El "Le Pen" de Quebecq.

Centinela

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Es interesante. Lo primero por el corrimiento de votos :115 pasando incluso del sector independentista quebecquiano al nuevo conservardor. Lo segundo, por ver la cantidad de gilipolleces que se hace en nombre del multiculturalismo y de no ofender a un moruno que viene a tu país.


https://www.nuevodigital.com/2007/03/28/multiculturalismo_musulmanes_canada_queb
De la marginalidad al liderazgo de la oposición: La tensión contra el multiculturalismo lleva al ‘Le Pen de Québec’ a barrer a los partidos tradicionales de la provincia canadiense
28.03.07 • 04:13 GMT • Javier Monjas - Madrid
Una localidad de Québec aprueba por unanimidad una ley municipal por la que queda "prohibido lapidar mujeres" mientras reconoce al alcohol y a los árboles de navidad como "socialmente aceptables"
NUEVO DIGITAL (26/03/07) - Las organizaciones islámicas canadienses protestan la decisión de Québec de exigir a las mujeres musulmanas que se descubran la cara al votar para poder ser identificadas
NUEVO DIGITAL (06/03/07) - La FIFA prohíbe a una niña canadiense que se cubra con el pañuelo musulmán en competiciones oficiales
La prensa canadiense lo admite. En esta campaña electoral en Québec se ha hablado más de los problemas con la comunidad musulmana que del sistema sanitario o de la deuda financiera. La tradicional bipolarización de la provincia francófona en torno a una política que, hasta ahora, giraba en torno al pulso entre federalistas e independentistas ha sido destrozada por un partido marginal que entró a saco contra el concepto de la “razonable acomodación” propuesto por la “tolerancia” de los partidos establecidos. Las últimas polémicas de alto voltaje en que se vio envuelta la comunidad musulmana pero también algunas otras confesiones y etnias han llevado al ADQ de Mario Dumont a casi ganar las elecciones partiendo desde su anterior ostracismo dentro de un bipartidismo políticamente correcto que, sin embargo, no consiguió responder a las ya desbocadas tensiones del multiculturalismo en pleno conflicto.

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A pesar de que las encuestas ya habían anunciado un posible terremoto en la política quebequesa, en las últimas horas los titulares de la prensa canadiense mostraban en toda su dimensión el desconcierto por el vuelco electoral. “Los liberales apenas neutralizan al ADQ”, apuntaba el Globe and Mail en referencia no sólo a la sorprendente y aplastante derrota de los independentistas del Parti Québécois sino a lo muy cerca que ha quedado la gente de Dumont de los ganadores liberales de Jean Charest, cuyo partido se verá obligado a gobernar en minoría por primera vez en décadas. “No hay nadie vivo que pueda contar una situación (política) parecida”, se reconoce entre las acomodadas filas políticas tradicionales.

Situándose al margen de los dos partidos tradicionales que han dominado la política de la provincia desde hace 130 años, la Action Démocratique du Québec (ADQ) de Mario Dumont, se declaraba “autonomista” para posicionarse en medio de la división entre partidarios de permanecer dentro del estado canadiense y los incansables propugnadores de la independencia, inasequibles al desaliento tras dos consultas populares fallidas desde los años setenta.

"Racismo versus 'razonable acomodación'"

Sin embargo, el conocido en Canadá como “Super Mario” pero también, fuera de las fronteras del país, como el “Le Pen de Québec”, no deseaba en absoluto verse envuelto en la tradicional polémica provincial, una polémica que, con extraordinaria perspicacia, ya entendía mucho más templada en los intereses de los votantes -fuera cual fuera su posición respecto al estado canadiense- que el creciente conflicto con las minorías religiosas, en especial con la musulmana, pero también con las judía ortodoxa, protagonista de algunos sonados aunque menos espectaculares encontronazos con la mayoritaria cultura liberal de la provincia.

La tensión ya se veía venir desde que se lanzó la campaña electoral en unos términos que algunos simplificaron en la supuesta polarización “racismo versus razonable acomodación”, concepto este último que se encuentra en la base del multiculturalismo al plantear una gradación de "cesiones" de la mayoritaria sociedad occidental con el fin de "acomodar" a minorías religiosas y étnicas cuyos valores entran en choque directo con el orden social y político que las acoge. Sin embargo, los conceptos de teoría política postmoderna pronto chocaron de frente con la realidad de una mayoría cada vez más asfixiada por las exigencias de las minorías y por los autolimitaciones de los gobernantes de la mayoría.

"Prohibido lapidar mujeres"

En Montreal se prohibió a los hombres acompañar a sus mujeres a las clases de preparación prenatal impartidas por un centro público con el fin de no ofender a las mujeres musulmanas, sijs e hindúes presentes en los mismos cursos. Poco después se obligaba a un gimnasio de la YMCA a tapar sus ventanas con el objeto de que los chicos que estudiaban en la sinagoga ortodoxa colindante no entretuvieran la vista con los ceñidos leotardos de las mujeres deportistas y sus curvas en plena acción. Después, llegó la petición de que se eliminase el crucifijo presente en la asamblea nacional de Québec. Más tarde la polémica por la niña musulmana que exigía jugar un torneo oficial con el ‘hiyab’ a pesar de que la propia FIFA apoyaba la decisión del árbitro que la expulsó por no cumplir con las normas de vestuario oficiales en competición.

Tan sólo unos días antes de los comicios, el ayuntamiento de la pequeña localidad de Herouxville, también en Québec, aprobaba un código dirigido a los inmigrantes por el que quedaba explícitamente "prohibido lapidar mujeres” o se advertía de que el alcohol y los árboles de navidad eran costumbres socialmente aceptables. El Canadian Islamic Congress acusaba a la ciudad de ser una “agitadora del odio” mientras los regidores decían que ellos no eran “racistas” sino que querían dejar claro que eran los emigrantes “quienes se deben adaptar a la forma de vida de Québec y no al contrario”.

En este sentido se recordaban exigencias -cuando no concesiones de la propia mayoría- como la de prohibir las típicas alubias servidas en las castizas 'sugar houses' -lugares donde se produce el no menos clásico sirope de arce entre degustaciones de platos tradicionales- porque contenían cerdo y ello ofendía la religión de los musulmanes pero también la de judíos ortodoxos.

Velos con bolsas de basura

Y más tarde, a escasamente una semana de las elecciones, hizo tierra el ‘tsunami’ del asunto de las musulmanas veladas y si tenían o no derecho a votar sin mostrar la cara a la hora de ser identificadas ante las urnas. El propio responsable del proceso electoral tenía que dar marcha atrás en su inicial aceptación del ‘privilegio’ al modificar ‘in extremis’ la normativa para que fuera obligatoria la identificación facial del votante, todo ello entre amenazas de muerte hacia su persona por quienes le consideraron un “traidor” y entre convocatorias de protestas a través de Internet para que votantes no musulmanes también fueran a ejercitar su derecho al voto con bolsas de basura sobre la cabeza u ocultos tras máscaras de Darth Vader. “Si ellas pueden votar cubiertas, nosotros también”, se decía en los foros.

En este contexto, los principales partidos no sólo se mostraban de acuerdo en modificar la normativa electoral en vista de que esos temas amenazaban con tomar al asalto unos comicios que ellos se habían planteado en los habituales límites de la ‘política políticamente correcta’ sino que intentaban recuperar la iniciativa. André Boisclair, líder del Parti Québécois, prometía una modificación de la ley electoral para acallar el griterío que amenazaba rebelión. "No vamos a ceder en esto", prometía el líder independentista.

Sin embargo, el intento no funcionó. Demasiado tarde. Dumont ya había realizado una auténtica escabechina en torno a las “permisividades” de la “razonable acomodación”. A esas horas, amplias capas de la clase media de la provincia se había echado en manos del ‘Le Pen’ local hasta casi llevar al ADQ al triunfo, pisando los talones a los todopoderosos liberales federalistas y humillando a los independentistas, que creían en su cautivo electorado contrario a Ottawa. Error. Un error que, sin duda, volcará ideologías y discursos tras el terremoto del choque de civilizaciones en las sísmicas calles multiculturales de Québec.
 
¿No hay un puto rincon de este jodido mundo que los moros no traten de invadir?

Olé por Quebec.
 
Increíble, el párrafo de las concesiones es escalofriante. Es terrible el número de ventajas que han obtenido. La mayoría se ve perjudicada por una minoría. Espero que no lleguemos a ese nivel aquí.
 
Cuanto mas abierta es la sociedad antes cae. El sentimiento antimusulman es enorme en occidente, no podemos permitir que lo políticamente correcto nos ahogue.

Me alegro por Quebec y su reacción.
 
Es que en eso que llamas "sociedades abiertas" pasa que el que se jode es el ciudadano de toda la vida.
 
Los nazis necesitaban a los judíos como una diana para justificar todo lo malo que tenía su sociedad. Parece que en el siglo XXI nos va a tocar a los musulmanes.

Este SuperMario ha empezado así. Luego otro surgirá que pida el establecimiento en barrios aparte y otro dará un paso más adelante...
 
No saques el tema NS-Islam que es complicao y puedes salir escaldao como clon promoro.
 
Quçe fuerte prohibir a los padres que vayan con sus mujeres a las clases prenatales porque ofenden a las musulmanas... y los musulmanes ofenden a muchos y nadie les prohibe la entrada.

Ahora resulta que una minoría (de momento) manda más que la mayoría.

Los de fuera se tienen que adaptar, cuando van a sus países las mujeres occidentales se ponen velo por respeto y luego ellos no se lo quitan aquí por respeto a nosotros?

Quién es el racista.

Y Brus tiene razón: en cuanto los abbasíes se abrieron a las demás comunidades islámicas perdieron poder y a nosotros nos va a pasar lo mismo. Ya tienen más derechos los de fuera que nosotros.
 
en Canadá no se andan con tonterías, y en Quebeq menos aún allí se le tiende la mano al inmigrante (ya no tanto, han pegado un buen cierre tras años de políticas de "puertas abiertas") pero siempre con la condición de que el "visitante" se adapte a la cultura canadiense, lo cual me parece estupendo, que cunda el ejemplo.
 
al andalus rebuznó:
Este SuperMario ha empezado así. Luego otro surgirá que pida el establecimiento en barrios aparte y otro dará un paso más adelante...

Aguardo tal momento con el cimbrel asomando :115
 
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