Esta mañana he ido a desayunar con mi hermano a un bar y había una familia cacalana que venía o iba de paso, el padre (calvo), la madre (charo de mierda) y las dos hijas, una de unos 13 o 14 años y otra de unos 17 o 18.
Pues bien, se ha levantado la segunda y se ha apoyado sobre la mesa con el culo en pompa, llevaba un vestido blanco, parecía casi transparente, con un tanga negro. Se me ha puesto la polla como el brazo de un hortelano. No me he atrevido a fotografiar ese ojetazo porque el padre y la madre me quedaban de frente. Hubiera estado feo tener que pegar una paliza al padre y abofetear a la madre para finalmente poner a cuatro patas a la jamelga. No era el día para liarla.
Luego se ha puesto de pie y ha ido al lavabo. Se ha ido moviendo el culo, tremendo pandero, y he estado a punto de pringar los calzoncillos de lefa sin tocarme. Qué barbaridad, oigan.