Es increíble que defiendan a un futbolista que llega al punto del delito, pero el delito real, en donde perfectamente pudo haber sido engrilletado y conducido al calabozo.
En frío, en la calle, ajeno totalmente a lo que es un partido, agrediendo.
Pero atención, que resulta que está justificado. Que no sabes lo grave que es lo que le ha dicho. Que es una excepción. Que lo que le ha dicho, ufff. Temas familiares y fuaaaa, ahí sí, ahí si puedes matarlo.
Que DA IGUAL lo que le dijera.
TODOS los futbolistas del mundo están acostumbrados a escuchar las mil barbaridades a cada partido. Se follan a su madre, ojalá que se te muriera tal, catalufo de mierda, hijo de puta, maricon, donde está aquel compañero tuyo que tan joven se murió?... las mil y una.
Pero hay una cosa que se llama ser profesional y obviar todo lo que se escucha en un terreno de juego.
Si todos los futbolistas hicieran eso cuando les dicen cosas, el futbol ni existiría. Estarían a cada minuto interrumpiendolo y convirtiéndolo en boxeo.
En fin. Qué absurdos que son...