A mí no me gusta nada ver esos bailes, ni despierta el más mínimo atisbo de excitación. El porqué, pues porque me parece algo totalmente impostado, coreografía estudiada y repetida mil veces, todo milimétricamente calculado, el atrezzo, el vestuario... prostitución pura en movimiento.
Otra cosa es ver a alguien bailando dejándose llevar por la música, sobre todo si cree que nadie se está fijando.