Si buscas una vagina anónima o alguien que te acompañe a hacer deporte, comprar ropa o a la pelu, no hace falta que sigas leyendo.
Si no es tu caso, te cuento que me gustaría poder escribir algo así como «a ver si consigues que me borre de aquí» (así, con comillas latinas ;-) ), pero el amor no aparece cuando uno lo decide; si la vida fuera predecible, sería muy aburrida.
Los solteros que abundan son los que temen más a una cucharita que a una navaja en el escroto, y yo busco a alguien capaz de imaginar un futuro con cucharita.
Espero que ninguna fémina me amenace de muerte por desvelaros nuestro secreto mejor guardado, ahí va: las mujeres no necesitamos una app para copular porque pateamos una baldosa y se asoman diez falos. La app Vagina ya viene con relaciones sexuales gratuitas y a discreción durante toda su vida útil. En mi caso, si buscara sexo con alguien que aún no he olido, no he visto en persona, no sé si está lleno de tics, si está lobotomizado o cuya conversación me pueda incitar a considerar el suicidio, y si pudiera relajarme estando a solas, estaría en la carretera sacándome unos eurillos y no aquí. A los que sigáis sin entender, os invito a que os imaginéis en pelota picada y a solas con el desconocido más fuerte del gimnasio, a eso le suméis la posibilidad de que os deje una venérea o un hijo de recuerdo y la casi certeza de que se correrá antes que vosotros. Eso sin mencionar a los misóginos asesinos, los que te filman, las violaciones grupales, los secuestros, la trata de blancas y el tráfico de órganos, nada tan frecuente como lo de forzarte sin condón, pero también una realidad.
Volviendo a mí, considero que la genética no tiene ningún mérito, el carácter sí; así que, si me pides quedar para aprovechar mi agujero en vez de mi personalidad (casi todos, la madre que os parió), lejos de ser excitante, es una lástima. Sin embargo, como la esperanza es lo último que se pierde, solo me queda desear que algún día se acabe la doble moral masculina que condenaba sor Juana Inés de la Cruz, la misma que hace que a mí me agobieis pidiéndome que me abra de piernas y a la que pone "busco polla" no le entre nadie porque "es muy puta". En conclusión, por favor, los que estéis más salidos que un babuino, pasad de mí.
Aprovecho esta confesión para contaros también que a muchas nos echa para atrás la mala ortografía, que compartáis vuestras batallitas y estéis rodeados de tías semidesnudas en las fotos, que nos contéis cuánto calzáis o vuestra frecuencia masturbatoria sin que os lo preguntemos, que os tatueís, que os depiléis las cejas, que consumáis brebajes macrobióticos, que os infléis los brazos como globos y no piséis una biblioteca, que nos contéis cuánto echáis de menos a vuestra ex o habléis mal de vuestras ex, y que nos empalaguéis con apelativos cariñosos y diminutivos desde el primer saludo cual pagafantas en busca de quien le dirija la vida o pichafloja que prefiere no liarse con los nombres.
Tengo muy claro lo que quiero y aún no lo he encontrado. Tiene que ser, "sine qua non", alguien que mida más de metro ochenta, buena persona, con humor negro y cuyo único vicio sea hacer el amor conmigo ('hacer el amor' se convierte en oxímoron si se pretende hacer sin amor). Las cuatro condiciones no negociables solo son esas. Sería bonito que disfrutara de viajar y del sofá en igual medida. Si es por pedir, que sea políticamente incorrecto, culto, moreno, sin cargas familiares y solidario sin llegar al suicidio colectivo europeo del welcome-refugees. Odiar Mierdaset, el postureo y la cosmética tanto como yo sería otro valor añadido. Irónico y que no se ría con chistes de hostias y zurullos. Que prefiera meterle mano a una teta mullidita y natural antes que a una tiesa y de plástico. Que valore la espontaneidad. Que no se describa como respetuoso, educado, buena persona ni amigo de sus amigos porque, antes del bostezo, ya me entran ganas de describirne con tronco, cabeza y órganos vitales. Que proponga sexo con una media sonrisa, una mirada de las que te desnudan, un susurro y una caricia de las que te erizan todos lo pelos del cuerpo. Que disfrute de la tarta aunque el cumpleaños caiga en plena época de dieta y que no necesite ir de tiendas los días que el capitalismo así lo ordena.
Si te limitas a un «Hola», no te voy a contestar, y si es un «ola k ase» o me envías un mensaje de buenos días cada mañana sin ser mi pareja, menos. Si me dices "como estas", te responderé "como aquellas", y "ola como esta" amerita un "'tsunami como aquel". Ahora ya puedes pensar que me expreso así porque soy superficial o porque considero que mi tiempo es oro y, por cierto, ese es otro filtro. Aún así, el mejor autofiltrado es pasar de princesa guapísima a lesbiana frígida en cuanto aclaras que no te pone acostarte con desconocidos.
Mejor sola que mal acompañada. Mejor bien acompañada que sola. Lo bueno se hace esperar.
Nota para los señores de Pof: «ambicioso» y «codicioso» no significan lo mismo. Me considero muy ambiciosa y nada codiciosa.
"Encontrarte en algún lugar,
aunque sea muy tarde,
Tantos odios para curar,
tanto amor descartable".