Alcaudon
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Si hay un mito feminista que ha sobrevivido al paso del tiempo, es la idea de que el Manifiesto SCUM de Valerie Solanas fue un caso aislado, una obra radical escrita por una "desequilibrada" que no representa el verdadero feminismo.
Según esta narrativa, Solanas era una lunática sin conexión con el feminismo serio, sólo una pirada que se hizo famosa por tratar de asesinar a Andy Warhol, y su llamado a exterminar a todos los hombres no debe tomarse en serio.
“SCUM exterminará a todos los hombres que no formen parte del Cuerpo Auxiliar Masculino de SCUM.”
“Tratar al hombre de animal es halagarlo porque el hombre es una máquina, es un consolador andante.”
“El hombre es un muerto viviente, un pedazo insensible, incapaz de dar o recibir placer o felicidad.”
(La charo primigenia)
Si Solanas hubiese sido solamente una loca sin influencia, ¿por qué su libro sigue reeditándose con elogios feministas?
Y lo más importante, ¿por qué su retórica genocida ha sido repetida una y otra vez en el feminismo académico, político y mediático hasta el día de hoy?
El feminismo no sólo no ha condenado las ideas de Solanas, sino que ha reforzado su discurso con un tono aún más misándrico y deshumanizador.
Desde los años 60 hasta hoy, figuras feministas de renombre han abogado por la erradicación del hombre, la abolición de la heterosexualidad y la criminalización de la masculinidad.
Veamos cómo ha evolucionado este odio a lo largo de las décadas.
El feminismo de "segunda ola" surge en esta época como una extensión del marxismo, aplicando la lucha de clases a la guerra de sexos.
Aquí se siembran las bases del discurso misándrico que definiría el feminismo moderno.
“El odio al hombre es natural en la mujer (…). El mundo perfecto sería aquel en el que las mujeres fueran superiores a los hombres y sus derechos se defendieran por encima de todo.”
—Gloria Steinem (periodista y escritora, 1970)
“Las mujeres tienen una capacidad de comprensión y compasión que el hombre estructuralmente no tiene; no tiene porque no puede tenerla. Es simplemente incapaz de eso, porque es una bestia.”
—Barbara Jordan (senadora demócrata, 1974)
“La institución del coito es anti-feminista.”
—Ti-Grace Atkinson (filósofa, 1974)
“El macho es un animal doméstico que, si es entrenado con firmeza, puede ser domesticado para hacer la mayoría de las cosas.”
—Jilly Cooper (periodista y novelista, 1975)
“Si la vida quiere sobrevivir en este planeta, debe haber una descontaminación de la Tierra. Creo que esto irá acompañado de un proceso evolutivo que dará como resultado una reducción drástica de la población masculina.”
—Mary Daly (filósofa, 1978)
(Gloria Steinem).
En esta primera fase, el feminismo no sólo se limita a ataca a los hombres, sino que también comienza a demonizar la heterosexualidad como un problema que debe erradicarse.
Luego, durante los años 80 y 90, el feminismo da un paso más allá al redefinir la sexualidad masculina como violencia en sí misma. Cualquier relación entre hombres y mujeres pasa a ser vista como una forma de opresión.
“Todo coito supone la violación de un hombre sobre una mujer. Todo hombre es un violador de mujeres (...), y quiero verlo golpeado hasta que sea una pulpa ensangrentada, con un zapato de tacón incrustado en la boca, como una manzana en la boca de un cerdo.”
—Andrea Dworkin (escritora, 1987)
“Todo el sexo, incluso el consentido dentro del matrimonio, es una violencia contra la mujer.”
—Catharine MacKinnon (jurista de Harvard y la ONU, 1989)
“Cuando una mujer alcanza el orgasmo con un varón, está colaborando con el sistema patriarcal y erotizando su opresión.”
—Sheila Jeffreys (catedrática, 1990)
“Los hombres que son acusados injustamente de violación pueden beneficiarse de la experiencia.”
—Catherine Comins (asistente en Vassar College, 1991)
“Las mujeres son las principales víctimas de las guerras, ya que pierden a sus esposos, padres e hijos en los conflictos.”
—Hillary Clinton (Naciones Unidas, 1995)
(Andrea Dworkin).
Aquí el feminismo ya no se limita a atacar a los hombres, sino que también convierte a las propias mujeres en cómplices del "patriarcado" si disfrutan del sexo con ellos.
Para el siglo XXI, el feminismo empieza a defender abiertamente la necesidad de exterminar físicamente a los hombres, o al menos encerrarlos en campos de concentración.
“Deberían existir campos de concentración de varones donde utilizarlos como proveedores de semen.”
—Julie Bindel (periodista, 2007)
“[Celebrar] el Día del Hombre es como [celebrar] el día del terrorista, está feo.”
—Marta Nebot (periodista, 2018)
“Me lanzo, lo admito, odio a los hombres. ¿De verdad?, ¿a todos sin excepción? Sí, a todos. Por norma, los tengo en muy baja estima: son seres violentos, egoístas, perezosos y cobardes.”
—Pauline Harmange (escritora, 2020)
(Pauline Harmange y Julie Bindel)
El nivel de deshumanización ha llegado a tal punto que el hombre ya no es siquiera un ser humano, sino un animal que debe ser esclavizado, recluido o directamente exterminado.
En la última década, la misandria ha dejado de ser un "secreto" del feminismo para convertirse en una bandera de orgullo. El odio al hombre ya no es solo algo implícito, sino que se presenta como una postura legítima y moralmente superior.
Ya no hay disimulo.
La misandria es ahora "empoderamiento", y el odio al varón se vende como un paso necesario para la liberación de la mujer.
Pero recuerda: "feminismo es igualdad".
(Basado en 'Feminismo es cáncer' de Vicente Pellicer).
Según esta narrativa, Solanas era una lunática sin conexión con el feminismo serio, sólo una pirada que se hizo famosa por tratar de asesinar a Andy Warhol, y su llamado a exterminar a todos los hombres no debe tomarse en serio.
“SCUM exterminará a todos los hombres que no formen parte del Cuerpo Auxiliar Masculino de SCUM.”
“Tratar al hombre de animal es halagarlo porque el hombre es una máquina, es un consolador andante.”
“El hombre es un muerto viviente, un pedazo insensible, incapaz de dar o recibir placer o felicidad.”
(La charo primigenia)
Si Solanas hubiese sido solamente una loca sin influencia, ¿por qué su libro sigue reeditándose con elogios feministas?
Y lo más importante, ¿por qué su retórica genocida ha sido repetida una y otra vez en el feminismo académico, político y mediático hasta el día de hoy?
El feminismo no sólo no ha condenado las ideas de Solanas, sino que ha reforzado su discurso con un tono aún más misándrico y deshumanizador.
Desde los años 60 hasta hoy, figuras feministas de renombre han abogado por la erradicación del hombre, la abolición de la heterosexualidad y la criminalización de la masculinidad.
Veamos cómo ha evolucionado este odio a lo largo de las décadas.
El feminismo de "segunda ola" surge en esta época como una extensión del marxismo, aplicando la lucha de clases a la guerra de sexos.
Aquí se siembran las bases del discurso misándrico que definiría el feminismo moderno.
“El odio al hombre es natural en la mujer (…). El mundo perfecto sería aquel en el que las mujeres fueran superiores a los hombres y sus derechos se defendieran por encima de todo.”
—Gloria Steinem (periodista y escritora, 1970)
“Las mujeres tienen una capacidad de comprensión y compasión que el hombre estructuralmente no tiene; no tiene porque no puede tenerla. Es simplemente incapaz de eso, porque es una bestia.”
—Barbara Jordan (senadora demócrata, 1974)
“La institución del coito es anti-feminista.”
—Ti-Grace Atkinson (filósofa, 1974)
“El macho es un animal doméstico que, si es entrenado con firmeza, puede ser domesticado para hacer la mayoría de las cosas.”
—Jilly Cooper (periodista y novelista, 1975)
“Si la vida quiere sobrevivir en este planeta, debe haber una descontaminación de la Tierra. Creo que esto irá acompañado de un proceso evolutivo que dará como resultado una reducción drástica de la población masculina.”
—Mary Daly (filósofa, 1978)
(Gloria Steinem).
En esta primera fase, el feminismo no sólo se limita a ataca a los hombres, sino que también comienza a demonizar la heterosexualidad como un problema que debe erradicarse.
Luego, durante los años 80 y 90, el feminismo da un paso más allá al redefinir la sexualidad masculina como violencia en sí misma. Cualquier relación entre hombres y mujeres pasa a ser vista como una forma de opresión.
“Todo coito supone la violación de un hombre sobre una mujer. Todo hombre es un violador de mujeres (...), y quiero verlo golpeado hasta que sea una pulpa ensangrentada, con un zapato de tacón incrustado en la boca, como una manzana en la boca de un cerdo.”
—Andrea Dworkin (escritora, 1987)
“Todo el sexo, incluso el consentido dentro del matrimonio, es una violencia contra la mujer.”
—Catharine MacKinnon (jurista de Harvard y la ONU, 1989)
“Cuando una mujer alcanza el orgasmo con un varón, está colaborando con el sistema patriarcal y erotizando su opresión.”
—Sheila Jeffreys (catedrática, 1990)
“Los hombres que son acusados injustamente de violación pueden beneficiarse de la experiencia.”
—Catherine Comins (asistente en Vassar College, 1991)
“Las mujeres son las principales víctimas de las guerras, ya que pierden a sus esposos, padres e hijos en los conflictos.”
—Hillary Clinton (Naciones Unidas, 1995)
(Andrea Dworkin).
Aquí el feminismo ya no se limita a atacar a los hombres, sino que también convierte a las propias mujeres en cómplices del "patriarcado" si disfrutan del sexo con ellos.
Para el siglo XXI, el feminismo empieza a defender abiertamente la necesidad de exterminar físicamente a los hombres, o al menos encerrarlos en campos de concentración.
“Deberían existir campos de concentración de varones donde utilizarlos como proveedores de semen.”
—Julie Bindel (periodista, 2007)
“[Celebrar] el Día del Hombre es como [celebrar] el día del terrorista, está feo.”
—Marta Nebot (periodista, 2018)
“Me lanzo, lo admito, odio a los hombres. ¿De verdad?, ¿a todos sin excepción? Sí, a todos. Por norma, los tengo en muy baja estima: son seres violentos, egoístas, perezosos y cobardes.”
—Pauline Harmange (escritora, 2020)
(Pauline Harmange y Julie Bindel)
El nivel de deshumanización ha llegado a tal punto que el hombre ya no es siquiera un ser humano, sino un animal que debe ser esclavizado, recluido o directamente exterminado.
En la última década, la misandria ha dejado de ser un "secreto" del feminismo para convertirse en una bandera de orgullo. El odio al hombre ya no es solo algo implícito, sino que se presenta como una postura legítima y moralmente superior.
Ya no hay disimulo.
La misandria es ahora "empoderamiento", y el odio al varón se vende como un paso necesario para la liberación de la mujer.
Pero recuerda: "feminismo es igualdad".
(Basado en 'Feminismo es cáncer' de Vicente Pellicer).
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