No, peor si cabe.
La de los últimos de filipinas: un borracho, un maricón, un franquista y un cura abusador. Porsupues todos torturadores, violadores y ladrones de mantones.
En vez de los honores que recibieron por su valentía, en la pinícula les tratan de locuelos, tristecs y putos pringaos.
Que puto asco, Dios.