Nueces
Muerto por dentro
- Registro
- 3 Dic 2010
- Mensajes
- 27.941
- Reacciones
- 11.385
Hasta hace poco ser idiota salía gratis. O mejor expresado, la idiotez de uno la pagábamos todos.
Uno se iba al monte en invierno, sin mirar el parte meteorológico, sin equipo, sin alimento, sin móvil, solo llevando a hombros la propia felicidad de TENER DERECHO a disfrutar de la naturaleza. Entonces nevaba, te quedabas aislado, te perdías y empezabas a congelarte. Hasta que unos simpáticos señores (hombres) te rescataban jugándose su propio pellejo y desplegando un considerable aparato logístico para buscarte. Y te salía gratis porque TENÍAS DERECHO.
Ahora ya no. Ahora ser gilipollas o IMPRUDENTE se paga. Los costes del rescate corren por tu cuenta cuando se demuestra un comportamiento imprudente.
A la gente le pasa cosas malas. Nadie se merece realmente pasar por ellas, pero suceden porque el mundo no es una burbujita de felicidad, piruletas, arco iris y derechos de la mujer.
Pienso en esas pobres chicas que se van a Pamplona llevando a hombros su mochilita de felicidad y derechos. Pienso en lo mal que lo tienen que pasar cuando unos malvados veinteañeros borrachos se la quitan junto con el sostén. Y pienso que tiene derecho a que alguien (hombres) la proteja y le haga justicia por las agresiones sexuales sufridas.
Pero que lo pague de su bolsillo.
Uno se iba al monte en invierno, sin mirar el parte meteorológico, sin equipo, sin alimento, sin móvil, solo llevando a hombros la propia felicidad de TENER DERECHO a disfrutar de la naturaleza. Entonces nevaba, te quedabas aislado, te perdías y empezabas a congelarte. Hasta que unos simpáticos señores (hombres) te rescataban jugándose su propio pellejo y desplegando un considerable aparato logístico para buscarte. Y te salía gratis porque TENÍAS DERECHO.
Ahora ya no. Ahora ser gilipollas o IMPRUDENTE se paga. Los costes del rescate corren por tu cuenta cuando se demuestra un comportamiento imprudente.
A la gente le pasa cosas malas. Nadie se merece realmente pasar por ellas, pero suceden porque el mundo no es una burbujita de felicidad, piruletas, arco iris y derechos de la mujer.
Pienso en esas pobres chicas que se van a Pamplona llevando a hombros su mochilita de felicidad y derechos. Pienso en lo mal que lo tienen que pasar cuando unos malvados veinteañeros borrachos se la quitan junto con el sostén. Y pienso que tiene derecho a que alguien (hombres) la proteja y le haga justicia por las agresiones sexuales sufridas.
Pero que lo pague de su bolsillo.