El forero en velatorios y entierros

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Candela

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8 Ago 2007
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Murió mi abuelo y tuvimos que enterrarlo. Quiero compartir mi experiencia con vosotros porque me resultó algo curioso. La falta de trato continuado hizo que si bien me diera pena su muerte, no la sintiera hasta el punto de la profunda congoja, lo que hizo que tanto en el velatorio como en el entierro, no pudiera sino asombrarme de los comportamientos ajenos. Nunca se como comportarme en eventos y en sociedad, pero el sentido común me hizo pensar que adoptando un semblante serio y dando un abrazo apretado a los más cercanos al difunto resultaría adecuado y no llamaría la atención.

Al entrar al tanatorio, las hijas del difunto lloraban. Me acerqué y les dí el pésame. Algunas habían acudido corriendo a la llamada, iban sin peinar y en chándal negro. Otras parecía que habían sacado tiempo para la peluquería y todo, esas eran las que más fuerte lloraban. Me pareció muy teatral, puesto que las de trato más cercano y que más querían al difunto simplemente estaban serias, las del teatro eran las apenas tenían trato con el finado. Nada más entrar, una de las hijas me cogió del brazo y me dijo: "¡mira, miralo!", y me arrastró hasta el ataúd abierto, sin apenas darme tiempo a prepararme para mirar cara a cara a la muerte. Ala, allí estaba. Los tanatoesteticistas (o como se llamen) habían dejado a una persona viejísima prácticamente sin arrugas, y al pegarle la boca para evitar la salida de secreciones, le habían dejado un rictus parecido al de las chonis en las fotos de la época del 2000. No estaba mal, pero pensé que el resultado era mejorable. Las hijas comentaban lo natural, lo angelical del cadáver. Les di la razón y observé. Me sentí obligado a observar el cadáver durante largo rato para mostrar mi respeto. Tras un rato, eso me empezó a resultar aburrido, y esperé a ver si se producía alguno de los espasmos propios de las primeras horas de la muerte para ver si le daba un poco de emoción al asunto, pero no.

Me resultó curioso. No sentía nada al observar al muerto. Tampoco impresión por ver un cadáver, era el segundo que observaba en mi vida. ¿Porqué si era un familiar cercano no sentía ganas de llorar, ni siquiera una leve presión en el externón? Cuando veo un animal muerto a veces no he podido contener una lágrima ¿Porqué tomé el papel del observador externo omnisciente?

Mi padre parecía estar borracho ante la muerte de su suegro. Borracho de alcohol, no de dolor ni de alegría. Empezó a hacerme bromas y a pisarme las puntas de los zapatos que yo en casa había lustrado. Hombre, un poco de sentido común.

Al rato de estar allí, empezó a aparecer gente del pueblo. La sobriedad se fue transformando en charlas y en murmullo de fondo, y parecía estar en un bar en lugar de en un entierro. Luego son los foreros los que no se saben comportar... pero joder, yo entendí mi papel y guardaba las formas, pero es que aquello se estaba transformando en una reunión de los pueblerinos para preguntarse por la familia, ni siquiera miraban al difunto. Cuando ya me había saludado todo el mundo, algunas personas incluso dos veces, y me di cuenta de que no pintaba nada allí porque no tenía intención de entrar en las conversaciones de bar ni de hablar de lo mucho que había crecido desde que aquellos pueblerinos me vieron desollarme las rodillas en bicicleta a los 12 años, me fui.

Tenía yo esos días una diarrea y unas náuseas propias del malestar de año nuevo todavía, y temía cagarme o vomitar en medio de la elegante sala, pero por suerte pude salir corriendo al baño, y allí eché todo lo echable, por suerte de forma silenciosa y elegante, que no inodora.

En la misa del día siguiente, no hubo nadie puntual salvo las hijas, yo, los de la funeraria, el cura y el muerto. Faltaban brazos para llevar el ataúd, y pillaron por banda a un cuñado de la vida que había por allí, enorme y altísimo. Total, que de las 6 personas, cada uno tenía una altura, y se pusieron irregularmente a cargar el ataúd, que iba tambaleante camino al altar. El lol me poseyó. Crucé una mirada con mi hermana, y la poseyó a ella. Pensábamos lo mismo. Eso se iba a caer para algún lado, y se iba a abrir, y las viejas se iban a desmayar y todo eso. Pero no, llegó a buen puerto.

A la salida, me arrastraron al bar, mientras la gente lloraba y tal.

En el cementerio, de nuevo el paseo a hombros del ataúd. Llevando el coche fúnebre un carrito con ruedas no entendí la necesidad, pero bueno. Esta vez cogieron sólo a los más altos, como hace la vida. Mas gente desconocia que me conocía a mí, sin yo conocerlos a ellos. Las viejas me besaban y me cogían el brazo, apretándome y midiéndome la porra. Not my target.

Tras meter el ataúd, un albañil procedió a tapar el hueco con ladrillos. Más de doscientas personas observando al albañil. Se le cayó un ladrillo de los nervios. El lol hizo mella en mí. Simulé llorar, no me quedó otra, porque se me escapó la carcajada, que ahogué como pude. Magnífico enyesado y ejecución, un profesional.

Una prima con la que hubo un baile muy apretado en una boda, se acercó a mí para contarme cosas, abrazarme y tal. Había envejecido, pero aún estaba muy buena en su chonismo. Tuve una ligera erección en el abrazo. Pero estaban ahí nuestras parejas y el tema es que aunque forero, sé guardar las formas en un entierro.

Y ya está. No hubo herencia, el dinero del difunto se lo quedó la hija que cuidaba al anciano que tenía acceso a sus cuentas, que eran nimias, cosa que por otra parte me parece bien y lógica, y sólo hubo un casuto de pueblo medio hundido a repartir entre 6 hijas.

Contad sexpex, estimados vivos de momento.
 
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Murió mi abuelo y tuvimos que enterrarlo. Quiero compartir mi experiencia con vosotros porque me resultó algo curioso. La falta de trato continuado hizo que si bien me diera pena su muerte, no la sintiera hasta el punto de la profunda congoja, lo que hizo que tanto en el velatorio como en el entierro, no pudiera sino asombrarme de los comportamientos ajenos. Nunca se como comportarme en eventos y en sociedad, pero el sentido común me hizo pensar que adoptando un semblante serio y dando un abrazo apretado a los más cercanos al difunto resultaría adecuado y no llamaría la atención.

Al entrar al tanatorio, las hijas del difunto lloraban. Me acerqué y les dí el pésame. Algunas habían acudido corriendo a la llamada, iban sin peinar y en chándal negro. Otras parecía que habían sacado tiempo para la peluquería y todo, esas eran las que más fuerte lloraban. Me pareció muy teatral, puesto que las de trato más cercano y que más querían al difunto simplemente estaban serias, las del teatro eran las apenas tenían trato con el finado. Nada más entrar, una de las hijas me cogió del brazo y me dijo: "¡mira, miralo!", y me arrastró hasta el ataúd abierto, sin apenas darme tiempo a prepararme para mirar cara a cara a la muerte. Ala, allí estaba. Los tanatoesteticistas (o como se llamen) habían dejado a una persona viejísima prácticamente sin arrugas, y al pegarle la boca para evitar la salida de secreciones, le habían dejado un rictus parecido al de las chonis en las fotos de la época del 2000. No estaba mal, pero pensé que el resultado era mejorable. Las hijas comentaban lo natural, lo angelical del cadáver. Les di la razón y observé. Me sentí obligado a observar el cadáver durante largo rato para mostrar mi respeto. Tras un rato, eso me empezó a resultar aburrido, y esperé a ver si se producía alguno de los espasmos propios de las primeras horas de la muerte para ver si le daba un poco de emoción al asunto, pero no.

Me resultó curioso. No sentía nada al observar al muerto. Tampoco impresión por ver un cadáver, era el segundo que observaba en mi vida. ¿Porqué si era un familiar cercano no sentía ganas de llorar, ni siquiera una leve presión en el externón? Cuando veo un animal muerto a veces no he podido contener una lágrima ¿Porqué tomé el papel del observador externo omnisciente?

Mi padre parecía estar borracho ante la muerte de su suegro. Borracho de alcohol, no de dolor ni de alegría. Empezó a hacerme bromas y a pisarme las puntas de los zapatos que yo en casa había lustrado. Hombre, un poco de sentido común.

Al rato de estar allí, empezó a aparecer gente del pueblo. La sobriedad se fue transformando en charlas y en murmullo de fondo, y parecía estar en un bar en lugar de en un entierro. Luego son los foreros los que no se saben comportar... pero joder, yo entendí mi papel y guardaba las formas, pero es que aquello se estaba transformando en una reunión de los pueblerinos para preguntarse por la familia, ni siquiera miraban al difunto. Cuando ya me había saludado todo el mundo, algunas personas incluso dos veces, y me di cuenta de que no pintaba nada allí porque no tenía intención de entrar en las conversaciones de bar ni de hablar de lo mucho que había crecido desde que aquellos pueblerinos me vieron desollarme las rodillas en bicicleta a los 12 años, me fui.

Tenía yo esos días una diarrea y unas náuseas propias del malestar de año nuevo todavía, y temía cagarme o vomitar en medio de la elegante sala, pero por suerte pude salir corriendo al baño, y allí eché todo lo echable, por suerte de forma silenciosa y elegante, que no inodora.

En la misa del día siguiente, no hubo nadie puntual salvo las hijas, yo, los de la funeraria, el cura y el muerto. Faltaban brazos para llevar el ataúd, y pillaron por banda a un cuñado de la vida que había por allí, enorme y altísimo. Total, que de las 6 personas, cada uno tenía una altura, y se pusieron irregularmente a cargar el ataúd, que iba tambaleante camino al altar. El lol me poseyó. Crucé una mirada con mi hermana, y la poseyó a ella. Pensábamos lo mismo. Eso se iba a caer para algún lado, y se iba a abrir, y las viejas se iban a desmayar y todo eso. Pero no, llegó a buen puerto.

A la salida, me arrastraron al bar, mientras la gente lloraba y tal.

En el cementerio, de nuevo el paseo a hombros del ataúd. Llevando el coche fúnebre un carrito con ruedas no entendí la necesidad, pero bueno. Esta vez cogieron sólo a los más altos, como hace la vida. Mas gente desconocia que me conocía a mí, sin yo conocerlos a ellos. Las viejas me besaban y me cogían el brazo, apretándome y midiéndome la porra. Not my target.

Tras meter el ataúd, un albañil procedió a tapar el hueco con ladrillos. Más de doscientas personas observando al albañil. Se le cayó un ladrillo de los nervios. El lol hizo mella en mí. Simulé llorar, no me quedó otra, porque se me escapó la carcajada, que ahogué como pude. Magnífico enyesado y ejecución, un profesional.

Una prima con la que hubo un baile muy apretado en una boda, se acercó a mí para contarme cosas, abrazarme y tal. Había envejecido, pero aún estaba muy buena en su chonismo. Tuve una ligera erección en el abrazo. Pero estaban ahí nuestras parejas y el tema es que aunque forero, sé guardar las formas en un entierro.

Y ya está. No hubo herencia, el dinero del difunto se lo quedó la hija que cuidaba al anciano que tenía acceso a sus cuentas, que eran nimias, cosa que por otra parte me parece bien y lógica, y sólo hubo un casuto de pueblo medio hundido a repartir entre 6 hijas.

Contad sexpex, estimados vivos de momento.

Magnífico relato.
Dios nos libre del día de las alabanzas.
Yo también recuerdo parecido el día que enterramos a mi abuelo. Es dantesco, cinco horas recibiendo abrazos de gente que ni conoces a los que da morbo ver al muerto mientras lloran (o lo intentan).
Luego está el circo de la Secta Católica con gente en trance persignándose mientras balbucea consignas impuestas.
Para finalizar llevar el ataud, que suele pesar como un muerto.:face:
En resumen, un acto horripilante e hipócrita hasta la nausea.
 
Pues a mi me pasa un poco lo que tú cuentas. No sé comportarme en estos eventos, no porque sea como un niño pequeño que berrea en el cine, sino que actúo como a mi me gusta que actúen conmigo, y eso al parecer no es lo correcto.
Cuando murió mi padre, si por mi hubiera sido, no me hubiera dicho lo siento nadie, no hubieran venido mis amigos y nadie me habría hablado. Una vez enterrado cada uno para su casa y hasta navidades.
Así, cuando he tenido que ir a un tanatorio o entierro primero pregunto a la persona que conozco que es familiar del finado y eso al parecer me lo podría ahorrar ya que aunque diga " no hace falta que vengas" hay que ir si o si.
Cuando veo al ser humano por el cual voy al entierro digo un " lo siento " sin más. Nada de mi más sentido pésame ni pollas pues pésame es una palabra que no entra en mi vocabulario y me suena fatal además.
Ni de puta casualidad veo al muñeco muerto pintarrajeado para que parezca vivo. Vamos que me niego a ver semejante aberración y encima comentar si ha quedado bien, como si estuviera hablando frente a una gotera recién tapada.
Y ya por supuesto, nada de quedarme al tercer tiempo, a trasegar botellines o a comer paella.
Todo esto aderezado con que cuando alguien se pone a llorar delante mía no se cómo actuar. No sé dar abrazos consoladores. Alguna vez que lo he hecho parecía que estaba sacándole los gases a un bebé y ha sido sonrojante para mi y para la persona abrazada.
Con todo, prefiero este comportamiento mio que no la procesión de anormales que vi desfilar en el entierro de mi padre donde gente a la jamás había visto me decían descompuestos que cómo estaba y yo sin.saber si era gente del entierro de enfrente o quién cojones eran esas personas que lloraban por una persona a la que habrían visto 2 veces en los últimos 30 años.
 
Muy bien relatado. Con punto erótico al final con la prima y puerta abierta al incesto con la hermana. Un 10.

Por suerte no acudí al de mi padre, eso que me ahorré. Lo bueno de este curro es que o estas fuera o puedes decir que estas fuera y te libras de cualquier acto social por muy obligatorio que pueda parecer.

El de mi madre fue un puto circo. Lo pasé hasta mal porque estaban todos ahí serios que parecia que se había muer... bueno, que estaban todos muy serios y daba mal rollo.

Entre en el servicio unos minutos a relajarme un rato y ni eso me dejaban. "NO LO DEJÉIS SOLO", decían las hijas de puta que por allí pululaban.

En fin... una puta mierda. Al menos cuando todo pasó pude respirar tranquilo una temporada, por primera vez en 24 años.
 
Última edición por un moderador:
Entre en el servicio unos minutos a relajarme un rato y ni eso me dejaban. "NO LO DEJÉIS SOLO", decían las hijas de puta que por allí pululaban.

A quien no se podía dejar solo, al difunto o a tí? Temían que cometieras una locura en el baño, algo así como limpiarte usando demasiado papel? :lol:
 
A quien no se podía dejar solo, al difunto o a tí? Temían que cometieras una locura en el baño, algo así como limpiarte usando demasiado papel? :lol:

No, sospechaban que se iba a meter una raya y querían que les invitara.:lol:
 
Ni de puta casualidad veo al muñeco muerto pintarrajeado para que parezca vivo. Vamos que me niego a ver semejante aberración y encima comentar si ha quedado bien, como si estuviera hablando frente a una gotera recién tapada.

Esto es una joya :lol:
 
Lo que más me jodió en el funeral de mi yayo fue, como no, la actitud de mi hermana.
Se vistió como si fuera al cotillón de nochevieja y avisó a sus amigas, novio, para que se desplazaran 50 km al entierro.
Tiene cojones que los últimos años de vida fuera a verlo una vez (porqué le llevaron, claro) y, sin embargo, cuando murió organizara semejante comitiva de gente que ni conoció a mi abuelo.
 
Si voy a entierros es por algún familiar que quede vivo, por el muerto no suelo ir y no me gusta verlos tampoco. Llorar no suelo llorar, pero si me apeno y me pongo triste si veo a mucha gente llorar y eso.
 
Los tanatoesteticistas (o como se llamen) habían dejado a una persona viejísima prácticamente sin arrugas, y al pegarle la boca para evitar la salida de secreciones

Tanatopractor. Lo de la boca creo que es para que no se le abra, al igual que los ojos. Los algodones de la nariz sí debe de ser para que no se salga el mocazo.

Hace un par de años fui al de una tia mia muy mayor ya, que llevaba años en silla de ruedas por un ictus por lo que la llegada de la parca no fue ni sorpresa ni excesivamente doloroso dada la edad y condiciones de la finada. Casi una liberación, de una manera muy correcta. En su casa, poco a poco, rodeada de hermanos y sin tubos, viales y cosas de esas de hospital.

Total, que voy al tanatorio y para ahí que entro, elegantemente encamisado, dispuesto a impresionar a primas, primas segundas y tias con mi presencia y saberestar, y al primero que veo entre la multitud es a un primo mio un poco canalla que sonriendo me saludó y soltó algún tipo de coña, ante lo cual no pude contener una sonora carcajada que luego juzgué como poco apropiada.
 
Joder, 100% a lo dicho por @Apofisis.

Cuando voy a un un tanatorio porque me toca ir a consolar al que sea, para mi el peor momento es la primera vez que veo al familiar/amigo pariente del finado. Desde que me entero de que se ha muerto el padre/madre de x (porque si es otro familiar la verdad es que me la pela un poco) hasta que entablo mi primera conversacion con x mi cerebro se recalienta y estresa pensando en como va a ser ese momento en que mida mis pasos acercandome para decirle que lo siento y tal mirando a todos lados por el rabillo de ambos ojos obsesivamente (y procurando no mover el globo ocular para no parecer un perturbado) para asegurarme que no se va a crear la jodida incomoda situacion de justo cuando voy a decirle algo aparecer de la nada un hijo de la gran puta y adelantarseme por centesimas de segundo para darle un abrazo o decirle lo mismo que iba a decirle yo, forzando una situacion incomoda de cojones para mi que me quedo a un palmo de la persona x (con el que ya he cruzado mirada y todo) casi con el brazo extendido para darle la mano y quedandome como un espectador VIP de lo que hace/dice el hijo de puta que me adelanto por la derecha.

Antes, cuando era un veinteañero respetaba lo que la otra persona estuviera diciendole a x, ahora ya me la suda quedar como un maleducado interrumpo y me quito el muerto de encima, nunca mejor dicho.
 
Última edición:
Hombre, algo de eso también hay...

Correcto, agujeros tapados para que el muñeco no se desinfle y que tu último recuerdo de esa persona sea como la cara de la marioneta Gabo, de los simpsons.
Si es un familiar querido no recomiendo llevarte ese recuerdo como el último. Si es alguien que te la suda pues como experiencia de ver a un muerto puede ser curioso. Incluso cuando nadie te vea puedes tocarle con un palo, quedarte mirando fijamente y fantasear con que de repente se despierta, lamerle la frente o decirle cosas al oído.
En cuanto a la vestimenta, tengo entendido que hay gente que tiene el mismo traje para ir indistintamente a bodas o a entierros. Yo por mi parte a los que he tenido el placer de asistir he ido tal y como voy a trabajar: desnudo integral, gorra de la expo 92 y con una pajarita rodeando mis cojones.
 
Hablando de tanatorios y demás parafernalia relacionada con la muerte, en Esñapa lo tenemos muy mal montado. Nadie quiere ir a estas mierdas salvo que sea un familiar muy directo, y en ocasiones ni aún así. Salas pequeñas, calor agobiante, demasiada gente, forzada actitud solemne.

Deberíamos tomar ejemplo de los USA, en películas y series siempre tienen unos banquetes de la hostia, parece aquello una boda o un evento similar, y vas con otro ánimo, claro que sí, copón, te dicen que hay papeo gratis y ya no te parece tan mal plan. Porsupu barra libre de alcoholes.
 
No suelo ver los muertos, pero siempre están detrás de un cristal en los tanatorios, no? Y si, tengo uniforme de entierros que suelo utilizar en las fiestas de guardar, jersey rojo oscuro y pantalón de pana/vaquero que es lo más nuevo que tengo.
 
En mi pueblo he visto a hombres asistir a sepelios con la ropa de trabajar. Lo de arriba del chándal, unos pantalones de tela azul con los calcetines por fuera para no pillarse con la cadena de la bici, las Segarra como las de Chaplin. Sin afeitar y los pelos de haber tenido la gorra de Caja Rural. También es cierto que no pisan suelo sagrado, que se quedan en la puerta hasta que sale el ataúd y acompañan a la comitiva al cementerio y después, si había mucha amistad, al bar a mojarlo.

Ellas igual, no falta la que estaba viendo Sálvame y oye las campanas, se quita las zapatillas de andar por casa y se pone las de andar por la calle. Con una mallas rosas que marcan unos cuerpos deformes por la edad y los hábitos de vida, y una camiseta de tirantes del mercadillo con eslóganes provocativos. Tampoco se peinan, con pintarse los morros ya desvían a atención en su cara. Chorrazo de colonia barata y a cumplir.
 
Hablando de tanatorios y demás parafernalia relacionada con la muerte, en Esñapa lo tenemos muy mal montado. Nadie quiere ir a estas mierdas salvo que sea un familiar muy directo, y en ocasiones ni aún así. Salas pequeñas, calor agobiante, demasiada gente, forzada actitud solemne.

Deberíamos tomar ejemplo de los USA, en películas y series siempre tienen unos banquetes de la hostia, parece aquello una boda o un evento similar, y vas con otro ánimo, claro que sí, copón, te dicen que hay papeo gratis y ya no te parece tan mal plan. Porsupu barra libre de alcoholes.

Es que eso no es cosa de los EEUU, eso es tradicion aqui de toda la vida. En muchos sitios el tanatorio lleva cuatro dias, solo todo en las zonas rurales. Y aun asi hay mucha gente que quiere que los velen en su casa teniendolo dos calles mas abajo

Velar al difunto en la casa es una puta mierda. Se te llena la casa de golimismeantes y gorrones. Mientras tu estas jodido por la muerte de tu familiar tienes que estar sacando comida y bebida a gente que no quieres que este en tu casa, pero que no puedes tirar fuera por no hacer el feo. Dos velatorios he tenido que pasas en casa y me cago en dios, que por nadie pase.
 
Última edición:
@Señor del 5º, gracias a Thorbe me ha pisado usted el hilo, porque aún sigo en shock por los 3 días en contacto intensivo con el combo momó+hermana+cuñao, 12 horas en coche con estos dos últimos incluídos. Menuda intoxicación llevo encima.
 
Uno tiene la fortuna de que su familia es un sindios y que tengo trato con muy poca gente de la misma... así que salvo que se mueran mis padres, mi hermano o 2 o 3 personas más que no son de mi familia pero como si lo fueran, puede haber una plaga que se lleve el 95% de mi familia por delante que no me importaría ni lo más mínimo ni echaría una lagrima por ellos.

El último entierro al que asistí, fue al de mi abuelo y la verdad es que no sentí ni el más mínimo dolor.... Suena duro pero es que a pesar de que lo veía habitualmente y que últimamente ya estaba más muerto que vivo, nunca sentí apego, empatía ni nada parecido. Era ese señor que me daba la propinilla de pequeño y poco más, por lo que en el momento de su aciago final, por la única persona que sentí pena es por el disgusto que se llevo mi madre por que su padre murió ¿por el resto?... indiferencia.

El espectáculo en el tanatorio fue una mezcla entre incomodidad y bochorno. Lo primero por que no te quedan más huevos que saludar a familiares que ni recuerdas o que ni te apetecía recordar y que te vienen a decir como un mantra como eras de pequeño, que que simpático eras y que como se alegra de verte (claro, es que vivo en Júpiter y debe ser muy fácil contactar conmigo en los últimos, yo que se, 20 años).

Bochorno por que aquello según pasan las horas se convierte en una verbena más que en una visita al finado. Gente con el codo en el bar mamando cerveza, hablando de fútbol a grito pelado y de risas mientras los familiares más directos tienen que ver ese espectáculo. Nada más patético que pillarse una mierda en el bar de un tanatorio... pues ese día sucedió.

Una prima de la familia que se debía de pensar que estaba en una fiesta de fin de año se pasó desde que entró hasta que se la tuvieron que llevar a casa arrastrandose, bajando botellines y contando películas de como recordaba a mi abuelo, entre lagrimas forzadas y después lágrimas de borrachera. Esa imagen de señora ya llegando a los 50 años con el vestido desaliñado, peinado como si acabara de bajar de la moto y balbuceando mientras el marido la agarraba de los brazos para meterla en el coche como si fuera un saco de patatas, fue posiblemente la "imagen del evento".

Lo peor es que en el entierro no llegó a suceder lo mismo pero casi, llegó el coche funebre y tuve que ir al bar que había en la esquina por que estaba allí tranquilamente degustando unas olivas y unas cervezas sin fijarse siquiera en la llegada del homenajeado.... ni que decir tiene que una vez allí después era de las que "mas pena pena" tenía por la persona.
 
Tengo cierto pudor que me impide mirar a gente muerta en un velatorio, especialmente si son viejos. Les sellan la boca para que la peste no empañe los cristales de la sala de descanso y, si ya de por sí los finados van dotados de unos casi inexistentes labios, tras tamaño maquillaje aquello termina por parecer una persona que está intentando devorarse a sí misma.

La realidad es que me apena ver un cuerpo sin vida, una mortaja ahí tirada en medio de una mesa para que todo el mundo la contemple como si fuera un espectáculo.

Mi abuela, por ejemplo, falleció el 30 de diciembre, así que el entierro fue un 31 por la tarde. En un pueblo. En un pueblo de mierda. Velatorio no hubo porque no me salió de los cojones. No tenía sentido estar desde las 12 de la noche que murió ella allí haciendo el corro porque sí, porque la gente del pueblo iba a hablar. Así que cogí a mi madre de la solapa y para casa que la llevé.

El entierro parecía más un cotillón que un entierro. La gente -las mujeres- iba empirifollada para lo que sería la última cena del año y no sólo iban requetemaquilladas y peinadas sino que por allí desfilaron todas las minifaldas y y vestidos de transparencias del pueblo. A mi madre aquello le ofendió mucho. Qué poco respeto por un cadáver aún caliente; yo, por mi parte, lo agradecí mucho porque lo que llevaba caliente con tanto muslo al aire era otra cosa.

Y es que estas ceremonias de compromiso por el miedo al qué dirán siempre me han parecido una mierda muy gorda.
 
El ataúd abierto lo ponen tras una mampara, que si no, la de resobeos que se llevaría el finado, amén de tropezones e incidentes varios.

, gracias a Thorbe me ha pisado usted el hilo, porque aún sigo en shock por los 3 días en contacto intensivo con el combo momó+hermana+cuñao, 12 horas en coche con estos dos últimos incluídos. Menuda intoxicación llevo encima.

A ver si vas a ser mi prima :1. O mi tía abuela. :roll:

Hay que tener tino para morir en estas fechas, parece que lo hacen aposta.

Por cierto, viendo el panorama, uno se hace ciertas preguntas para su último día.¿ Mortaja blanca o mortaja negra? Yo no quiero que me expongan al vulgo, desde luego. ¿Hay que desfigurarse para que no lo hagan, o basta con decirlo a los familiares con tiempo?
 
Última edición por un moderador:
El de los entierros-velatorios-misa funeral es todo un mundo del LOL.

Recuerdo el entierro de mi abuela, en el cementerio viejo de Pº Hurraco, un cementerio de pueblopueblo.
Al ir a meter la caja resulta que había hecho el agujero muy pequeño, el ataúd no entraba, y ahí estaba la comitiva, con el cura y tal.
En esas mi prima mayor (resabia a más no poder) al paisano de la pala:
- ¡ Pero inútil ! ¿ Por qué no habeis medido antes de cavar ?
- ¿ Y yo que sabía ? Total la tia Hdez. como era tan menudita....

No pude mirar a mis hermanos, ni ellos a mi, todos mirando al suelo. Cualquier mirada que se cruzase sabíamos que iba a desembocar en risión total inadecuada.

K:lol:rma i polvo eres....
 
Por cierto, viendo el panorama, uno se hace ciertas preguntas para su último día.¿ Mortaja blanca o mortaja negra? Yo no quiero que me expongan al vulgo, desde luego. ¿Hay que desfigurarse para que no lo hagan, o basta con decirlo a los familiares con tiempo?

Ni yo, Dios mío, ni yo. Se lo dije a mi madre hará cosa de un mes, que estábamos hablando, yo hablaba, de parir a hurtadillas en un momento dado y presentar ya al bebé en la nochebuena de rigor. Y no parece dispuesta ni a una cosa ni a la otra. Y muerto poco puede hacer uno, qué horror.

Os dejo los "velorios" de Puerto Rico con los muertos como si estuvieran vivos. Son lo más. Ya salieron en el foro, pero igual algún forero se los perdió y merecen demasiado la pena.

La moda de los velorios inslitos en Puerto Rico - Univision Puerto Rico - Univision
 
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