Lo de la consulta a las bases para ver si dimiten o qué está bien pensao: habida cuenta de que la grandísima mayoría de las bases son fanboys que aplauden todo lo que haga o diga esté bien o esté mal, el resultado está claro que va a ser que no, que han hecho mu rebién.
Y claro, luego presentarán ese resultado como un hecho incontrovertible de que eso es lo suyo y que por tanto se ha acabado el tema. Como los indepes que sólo fueron a votar ellos al simulacro de referéndum ese presentan ese referéndum como que Cataluña quiere separarse con un 90% de mayoría y que por tanto hay que dejarles marchar. O como si un ladrón fuera al juicio diciendo "miren, hemos votado en mi familia y todos piensan que no se me debe condenar, así que hasta aquí hemos llegao con esta tontuna".
Qué puta cara dura tienen.
Pero vamos, que está claro que esto es cosa de la asquerosa esa de la Montero. Es que no me quiero poner, ni por un segundo, en la piel del chepudo. El COÑAZO INSUFRIBLE que le ha debido dar todo este tiempo. Me la imagino perfectamente:
-Pablo, aquí así no podemos vivir.
-Aquí llevo viviendo toda mi vida, no sé qué tiene de malo.
-Pablo, que yo a mis hijos no los voy a criar aquí. NECESITO una casa como dios manda.
-No podemos comprarnos ahora la casa que tú quieres, que va a sonar raro y quedar feo, que nosotros somos los líderes de Podemos
-Pablo, ¿me estás escuchando? NE-CE-SI-TO una casa
-Pero...
-Ni pero ni nada, una casa con jardín que...
-¿Con jard...?
-SÍ, CON JARDÍN, YO NO SÉ POR QUÉ NO PUEDO TENER UNA CASA CON JARDÍN
-Irene, por fav...
-NI POR FAVOR NI HOSTIAS, PABLO, HE DICHO QUE...
-Son las cuatro de la madrugada, me has despertado para esta mierda, por favor, déjame dormir.
-NO HASTA QUE NO ME DIGAS QUE VAMOS A COMPRAR UNA CASA. ME DA IGUAL LA HORA QUE SEA.
Y así meses y meses, y meses. Mañana, tarde y noche, a la hora del desayuno, en la cena y en la comida, y si hay merienda, también. Venga o no a cuento:
-Pásame la sal.
-No sé dónde sal, en esta casa DE MIERDA no sé dónde está la, si tuviéramos una CASA COMO DIOS MANDA CON JARDÍN a lo mejor sabría dónde encontrar la sal.
Y una y otra y otra y otra. Y al final, claro, el tío ha tenido que decir que sí. Y mira.