Hablamos del mismo tipo de besugo, no de un besugo de piscifactoría frente a otro pescado en altamar, aunque me parece que el besugo eres tu.
Cuando las montañas de dinero alcanzan determinada altura ya te da igual todo. Compras cosas exclusivas igual que pagas el doble por algo que a cualquiera le cuesta la mitad. Simplemente porque puedes y eso te distingue del resto.
Claro que ir a la casa del señor Müler, tu anfitrión, y ponerte a llamarle gilipollas a la cara así de primeras...no es muy cortés. Que si le va tan bien tonto del todo no será, y aunque lo sea te callas y quedas como un caballero.