PicaRa ·_.
Freak
- Registro
- 4 Nov 2003
- Mensajes
- 8.006
- Reacciones
- 0
*Cuando la ballesta irrumpió en los campos de batalla, no existían
organizaciones internacionales que pudiesen censurar su uso, excepto una, la
más antigua de todas...
La Ballesta portátil comenzó a utilizarse en occidente a finales de la Alta
edad media.
Su antecedente era la Ballista romana, máquina de asedio que se podía
adaptar para arrojar piedras o lanzar grandes venablos o lanzas contra
los muros de los castillos, aunque también se empleaba así contra grandes
formaciones de infantería, con la horrible esperanza de empalar a varios
enemigos apiñados de una vez, lo cual debía desmoralizar en grado sumo a los
que presenciaran tal ataque.
Una versión de tamaño más reducido, llamado Scorpio o Escorpión, era montado
en trípode sobre las torres de asedio con la finalidad de proteger el asalto
de los legionarios sobre las murallas enemigas.
Vegecio cuenta que existía una "Manubalista", refiriéndose al parecer a un
arma similar a la descrita anteriormente, pero de menor peso, capaz de ser
transportada, empleada y cargada por un solo hombre... pero nada semejante
se ha hallado, ni ha sido descrito por otras fuentes.
En cambio si está documentado que un célebre inventor griego ( el mismo que
ideó una máquina de vapor...) realizó una ballesta con una recámara, de
tamaño similar al Escorpión, con capacidad para lanzar varios dardos. El
ingenio ya incluía un sistema de recarga basado en un torno que tiraba de la
cuerda mediante un gancho unido a una cadena, de aspecto muy similar a las
de las bicicletas actuales.
Estos serían el precedente europeo de la ballesta tal como la conocemos
desde el medioevo, pues en la Alta Edad Media no se conoce su uso tanto para
la guerra o la caza. Sin embargo, los chinos ya disponían de tal arma, pero
en un tamaño más reducido, ideal para que una persona pudiese cargar con
ella.
Esta versión portátil apareció en Europa hacia el siglo X ó XI, no se conoce
la fecha o el lugar con exactitud, si bien se cree que pudo llegar a través
del entonces magnífico Imperio Bizantino, la encrucijada del mundo.
Su uso se extendería lentamente durante el siglo XI (existe un ejemplar
árabe de esta época en Granada, España), y al llegar el siglo XII, ya era un
arma conocida y temida por sus cualidades más sobresalientes: no exigía
instrucción en su manejo, y su rendimiento era similar al arco, aunque su
cadencia de tiro era menor, comparada con la de un arquero diestro de años,
por supuesto, y de estos huelga decir que no había muchos.
Y la consecuencia de todo ello era que un pobre y vulgar campesino novato,
podía matar disparando un dardo que, tras atravesar la coraza, se hundiese
firmemente en el corazón de todo un noble caballero, la carísima y
experimentada élite guerrera de entonces; y se consideraba tan intolerable
que el bravo caballero ni siquiera habría tenido la oportunidad de
defenderse del cobarde ataque del un peón de leva.
Era una cuestión social contra-natura, algo que iba en contra del Orden
Divino de las sociedad humana, dispuesta así por Altísimo. La realeza,
otorgadora de títulos nobiliarios, era designada por Dios, y El es quien
decidía cual era el lugar de cada uno. La nobleza era pues tributaria del
estado eclesiástico que la legitimaba, ambos se necesitaban para mantener su
predominio sobre la inmensa clase baja. Y la inerme y vil Ballesta osaba
violar este principio de las cosas.
Los villanos no debían matar con tal cobarde e insultante facilidad a un
noble. El arco era más temible e igual de desleal que la ballesta, pero su
puntería y manejo requería de mucho tiempo, y nunca fue tan popular, a pesar
de ser conocida desde más antiguo. El creciente uso indiscriminado de la
Ballesta de infantería amenazaba la prepotencia de la caballería, y esto no
lo podían consentir. Los nobles europeos clamaron al cielo y la Santa Madre
Iglesia escuchó sus plegarias.
En el II Concilio de Letrán, celebrado en el 1139, los padres de la Iglesia
Católica prohibían el uso de la ballesta a todo buen creyente. La ballesta
"... arma infame ante Dios, e indigna de cristianos..." era públicamente
excomulgada, así como quienes la llevasen en combate, más nada se decía para
la caza. Sin embargo se dejaba claro que su uso en guerra estaba permitido
cuando las víctimas contra las que se utilizase fuesen infieles, es decir,
musulmanes.
Sobra decir que tal prohibición no sería respetada. El uso de la ballesta
continuó creciendo durante los siglos siguientes.
Sin embargo, fue la primera restricción pública conocida del uso de un arma.
-------------------------------------------------------------
Gracias a De Re Militari
organizaciones internacionales que pudiesen censurar su uso, excepto una, la
más antigua de todas...
La Ballesta portátil comenzó a utilizarse en occidente a finales de la Alta
edad media.
Su antecedente era la Ballista romana, máquina de asedio que se podía
adaptar para arrojar piedras o lanzar grandes venablos o lanzas contra
los muros de los castillos, aunque también se empleaba así contra grandes
formaciones de infantería, con la horrible esperanza de empalar a varios
enemigos apiñados de una vez, lo cual debía desmoralizar en grado sumo a los
que presenciaran tal ataque.
Una versión de tamaño más reducido, llamado Scorpio o Escorpión, era montado
en trípode sobre las torres de asedio con la finalidad de proteger el asalto
de los legionarios sobre las murallas enemigas.
Vegecio cuenta que existía una "Manubalista", refiriéndose al parecer a un
arma similar a la descrita anteriormente, pero de menor peso, capaz de ser
transportada, empleada y cargada por un solo hombre... pero nada semejante
se ha hallado, ni ha sido descrito por otras fuentes.
En cambio si está documentado que un célebre inventor griego ( el mismo que
ideó una máquina de vapor...) realizó una ballesta con una recámara, de
tamaño similar al Escorpión, con capacidad para lanzar varios dardos. El
ingenio ya incluía un sistema de recarga basado en un torno que tiraba de la
cuerda mediante un gancho unido a una cadena, de aspecto muy similar a las
de las bicicletas actuales.
Estos serían el precedente europeo de la ballesta tal como la conocemos
desde el medioevo, pues en la Alta Edad Media no se conoce su uso tanto para
la guerra o la caza. Sin embargo, los chinos ya disponían de tal arma, pero
en un tamaño más reducido, ideal para que una persona pudiese cargar con
ella.
Esta versión portátil apareció en Europa hacia el siglo X ó XI, no se conoce
la fecha o el lugar con exactitud, si bien se cree que pudo llegar a través
del entonces magnífico Imperio Bizantino, la encrucijada del mundo.
Su uso se extendería lentamente durante el siglo XI (existe un ejemplar
árabe de esta época en Granada, España), y al llegar el siglo XII, ya era un
arma conocida y temida por sus cualidades más sobresalientes: no exigía
instrucción en su manejo, y su rendimiento era similar al arco, aunque su
cadencia de tiro era menor, comparada con la de un arquero diestro de años,
por supuesto, y de estos huelga decir que no había muchos.
Y la consecuencia de todo ello era que un pobre y vulgar campesino novato,
podía matar disparando un dardo que, tras atravesar la coraza, se hundiese
firmemente en el corazón de todo un noble caballero, la carísima y
experimentada élite guerrera de entonces; y se consideraba tan intolerable
que el bravo caballero ni siquiera habría tenido la oportunidad de
defenderse del cobarde ataque del un peón de leva.
Era una cuestión social contra-natura, algo que iba en contra del Orden
Divino de las sociedad humana, dispuesta así por Altísimo. La realeza,
otorgadora de títulos nobiliarios, era designada por Dios, y El es quien
decidía cual era el lugar de cada uno. La nobleza era pues tributaria del
estado eclesiástico que la legitimaba, ambos se necesitaban para mantener su
predominio sobre la inmensa clase baja. Y la inerme y vil Ballesta osaba
violar este principio de las cosas.
Los villanos no debían matar con tal cobarde e insultante facilidad a un
noble. El arco era más temible e igual de desleal que la ballesta, pero su
puntería y manejo requería de mucho tiempo, y nunca fue tan popular, a pesar
de ser conocida desde más antiguo. El creciente uso indiscriminado de la
Ballesta de infantería amenazaba la prepotencia de la caballería, y esto no
lo podían consentir. Los nobles europeos clamaron al cielo y la Santa Madre
Iglesia escuchó sus plegarias.
En el II Concilio de Letrán, celebrado en el 1139, los padres de la Iglesia
Católica prohibían el uso de la ballesta a todo buen creyente. La ballesta
"... arma infame ante Dios, e indigna de cristianos..." era públicamente
excomulgada, así como quienes la llevasen en combate, más nada se decía para
la caza. Sin embargo se dejaba claro que su uso en guerra estaba permitido
cuando las víctimas contra las que se utilizase fuesen infieles, es decir,
musulmanes.
Sobra decir que tal prohibición no sería respetada. El uso de la ballesta
continuó creciendo durante los siglos siguientes.
Sin embargo, fue la primera restricción pública conocida del uso de un arma.
-------------------------------------------------------------
Gracias a De Re Militari