HombrePollo
Veterano
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Te odio y te amo. No se por qué siento en mi interior tal contradicción que hace que me vuelva loco.
La primera vez que te vi me deslumbró una sonrisa tan sincera que me pareció estar en presencia de un ángel. Tu mirada traviesa, curiosa, pícara, producida por esos ojos que no puedo dejar de mirar y en los que me sumerjo cara vez que me hablas. Las lisas hebras negras acarician tu cuello y tus hombros que quisiera tocar, mientras se enrredan unas con otras formando un remolino con el que jugueteas tratando de deshacerlo.
Todos los días, uno tras otro, la monotonía reinante es rota por tu presencia y cada mañana gris se transforma en miles de colores y tonalidades distintas combinadas entre si, para luego volver a su oscura normalidad tras acabar la jornada. Las historias narradas por tu melódica voz dan emoción a mi vida tan vacia, que no tiene más razón que la de esperar al siguiente día en el que pueda escucharlas de nuevo. Para ti solo soy un compañero, tu para mi eres todo.
Pero ahora te odio.
Te odio por la huella que me has dejado.
Te odio porque no pude decirte lo que sentía por respeto a ti y a quién amabas.
Te odio porque te marchaste sin avisar a nadie, para convertirte en un ángel de verdad.
La primera vez que te vi me deslumbró una sonrisa tan sincera que me pareció estar en presencia de un ángel. Tu mirada traviesa, curiosa, pícara, producida por esos ojos que no puedo dejar de mirar y en los que me sumerjo cara vez que me hablas. Las lisas hebras negras acarician tu cuello y tus hombros que quisiera tocar, mientras se enrredan unas con otras formando un remolino con el que jugueteas tratando de deshacerlo.
Todos los días, uno tras otro, la monotonía reinante es rota por tu presencia y cada mañana gris se transforma en miles de colores y tonalidades distintas combinadas entre si, para luego volver a su oscura normalidad tras acabar la jornada. Las historias narradas por tu melódica voz dan emoción a mi vida tan vacia, que no tiene más razón que la de esperar al siguiente día en el que pueda escucharlas de nuevo. Para ti solo soy un compañero, tu para mi eres todo.
Pero ahora te odio.
Te odio por la huella que me has dejado.
Te odio porque no pude decirte lo que sentía por respeto a ti y a quién amabas.
Te odio porque te marchaste sin avisar a nadie, para convertirte en un ángel de verdad.