Sí, no estoy ciego y sacralizo el coño. Tengo infinidad de motivos, ideas, intuiciones, razones, datos, conocimientos esotéricos y exotéricos para tal veneración, pero que no vienen al caso.
Un ejemplo; El Ángelus en el interior del Vaticano durante la plaga que nos asola. Estudia el cuadro detrás de el Papa y medita acerca de la seriedad que es el existir.
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Pakito, no busco exclusivamente el fornicio, no está hecho para mí si no existe una armonía entre ambos, una complicidad amistosa, la urdimbre personal que da la confianza, lo que
Ovidio llamó en
El Arte de Amar,
Notus Calor, el acostumbrado calor, erigiéndose entonces lo demás en una ficción vacía de la cual me voy defraudado y asqueado conmigo mismo y el ser.
Suciedad.
Respecto a las otras consideraciones que apuntas, estoy de acuerdo contigo. Lo de
Charo era la representación de un arquetipo, el que a mí me pone las pilas, nada más, y soy consciente de ello. Sin embargo puedes encontrar algunas aproximaciones a
Charo en toda esa panoplia de armas de destrucción masculina que holgazanean por el serrallo de las redes, siempre tras la poda y pericia del jardinero tranquilo que entre la hojarasca marchita del condicionamiento social, oculta eso que tú, magníficamente llamas,
Grial.
Todo tiene su Sección Áurea, y el corazón la encuentra, mas la razón sojuzgada por el deseo no atisba a ver proporción donde solo entiende caos.
No busco una divinidad, esa Divinidad va conmigo. Únicamente una mujer con ciertas dotes humanas, las que fueren, donde yo, atraído por esos dones, proyectaré a esa Diosa inevitablemente. Y esto, esto es el amor, y el que piense otra cosa, se engaña.
En el facebook jamás verán a Doc. Es tabú para él, yuyu.
Busco un rollo estable porque es mi naturaleza, e ir en contra de la naturaleza es un error, el error. Antaño, la idea del pecado, para nuestros antecesores consistía en ese equivocarse, en errar, en no dar en la diana, y yo sufro si fallo al ir en contra de mí, de lo que soy.
Sí, perdimos el paraíso, pero el infierno es un cielo para los Orfeos, Ulises, Teseos, Psiques, Dantes....
Los imperios se levantan con visionarios que otean mucho más allá de los acullás, no con el cortoplacismo, y si bien no tengo delirios de poder, seguro que podré ser contenido de algún
Grial.
En fin, mi anhelo lo expresa aquel viejo adagio sobre las Ondinas y Sirenas que decía:
Medio lo empujó ella,
medio se tiró él,
y no los volvieron a ver nunca más.
Eso es todo.