todas mis fantasias se hacen realidad, la ultima fue esta:
Estaba yo sentado, en la cama de mis aposentos, y una a una, las concubinas se fueron dejando lefar en los ojos, con ceguera permanente, fueron muchas las voluntarias, si, se quedaron ciegas por el ácido sulfúrico de mi súper esperma samu-jedi, pero gozaron de ser lefadas por mi esperma real.