Por Carl, por Spawner, por Murdock, por Lebrom, y por todos mis hermanos madridistas que aún siguen en las trincheras de putalocura.
Hoy volvemos a reunirnos en el mismo lugar del que jamás debimos marcharnos hace dos años; hoy volvemos a nuestro rincón, a esa pequeña porción de terreno celestial creada por y para nosotros; hoy nos sentamos una vez más en el olimpo del triunfo, del campeón, del REAL MADRID.
Hoy, de nuevo, volvemos a estar solos. Volveremos a luchar contra el orbe y, como Atlas, estaremos condenados a soportar sobre nuestros hipertrofiados hombros triunfantes el peso del mundo, que busca oponerse a nuestro reinado del terror.
Hoy quieren hacernos caer en la trampa, hermanos. No les escuchéis, ni les habléis; no retiréis la mirada del cielo, que es nuestra casa, porque os intentarán llenar la cabeza de pájaros con las alas rotas; os dirán que el Patético de Madrid es la víctima, que llega con la vitola de aspirante silencioso, y todo ese armatoste de mierda metafísica que conforma el mamotreto atlético; “nunca dejes de creer” es su mensaje, y con él llegan, ataviados de traición y malas intenciones; hoy van a querer doblegarnos con su victimismo torticero, hermanos; huid de ellos; son lacra, lumpen, barro programado para manchar, carcomer y anquilosar tejidos. Hoy han llegado y han dicho que somos los poetas de esta final, y que ellos lucharán con intensidad y que pondrán todo el orgullo, el carácter y la fuerza que puedan, porque ellos no dejan de creer.
¿Sabéis que os digo? Que vamos a enseñarles nuestro cántico, nuestro monumento fonético al deporte, ese intrincado y encriptado mensaje madridista que todos los que sentimos los colores blancos llevamos tatuado en cada milímetro de nuestro cuerpo, y que rezuma por cada filón de nuestro contorno. Todos juntos, hermanos:
NUNCA DEJES DE GANAR.
Hoy, amigos, nos vamos a dejar de favoritismos, poesías, dulzura y todo ese carajo. Hoy dejaremos de lado el verso y la pluma y cogeremos el fusil de asalto y el chaleco antibalas; hoy les enseñaremos que la guerra la inventamos nosotros, y que a la guerra se va con soldados, no con rapsodas.
Hoy le mostraremos al mundo una vez más que al patético de Madrid no se le gana con fútbol, sino asesinándolo a traición, por la espalda, hasta que se desangre.
Hoy le diremos a los nuestros que muchos caerán en combate, y que otros volverán heridos, pero que no pasa nada, porque los que vuelvan, ni uno solo de ellos, oídme; ni uno solo, habrá dejado de verter sangre atlética. Nuestras armas estarán bañadas de rojo atlético, y estarán melladas, o fracturadas, pero seguiremos mirando arriba, hacia el firmamento, y relincharemos de orgullo.
Hoy le trasladaremos al mundo el mensaje madridista, ese que nos inculcaron desde pequeños; les mostraremos que cuando llega una final de champions, somos un turbión programado para machacar al contrario; les haremos ver que cuando olemos título a la vista, nos convertimos en un escuadrón instalado en la víscera y el impulso irracional, que arrambla con todo lo que encuentra a su paso; les haremos partícipes de nuestra desbocada marabunta que bajo una tormenta de fútbol, impreca los gemidos del cadáver que dejamos a nuestro paso.
Hoy, les haremos entender que el deporte no son matemáticas, y que es indiferente tu estado emocional o físico; hoy verán un grupo de gente imperfecta, que no obedece ni pretende caer bien a nadie, y que no visita museos, ni va al teatro, ni se preocupa por la estética de las cosas; porque nosotros somos los que quemamos el teatro, aniquilamos los museos y deprecamos sobre la estética del mundo que nos rodea; hoy verán que somos el epicentro de su agonía, la sal de su herida, el sol que deflagrará sus alas cuando intenten volar alto.
Hoy, les explicaremos de nuevo quién es el mito blanco, y nuestra victoria reverberará por todos los confines del universo.
Así que, de nuevo, por Carl, por Spawner, por Murdock, por Lebrom, y por todos mis hermanos madridistas que aún siguen en las trincheras de putalocura:
¡¡¡HOY ES EL DÍA DE LA UNDÉCIMA!!!