La historia no tiene mucha enjundia y no puede ser apoyada con material audiovisual porque no guardé nada. Una venezolana guapísima, ojos azules y rubia, aunque desequilibrada y con una alarmante ausencia de culo y pecho le deja el portátil a mi hermano para que le eche un ojo. Mi hermano como no tiene ni zorra me pide a mi que lo mire, y eso hago. Buceando tres minutos encuentro una carpeta llena de fotos de la susodicha de cintura para arriba, de cintura para abajo, de cuerpo entero, copulando con un fulano, trabando nuca y algunas golferías que más allá de la sorpresa inicial tampoco motivaron paja.