La verdad es que todos sentimos curiosidad por saber cómo lo estará pasando Turbinson en el maco. Aquí muchos dais por supuesto que las está pasando putísimas, o que le están poniendo a caldo a base de hostias y o pollazos en las duchas, y no tiene por qué ser así, la verdad. No será el primer caso de tío con posibles y buen tren de vida que se las ha ingeniado en la cárcel de tal forma que era respetado y vivía todo lo bien que en ese entorno se podía vivir. Se dice que cuando Mario Conde estaba en la cárcel hizo mogollón de amigos entre la chusma que allí estaba, que no podía ser más distinta a él, y hasta se contaba el chiste de que los quinquis de esa cárcel empezaron a peinarse todos con gomina. Cuando la Pantoja entró en la cárcel, ¿qué creéis, que las demás reclusas la rajaron o la aplaudían y le pedían por favor que les cantase? Me da a mí que más bien lo segundo. En la cárcel un famoso de según qué estilo igual es bien recibido independientemente de lo que haya hecho.
No sé, imaginad que estáis en la cárcel. Que conocéis a Turbo por sus vídeos y las risas y el porno y las tetas y los chistes. ¿Qué iríais, a partirle la cara de gratis, porque sí, sin motivo, o le querríais tener para amenizaros la tarde con sus historias de cuando se folló a la enana o cuando lió la movida con las de Torrelavega o de cómo se convirtió en un productor porno y sus historias y sus viajes? Con lo primero tenéis diversión para una tarde, dos a los sumo; un humorista en el grupo da para risión durante meses. Igual le han recibido con los brazos abiertos y se lo disputan para que cuente historias y le piden que cuando salga les contrate para una escena con alguna jamelga del Este y está haciendo amigos a punta de pala.
O no, o le están breando. Pero no lo sabemos, y yo, francamente, veo más razones para que sea una celebridad dentro del maco que para que sea el saco de boxeo de los demás.