Vinchen Cushing
Freak
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Impunidad.
Eres una de las figuras más relevantes de la derecha en España, más allá, te han convertido en la líder de su ala más reaccionaria a base de protagonizar una polémica diaria desde hace cinco años.
Pues bien, te crees que puedes vivir en un dúplex que ha sido pagado después de estafar a Hacienda 350000 euros, con un dinero proveniente de unas comisiones millonarias por el chalaneo con las mascarillas en lo peor de la pandemia. Después de que tu hermano, por el mismo motivo, desatara una guerra interna en tu partido sin precedentes que le costó el cargo a su presidente.
Te piensas que puedes hacer unas obras sin permiso en ese dúplex, que provocaron una avería de tal magnitud que arruinaron a un restaurante situado en los bajos del inmueble. El mismo donde tienes una plaza de garaje donde aparcas un Porsche y un Maserati. Unas obras que le costaron el puesto al concejal y a la funcionaria que te denegaron el permiso.
Asumes con toda naturalidad que tu pareja, Alberto González Amador, el del dúplex, la obra, la estafa, las comisiones y el Maserati, tenga como principal cliente a Quirón, la empresa sanitaria a la que has privilegiado en tus concesiones, multiplicando sus pagos desde que le conoces, hasta el punto de utilizar fórmulas excepcionales previa destitución de la interventora general de la Comunidad, la que se hubiera encargado de fiscalizar este gasto. Centenares de millones de euros en juego.
Una empresa, Quirón, con un directivo, Fernando Camino, que ha tenido una coincidencia societaria con tu pareja, González Amador, en una empresa, Insumos Médicos del Pacífico, que ha sido parte de la trama de sociedades pantalla y facturas falsas para estafar a Hacienda. Una empresa, Quirón, en la que trabajó tu actual consejera de Sanidad.
Y después de que todo esto vaya saliendo a la luz, tu jefe de gabinete, MAR, como maniobra de distracción, amenaza a periodistas inventándose una ridícula historia de asaltos y encapuchados después de que tú comparezcas al inicio del escándalo mintiendo en todas y cada una de las frases de tu intervención.
Es decir, que en estos últimos tres años no has pensado, llamándote Isabel Díaz Ayuso, siendo el centro de este huracán, de este despropósito, de esta indecencia, que en algún momento te vas a ver afectada.
Pues o has perdido todo el contacto con la realidad, creyendo que gozas de una impunidad absoluta, o quien te ha puesto ahí, quien te arropa y financia a tu aparato de las tormentas, se le ha ido la mano asegurándote una impunidad que, llegados a este punto, te puede costar tu fulgurante carrera política.
Eres una de las figuras más relevantes de la derecha en España, más allá, te han convertido en la líder de su ala más reaccionaria a base de protagonizar una polémica diaria desde hace cinco años.
Pues bien, te crees que puedes vivir en un dúplex que ha sido pagado después de estafar a Hacienda 350000 euros, con un dinero proveniente de unas comisiones millonarias por el chalaneo con las mascarillas en lo peor de la pandemia. Después de que tu hermano, por el mismo motivo, desatara una guerra interna en tu partido sin precedentes que le costó el cargo a su presidente.
Te piensas que puedes hacer unas obras sin permiso en ese dúplex, que provocaron una avería de tal magnitud que arruinaron a un restaurante situado en los bajos del inmueble. El mismo donde tienes una plaza de garaje donde aparcas un Porsche y un Maserati. Unas obras que le costaron el puesto al concejal y a la funcionaria que te denegaron el permiso.
Asumes con toda naturalidad que tu pareja, Alberto González Amador, el del dúplex, la obra, la estafa, las comisiones y el Maserati, tenga como principal cliente a Quirón, la empresa sanitaria a la que has privilegiado en tus concesiones, multiplicando sus pagos desde que le conoces, hasta el punto de utilizar fórmulas excepcionales previa destitución de la interventora general de la Comunidad, la que se hubiera encargado de fiscalizar este gasto. Centenares de millones de euros en juego.
Una empresa, Quirón, con un directivo, Fernando Camino, que ha tenido una coincidencia societaria con tu pareja, González Amador, en una empresa, Insumos Médicos del Pacífico, que ha sido parte de la trama de sociedades pantalla y facturas falsas para estafar a Hacienda. Una empresa, Quirón, en la que trabajó tu actual consejera de Sanidad.
Y después de que todo esto vaya saliendo a la luz, tu jefe de gabinete, MAR, como maniobra de distracción, amenaza a periodistas inventándose una ridícula historia de asaltos y encapuchados después de que tú comparezcas al inicio del escándalo mintiendo en todas y cada una de las frases de tu intervención.
Es decir, que en estos últimos tres años no has pensado, llamándote Isabel Díaz Ayuso, siendo el centro de este huracán, de este despropósito, de esta indecencia, que en algún momento te vas a ver afectada.
Pues o has perdido todo el contacto con la realidad, creyendo que gozas de una impunidad absoluta, o quien te ha puesto ahí, quien te arropa y financia a tu aparato de las tormentas, se le ha ido la mano asegurándote una impunidad que, llegados a este punto, te puede costar tu fulgurante carrera política.