Hombre, todas las empresas, TODAS, tienen la misma intención: ganar dinero. Si no de qué.
Ahora bien, hay formas y formas de ganar dinero. Las casas de apuestas en su totalidad tienen el dinero en paraísos fiscales. Todas. Es decir, duro que ganan, duro que se va de España sí o sí a sitios donde una toalla puesta en la playa es una SL opaca al fisco e intrazable. Las casas de apuestas, además, se ceban en los estratos más débiles de la sociedad: están todas en barrios populares, no hay en los barrios ricos. Y de entre los más débiles se ceban, además, en los jóvenes, que atraídos por el dinero fácil pierden el poco que tienen. Hasta no hace muchos años eran ilegales. Sólo las apuestas controladas por el Estado eran legales. Son fábricas de adictos al juego, máquinas de llevarse el dinero, se generan pocos puestos de trabajo habida cuenta del dinero que mueven. No veo qué beneficio social puede aportar este tipo de negocio. Sí se ven, claramente, cuáles son los perjuicios. No se trata de izquierdas o derechas, se trata de que es un negocio que hace más mal que bien y que está fuera de todo control y de todo límite.
Coño, para una cosa a la que esta izquierda de mierda quiere poner coto con razón encima va a ser de la que nos quejemos.