historia de amor entre Sabrina, la empleada perfecta y Miguel, el senil barbero.

Te dará tiempo a postearla antes de la indapandansia foril?

 
Buenas tardes caballeros

Como algunos de ustedes sabrán, no soy especialmente propenso a aportar contenido a nuestra humilde casa salvo que la ocasión merezca la pena, pero dados los últimos acontecimientos me veo en la obligación de contaros lo ocurrido recientemente.

Reservo este espacio para escenificar y relatar la preciosa historia de amor entre Sabrina, la empleada perfecta y Miguel, el senil barbero.
Espérola polla en rabo.
 
Sabrina, la empleada perfecta

Todos los integrantes de mi querido sector laboral tenemos una serie de características en común. Modestia, presencia, falsa empatía, son las cualidades en las que nos intentamos envolver para abrumar a cada una de nuestras clientas pero en lo más profundo de nosotros sólo hay una que predomina y destaca, la avaricia. Gracias a ella he podido vivir la tierna historia de amor entre Sabrina y Miguel, una historia que me ha aportado la posible pérdida de unos miles de euros y una fractura nasal.

Tras un fructífero asentamiento en el norte de nuestra hermosa piel de toro, me animé a adquirir una jugosa firma relacionada con las barberías y el cuidado tanto del cuerpo como del cabello de caballeros.
Sabía que las tretas y filigranas que mis ya fieles pupilos aplicaban a sus clientas no iban a funcionar con los rudos y pícaros barberos, por tanto, me dispuse a reclutar a alguna señorita capaz de descolocar hasta al más afeminado de los hombres.

Tras un rutinario proceso de selección para descartar separadas buscando nuevas fuentes de ingresos o madres solteras desesperadas, llegó a mi oficina Sabrina.
Con una blanca y brillante sonrisa, abrió la puerta de mi putrefacta oficina para propiciar los pertinentes buenos días mientras tomaba asiento ante el leve gesto de mi mano indicando dónde debía hacerlo.
Sabrina era y es un auténtico pecado carnal con una chispa especial y juguetona ensalzada por la tierna edad de 25 años.

Tras una primera semana inicial, la fui moldeando para que fuera una guerrera más en mi batallón personal
Ella sólo necesitaba conocer los cuatro pasos fundamentales para entablar una relación laboral fructífera con un cliente
- Presentación
- Confianza del cliente
- Afianzar dicha confianza
- Venta

La parte complicada era la siempre difícil confianza de los clientes. Nosotros debíamos utilizar una ingente cantidad de mentiras, pero Sabrina no. Tras varias visitas junto a ella pude comprobar cómo los clientes perdían la mirada en el cuerpo de mi guerrera asintiendo a cada estúpida frase errónea relacionada con los productos que salía de la boca de mi ninfa y lo vi claro, debía de emprender su camino sola cuanto antes, no podía interferir ante aquella fuerza suprema que desprendía.

A la semana siguiente en la reunión de personal para evaluar la semana, Sabrina me comunicó una tremenda cantidad de pedidos a nombre de un tal Miguel.
Ante mi sorpresa me vi en la obligación de preguntarla

- ¿Oye, pero.. Estos pedidos son del mismo cliente?
- Sisi.. Son de un barbero de Gijón
- Y como va a efectuar el pago...
- Por el banco, a 30/60
- Vale vale...

Algo no encajaba en mi cuadriculada cabeza.

Por norma general, las firmas relacionadas con productos enfocados a barberías, cuentan con un reducido número de referencias. La adquisición de una línea completa suele rondar los 400/500€ cifra que se repone al cabo de unos dos meses o tres, pero cómo era posible que Sabrina lograra en unos pocos días tres pedidos de más de 1.000€ en un mismo salón y dos pedidos superando los 700€ en otro.

MI corazón exigía a mi mente pensar en que era una ninfa tocada por los dioses de la venta, pero no podía ser cierto, tenía que verlo con mis propios ojos.

Tras varios días dando vueltas a la cabeza me dispuse a ir hasta Gijón para conocer la barbería del hombre que me iba a bañar en oro y comprobar qué estaba pasando realmente.
Llegué a la dirección indicada y me coloqué estratégicamente en una cafetería cercana obteniendo un perfecto ángulo de visión de la puerta del local de Miguel. Era mediodía y sabía que Sabrina estaba al caer, era la mejor hora para realizar la visita quincenal debido a la ausencia de gente y tras una larga hora, Sabrina apareció.

Con unos largos tacones negros y un recatado pero efectivo maquillaje Sabrina llamó al timbre del local para llamar la atención del inquilino de dicho espacio y al abrirse la puerta apareció un hombre de minúsculo tamaño, dejando ver primero su prominente tripa y su negra cara después. Sabrina y el susodicho hombre entraron a la barbería.

Sorprendido por la situación, me levanté de mi asiento y con un ímpetu fuera de lo normal en mí acudí a satisfacer mi curiosidad y preocupación.

Tras colocarme en la puerta de aquel lugar mis alarmas saltaron al momento.
Un lugar sombrío y sucio, con unos sillones de cuero viejo quedaban envueltos por unas paredes color rosa palo.

Llamé al timbre para adentrarme en el mismísimo infierno y una mujer vino a mi encuentro.

- Buenos días, que quiere?

Estupefacto es decir poco. Una señora de avanzada edad se dirigió con las citadas palabras a mi persona. De un color negruzco abrumador digno de las más repugnante de las cucarachas con un tamaño similar a ellas, una infinidad de rastas falsas de diferentes colores formando un abrumador arcoiris coronaban aquel ser.

- Buenos días, soy FanatiK un compañero de Sabrina la comercial que ha entrado ahora
- Pase, están en el almacén comprobando el pedido

Tras pasar el umbral de la puerta, el intenso hedor de una raza inferior penetró en mi alma, y siguiendo el hipnótico bamboleo de las carnes que me indicaban dónde estaba el almacén me dispuse a tomar el sendero hacia la más absoluta penumbra.

A lo largo de la barbería de Miguel camino al almacén pude deleitarme con la típica música caribeña digna de los más salvajes chimpancés, varios televisores pequeños aún con bombo de los cuales diversos seres de dudosa procedencia se vociferaban gruñidos unos a otros mientras un par de ancianas de piel sombría discutían mirando los televisores en un abstracto lenguaje el cual no supe descifrar.

La poco agraciada hermana de la cantante Lucrecia alzó su voz

- Po las escaleah arriba mamaguevo

Subí temeroso aquellos escalones con la esperanza de encontrarme a Sabrina y poder esclarecer el asunto. Una vez arriba, un pequeño descansillo quedaba tímidamente iluminado por una roñosa y desnuda bombilla dejando entrever una puerta cerrada.
Sigilosamente me acerqué a la puerta para intentar escuchar que ocurría ahí dentro y cuando puse todo mi ímpetu y mis energías en intentar oír el silencio, mi mente pudo identificar un sonido

- Chhhffss!!
- Chhhffss!!
- Chhhffss!!


Discúlpenme caballeros, debo ausentarme para atender a mi vástago y alimentar a mi señora. Mañana intentaré concluír con los siguientes puntos.

- Poliamor africano
- Milán, la rebelión de los chimpancés
- Semen de gente oscura en mi maltrecha nariz.
 
Como hoy es el día del rapto, y a lo mejor no se puede leer el post, me lo he copiado y me lo he mandado al email de los leer esta noche cuando pueda. Le dejo el likken por anticipado. Sus posts de desalmado con corazón nunca defraudan.
 
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Lo que no entiendo por qué no se meten a putas esas comerciales guarras.
Necesitan tener una profesión como tapadera?
 
Es lo que tienen las comercialas. Yo tenía una (de jefe de grupo) que aparte de guapita de cara tenía dos tetas como cabeza de niño mongolo. Mira que se lo dije una y mil veces: "Arréglate para las visitas, que así vendes mas...". Pues no, la muy monger iba a las visitas en sudadera, incluso una vez la pillé en chandal... Mira que vendía la hija de puta cuando se arreglaba. Pues no ella a piñón con no arreglarse. Tenía tres problemas: 1. Un complejo que nadie entiende. 2. Era un poquito arrabalera. 3. Y el mas importante... su pareja era un despojo malagueño que se ganaba la vida con paguitas y peleas de gallos, repito con PELEAS DE GALLOS.... Al año la tuve que echar, porque estaba hasta los huevos del de los gallos, que cuando íbamos a vender nos seguía con el coche, y después me entero que estoy amenazado.... Anda y que te den por culo...
 
Y el mas importante... su pareja era un despojo malagueño que se ganaba la vida con paguitas y peleas de gallos, repito con PELEAS DE GALLOS.... Al año la tuve que echar, porque estaba hasta los huevos del de los gallos, que cuando íbamos a vender nos seguía con el coche, y después me entero que estoy amenazado.... Anda y que te den por culo...

Sería coleguita de Apoño, eso yes :lol:
 
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Olor a mono, cuescos y casa de citas inenarrable. Quiero más.
 
Lo del semen en su cara me hace esperar el siguiente post con una ilusión de la hostia.
 
Tremendo relato.
Pollanmano esperemos el desenlace

Ka®ma y olor a esmegma insoportable
 
Poliamor africano

Coloqué mi oreja sobre la sucia puerta y pude escuchar aquel sonido repetitivo de una forma más intensa, mucho más nítido, más claro.
Notaba como la adrenalina corría por mis venas sabiendo que nada bueno podía salir de aquella situación, la suciedad y la oscuridad adornaban una situación que sabía que no saldría bien para mí y entonces decidí entrar para resolver aquel dilema de una vez.

Abrí con tacto la maltrecha puerta y un sonido chirriante dio paso a un conglomerado de imágenes aún perpetuas en mi cabeza.

Una auténtica metrópolis de cajas inundaban el cuarto la mayoría de ellas salidas de mi modesto almacén.
Al fondo, Miguel. Recostado sobre varias de mis cajas lucía una jocosa mueca rodeada por una barba de tres días abarrotada de canas.
Una camiseta amarilla intentaba fallidamente ocultar su repugnante tripa mientras sus pantalones de perdían entre la madera del suelo.
Con una mano, agarraba un pequeño trozo de carne negra con forma de aparato reproductor y utilizando su dedo pulgar e índice propinaba un feroz y constante meneo de su miembro.
Con la otra mano, agarraba un fantástico cabello negro perfectamente cuidado a base de mascarillas orgánicas, era Sabrina.

Arrodillada a merced de aquel ser, postraba sus dulces manos en el suelo mientras sujetaba los calzoncillos del simio a la altura de sus tobillos.
Sus rodillas ya magulladas estaban en contacto con la fría madera mientras ladeaba su cabeza para engullir las dos aceitunas negras de Miguel, dignas de las más infectas pizzas congeladas.

- Que rico Mami!, déjate en la boca hoy y te hago otro pedido el mes que viene

Miguel levantó su pelvis y apretando sus nalgas mientras agarraba la cabeza de Sabrina. Ella abrió la boca como si fuera el hangar de un Boeing 747 y Miguel, como el más avanzado de los sementales apuntó su miembro hacia la tierna boca de Sabrina lanzando todo el poder de su interior en forma de un tímido hilo de semen impactando en la lengua de mi guerrera.

- Qué rico!! Hoy te lo has ganao mami

Ambos se levantaron del suelo y dirigieron sus miradas a la puerta donde estando esta entreabierta se dejaba ver la figura de un servidor.

Estaba en estado de shock, mi dulce Sabrina paralizada por la situación, aún tenía un ligero hilillo de Miguel goteando de su boca. El simio, enseñando la relajación de su miembro exhausto cambió su semblante por uno más rudo y con un tono amenazante dijo

- Que hace uste aquí!! Quien es uste!!
- Buenos días caballero, soy la persona a la que la debe usted 3000€
- que dices wevon!! Yo a ti no te doy nah, marcha marchate de aqui
- Me va a disculpar caballero, si no piensa abonar su factura, me tengo que llevar todas esas cajas

La conversación subió de tono mientras Miguel comenzó a lanzarme unos supuestos insultos en una lengua que aún no consigo descifrar.
Aquel hombrecillo, avanzó hasta colocarse frente a mí y apuntándome con su flácido pene grito

- Que no te pago!!

Tras bociferar dicha frase, Miguel cambió camaleonicamente su color de piel por uno más blanco, más puro, un color de ser humano.

- Otra vez wevon otra vez!!!!!

Al escuchar aquella voz, giré mi cuerpo y entre las tinieblas pude ver como un arcoiris de colores se acercaba hacia Miguel
Aquella rechoncha mujer comenzó a discutir muy alterada con Miguel mientras se lanzaban palabras inteligibles.

Hábilmente me coloqué al lado de Sabrina mientras ella estaba completamente paralizada.

La colorida mujer empezó a dar unos tremendos bofetones con un ritmo endiablado en el tierno cuerpo de Miguel mientras lo alternaba con tímidas patadas a las espinillas del mismo intentando levantar aquellas piernecillas.
Las dos ancianas, alertadas por la situación subieron para colocarse en primera fila del espectáculo para jalear a su pupila

- Aaayyyy cortasela cortasela!!

La mujer, agarró aquel flácido miembro tembloroso y comenzó a estirarlo hasta límites insospechados mientras Miguel retorcía su cuerpo e intentaba liberarse de aquella llave digna de los hermanos Gracie

Intenté abrirme paso para salir del local. Mi primera intención fue saltar por encima de aquellos bomberos toreros, pero opté por intentar rodearlos.

Agarré a Sabrina con mi protectora mano y conseguí esquivar a aquellos seres pero mi luchadora tropezó con las piernas de la colorida mujer cayendo sobre los simios.

Con el trio en el suelo, las ancianas me empezaron a propinar diversos empujones para hacer que me uniera a la fiesta que allí abajo tenían montada.

Miguel ya completamente desnudo apoyaba su espalda con el frío suelo, la mujer colorida agarrando aún su gotrante miembro permanecía de rodillas a su lado. Sabrina tumbada boca abajo con las rodillas sangrantes, intentaba levantarse y un servidor tumbado al otro lado de Miguel, a la derecha del padre.

En aquel conglomerado de brazos y piernas, las ancianas desde la altitud comenzaron a propiciarnos democráticos golpes a todos por igual, mientras Miguel seguía agarrando su miembro evitando el estiramiento máximo. En consecuencia de ello, agarró la mano de la simia realizando un desesperado y brusco movimiento.

Las manos de aquellos seres se entrelazaron para salir despedidas hacia mi cara impactando fuertemente un mi cuidada nariz libre de toda impureza. Noté el crujir de mis huesos, la sangre fluía sin barreras por mi fosas nasales mientras los restos gotenates de Miguel se mezclaban perfectamente con mi roja sangre manchando mi cara y mi traje.

Los insultos y golpes iban y venían, y el caos se apoderó de la situación.

Sabrina consiguió levantarse a la vez que un servidor rodaba por aquel infecto suelo con las manos tapándomen la cara.
Conseguí levantarme y me dispuse a salir pitando de allí.

- Vámonos vámonos!!

Volví a agarrar a Sabrina para mandar un par de empujones a las señoras ancianas lanzándolas al suelo y volver a ser cuatro en el ring.
No miré atrás. Corrimos hasta la libertad para montar en mi coche y marchar, pero sabía que tenía que volver a aquel lugar.
 
Tres mil razones de güesque para volver.
 
Santo Dios Padre Zapatones!!

Me quito el cráneo ante usted, pana @FanatiK, por su excelso relato.
:bravo:

Esto es triunfar
Gran triunfo en la, otrora, difícil plaza del PL

Ka®ma y bien, pero bien
 
Ansioso estoy de que llegue la siguiente parte, si no es el final tampoco me importará, siempre me gustan los relatos de mi competencia en lo que a vender champús se trata.
 
Milán, la rebelión de los chimpancés

Heridos tras la batalla, Sabrina y yo montamos en el coche rumbo a mi feudo para evaluar la situación.
El viaje transcurrió en absoluto silencio dando ambos a entender lo incómodo de la situación, ella recién fecundada bucalmente por un barbero africano octogenario, y yo, embadurnado en simiente negro y sangre propia.

Al día siguiente Sabrina acudió a mi oficina para dejar clara la situación

- No me importa lo que hagas en tu vida privada Sabrina, ni como desempeñe tu trabajo, me importa el pedido, el dinero.
- Nono tranquilo pagar va a pagar me lo dijo
- Eso espero. Puedes hacer las cosas como te plazca siempre y cuando no perjudique a la empresa.

Sabrina entendió que el objetivo es el dinero, no importa como, sólo importa cuanto. Por esos 3.000€ ella sabía que se llevaría un 30% un 30% irían destinados al pago a la firma por mi parte y el 40% restante se quedaría en mis arcas.
Por otro lado, yo no desaprovaba la práctica de Sabrina en su práctica laboral, ya estaba acostumbrado a ser una auténtica alimaña y merodear por las alcantarillas del sector para sacar unos pocos euros.

A la semana siguiente pude comprobar para mi sorpresa que el pago se había realizado con éxito por parte de Miguel y una sensación de tranquilidad invadió mi cuerpo, por fin me podía quitar una preocupación de la cabeza.
Sabrina por su parte seguía acumulando varios pedidos más de otro cliente el cual pagó una cantidad ligeramente inferior a la de Miguel. Supuse que habría realizado alguna otra artimaña de las suyas para los pedidos pero no le presté demasiada atención obnuvilado por el dichoso dinero.

A los pocos meses concretamente este Agosto se realizó uno de los dos viajes anuales previstos este año a Milán.
Como ya os he contado en alguna historia anterior, dichos viajes se "venden" para que los clientes hagan piña entre ellos, asistan a cursos impartidos por afeminados con infulas de grandeza y asistir a shows exclusivos y presentaciones de las diferentes colecciones previstas por la firma, pero la realidad era bastante diferente. Tres, cuatro o cinco días en los que las diferentes dueñas y dueños de salones aprovechaban para drogarse, emborracharse, echar algún polvo furtivo y desconectar de la familia. Por descontado, la firma ponía a su disposición los difierentes estupefacientes antiestrés, casinos, fiestas dignas de comedias adolescentes de los noventa y todo lo que hiciera falta para que la desconexión fuera máxima.

Como todos los años, mi grupo de fieles clientas asistió religiosamente a su cita, mis dos esbirros consiguieron un pequeño grupito adyacente y Sabrina, mi querida Sabrina llevó a dos clientes. Miguel y su otro cliente más potente, Matías.

No me importó la asistencia de Miguel, al contrario me pareció adecuada si seguía comprando a ese ritmo desproporcionado y me moría de ganas por conocer a Matías.

Tras el aburrido viaje, llegué con mi señora a Milán por la tarde donde dimos un ya habitual paseo por el centro deleitándonos de una sociedad aparentemente en auge que apesta a superficialidad. Tras cenar en el restaurante de siempre, nos fuimos al hotel para afrontar el siguiente día.
A la mañana siguiente hubo que soportar una siempre tediosa reunión con los directivos de la firma y los distribuidores nacionales evaluando cifras de crecimiento, progresión de cada comunidad y mostrarnos las últimas novedades. En el fondo hacen lo mismo que nosotros con los clientes pero lo envuelven en tecnicismos y falsas promesas de ingresos y crecimiento. Tras la reunión, procedimos a comer y pasar la tarde libre hasta la fiesta nocturna.
Los comerciales y clientes permanecían en las oficinas centrales asistiendo al primer show y a distintos cursos intensivos.

La fiesta

Los directivos habían reservado un enorme local de varias plantas, con un escenario y un karaoke.
De etiqueta obligatoria, un servidor y su señora habíamos quedado en la entrada con mis comerciales y clientes. Allí apareció Miguel, en solitario, con una camisa azul cielo con el pecho al aire, metida por dentro del pantalón reventando el último botón que asomaba por encima de su estirado miembro. Pantalones blancos y zapatos marrones finalizaba un conjunto digno del más casposo de los traficantes de Miami.
Sabrina por su parte, espectacular. Vestido negro digno para la ocasión, su siempre maquillaje sobrio y natural y unos preciosos zapatos amoldados a sus delicados pies.

Después de varias copas, junto a varias clientas y mi señora, noté unos golpes en mi hombro, era Miguel.
Desprendía un fuerte olor a sudor debido a sus eléctricos movimientos en la pista de baile encharcando su camisa azul volviéndola de un tono azul marino. La sufridor a camisa en estado de rebeldia suplicaba por su liberación saliéndose de sus pantalones por un lado replicando el lamentable outfit del desnutrido Jorge Fernández.

- Que pasa helmano!!
- Hombre, muy buenas.

Miguel, se digno a pedir disculpas por el incidente ocurrido meses atrás mientras realizaba amplios aspavientos con sus manos y movía sus ojos y mandíbula como un auténtico torbellino.

- Nada hombre, no pasa nada.

Aquel hombrecillo continuó escupiendo palabras a una velocidad endiablada en un extraño idioma, hasta que finalmente decidí intervenir en la conversación

- Oye, y como una barbería pequeña como la tuya necesita tanto producto

- eque yo tengo más negocios helmano, me dedico al tlanspolte y distribusion tambie

- Transporte?

- si helmano, ya tu sabes... "tlan pos te"

Decía mientras se tocaba su achatada nariz.

He de reconocer que imaginaba dicha afirmación, pero así todo, me produjo cierta incomodidad.
Automáticamente busqué a Sabrina para comentarla mi conversación con Miguel

- Sabrina, tu sabes esto? Este señor no puede ser cliente
- La verdad es que si... Yo ya le conocía por parte de mi ex novio dominicano.
- Pero vamos a ver... Con este señor corta de inmediato cualquier relación laboral.
- Pero que no pasa nada eh, se dedica un poco así a eso y los productos los va vendiendo por ahí a los amigos a otras barberías de dominicanos y esas cosas. De todas formas se lo diré que ya no trabajamos más con él.
Por cierto ahí está Matías el otro cliente.

Llegó un hombre joven también de piel sombría, alto, musculado con una ceñida camisa y una penetrante mirada hacia su alrededor

- Buenas noches, soy Matías
- Buenas noches, bueno que tal con Sabrina, todo bien?
- Si claro, ya la conocía de antes,
- Como no me va a conocer es mi ex novio! (dijo Sabrina mientras se apoyaba en el hombro de Matías y reía)

El horror se empezó a apoderar de mí, el nerviosismo campana a sus anchas y mi señora conocedora un servidor pudo notar mi estado de exaltación.

- Estás bien?
- Sisi.. Pero..

Le conté a mi señora lo preocupante de la situación, y tan sólo me pidió por favor que no se montara una escena aunque ambos sabíamos que era algo ya "marca de la casa"

Pasaban las horas y el estado de Miguel era ya lamentable. Bailaba descontrolado cada canción molestando a todo el mundo a su alrededor causando el más absoluto caos.
Sabrina, desaparecida en combate no daba señales de vida y mandé a mis esbirros a buscarla para poder marcharnos de ese bochorno.

El desfase estaba en su punto álgido, y los moradores de aquella fiesta estaban en el nirvana.
Miguel se me volvió a acercar para balbucear una historia sobre un cliente pero fue interrumpido...

- FanatiK!! FanatiK!! No creo que venga la Sabrina!!
- Pero vamos a ver, y eso por qué
- Está con un negrazo en los baños

Miguel intervino

- Con un neglo????
- Sisi, no veas lo que gasta el negro, menun mandingo!!!

Miguel, totalmente desencajado, abandonó la conversación para abrirse paso a través de la pista de baile y perderse en la multitud.

Al cabo de unos minutos Sabrina apareció junto a Matías y mientras se colocaban a nuestro lado en la barra un extraño sonido a través del micrófono del karaoke llamó la atención de los presentes

- Ijueputa cablon!! Que te etas chingando a Sablina esa malfollada!! Tuuu si tuu neglo de mielda!! Decía mientras señalaba tambaleante a Matías y este respondió...
- Cállate mariconazo está conmigo
- Dlogadicto cablon!!! Que vendes dloga a mis amigos!! Mi amigos me complan a mi neglo!

Matías se acercó al escenario

- Te voy a matar maricona!
- Venga neglo que tu novia etaba contigo y me la chupaba a mi y pol eso te dejo comemielda! Ni pa la dloga vales!

Mis ideas se aclararon por completo, tanto Matías como Miguel ya se conocían de otros menesteres, Sabrina, novia de Matías por aquel entonces acabó liada con Miguel por alguna extraña razón que aún no puedo comprender y era el momento de ajustar cuentas.

Sabrina corrió tras Matías para parar la situación pero Miguel cogió firmemente el micrófono, armó su brazo y con un impulso y energía impropias de su estatura lanzó el micrófono hacia Matías impactando finalmente en la frente de Sabrina originando un estridente sonido agudo paralizando a los presentes.
Sabrina, tendida en el suelo aturdida fue socorrida por mis dos comerciales presentes y mientras Matías miraba atónito la escena de Sabrina, Miguel como si de un atleta olímpico salto de una forma inimaginable volando las primeras filas de escenario para caer como si de un águila fuese sobre Matías cayendo los dos sobre Sabrina y mis esbirros.
Comenzó un festival de golpes, patadas y empujones mientras Miguel permanecía agarrado a la cabeza de Matías como un koala a un árbol mientras le propinaba molestos mordiscos en la coronilla.
La exaltada y drogada gente entró en acción propiciando una batalla campal en la segunda planta de aquel local.
Ante tal suceso, raudo y veloz cogí a mi señora y abandonamos el lugar de inmediato para marcharnos al hotel.

A la mañana siguiente tuve una bochornosa reunión con la directiva de la firma, la cual me retiraron junto a una suculenta "multa" infractora de contrato por distribución de la firma en salones de dudosa imagen violando y perjudicando los valores de la firma.

Esa misma mañana, fuimos todos devueltos a nuestra hermosa piel de toro y dudo bastante que nos vuelvan a llamar.
 
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