Sin follar llevo menos de una semana, no tengo más que coger el teléfono y hacer una llamada. Siempre hay alguna que quiere repetir, alguna ex, alguna que quiere ser tu pareja y mientras tanto se va conformando con las migajas que le das. Sin ligar llevo bastante más tiempo. Parece que ya no sea capaz de llevarme a una a la cama. Me explico, las últimas veces que he salido sí que he podido acostarme con algunas, pero no con las que yo quiero. Tampoco estoy en esa época en la que te da igual la chica, solo te importa que tenga un coño entre las piernas. Ahora quiero alguna que me dé algo más, no sé. Soy como una mujer con la regla permanentemente, pero sin andar lo salido que van ellas cuando están menstruando. Quiero abrazos y bombones, esas bobadas. Y para desahogarme prefiero un polvo sin sorpresas, con alguna que haya probado antes.
Es frustrante no conseguir lo que quieres. Ya no hablo de sexo sino del hecho de no ver satisfechos tus deseos. De alguna manera inconscientemente te acabas por echar la culpa a ti mismo, te vienes abajo, sientes que si no tienes lo que quieres no es sino por tu propia culpa, por no ser lo suficientemente simpático, guapo, alto, lo que sea. Aunque te enfades con el mundo, culpes a las mujeres porque no son lo que tú esperas que sean, todo eso que tanto hacemos por aquí, pero al fin y al cabo en un lugar dentro de ti algo te dice que la culpa es solo tuya. Y te vas haciendo pequeño, muy pequeño. Hasta que un día te la chupa la más guapa de la discoteca o sientes esa descarga de electricidad estática al rozarle la mano a una y te encuentras oliendo su pelo y descubriendo que huele como unas vacaciones infantiles. Hasta que recibes lo que estabas esperando. Pero sin la actitud correcta no lo recibes. Y más te hundes en ti mismo. Y sientes que te ahogas.
Es frustrante no conseguir lo que quieres. Ya no hablo de sexo sino del hecho de no ver satisfechos tus deseos. De alguna manera inconscientemente te acabas por echar la culpa a ti mismo, te vienes abajo, sientes que si no tienes lo que quieres no es sino por tu propia culpa, por no ser lo suficientemente simpático, guapo, alto, lo que sea. Aunque te enfades con el mundo, culpes a las mujeres porque no son lo que tú esperas que sean, todo eso que tanto hacemos por aquí, pero al fin y al cabo en un lugar dentro de ti algo te dice que la culpa es solo tuya. Y te vas haciendo pequeño, muy pequeño. Hasta que un día te la chupa la más guapa de la discoteca o sientes esa descarga de electricidad estática al rozarle la mano a una y te encuentras oliendo su pelo y descubriendo que huele como unas vacaciones infantiles. Hasta que recibes lo que estabas esperando. Pero sin la actitud correcta no lo recibes. Y más te hundes en ti mismo. Y sientes que te ahogas.