El momento interruptor

  • Iniciador del tema Iniciador del tema Shuffle
  • Fecha de inicio Fecha de inicio

Shuffle

RangoNovato de mierda
Registro
5 Sep 2008
Mensajes
98
Reacciones
0
¿Porque interruptor? Porque es ese momento en el que encedemos o apagamos.

¿Cual fue el momento en que cambiaste y decidiste ser de un modo u otro con el sexo opuesto? ¿Eras una persona que cuidaba de su pareja pero en un momento dado cambiaste y te convertiste en un hjiputa/pagafantas?

Por mi parte, como experiencia, me comportaba con las mujeres como una "auténtico caballero" (ya comprendeis), invitando a la igualdad, a que ambos tuviésemos los mismos "derechos" (por decirlo de algún modo), pudiendo salir con mis amigos y ella con los suyos, en ambos casos incluyendo al sexo opuesto, ser independientes, etc... Pero cuano me deja por motivos que no vienen al caso, empieza a mentirme, incluso como amiga, me cuenta cosas que no suceden, las que suceden no las cuenta... Y una amistad asi, no la quiero cerca de mi. ¿Consecuencia? He pasado de ser un medio pagafantas a ser medio misógino. No quiero saber nada de las mujeres, ni como cuerpos que aprovechar en mi favor. No quiero saber nada de ellas.

No es, por mi parte, resentimiento, hace ya unos meses de esa experiencia, pero sigo sin querer saber nada de ninguna mujer, ni como objeto sexual ni como pareja. No se si preocuparme o no, me es indiferente. La mujer sencillamente me parece una persona, no un objetivo, ni un coño, ni una posible pareja. Si acaso diferencio en algo a mujeres y hombres, lo hago como posible futuro misógino, lo cual me da miedo a mi mismo, sí miedo, porque no pensé que pudiese llegar a odiar a la mujer en si, a pensar así acerca de ellas.

En resumen, cual fue el momento que te hizo cambiar y de donde a donde "viajaste"?

PD: Leo un 500% más de lo que escribo, por lo que entiendo que, si este tema es una mierda, se cierre o se me envie de vacaciones. No es más que una curiosidad que tengo.
 
Mi momento interruptor fue hace un año/año y medio más o menos. Aún dolido por la ruptura de una relación larga, empecé a conocer este subforo de PutaLocura. El de putas lo miraba a veces, pero el rapiñas me llamaba mucho más.

Entonces empecé a darme cuenta de que mi caso no era aislado, que muchas mujeres (o casi todas) se comportaban como las que he conocido. Asociando patrones de conducta, comparando experiencias y despejando incógnitas cambié mi forma de ver las relaciones con mujeres. No sólo eso, sino que me di cuenta de errores propios y como corregirlos. Tan importante como asimilar que de otros errores yo no tengo la culpa.

Aunque en casa me han llegado a llamar misógino, no lo soy. Me encantan las mujeres. Sin embargo me han ido decepcionando con el tiempo y no puedo esperar mucho de ellas. Me gustaría una relación estable pero al tener fecha de caducidad se me quitan las ganas.
 
El momento interruptor tal vez exista, aunque por mi parte no he sido capaz de detectarlo. Sin embargo y con independencia de ello sí que estoy convencido de que, una vez desatado, al inicio ocurre como con cierto tipo de lámparas: necesitan de un tiempo para alcanzar su máxima potencia y eso es algo que va alimentando la experiencia cotidiana.

Por mi parte no experimento odio hacia las mujeres como sexo, acaso sí pueda focalizar algo de eso puntualmente hacia alguna ,pero nada más, y tampoco me conduce a querer tirarla por una ventana. Lo que sí he ido experimentando es una lejanía cada vez más notoria, de tal modo que no me interesa ni lo más mínimo aquello que puedan sentir, desear o pensar.

Hoy por hoy ser considerado un fracasado y por tanto inexistente como objetivo conforme a los criterios de la mujer media española supone algo más que satisfactorio y hace que me ratifique en estar caminando por la vía moral, estética e intelectualmente adecuada. Esa mujer con la que nos topamos a cada momento hace girar su vida sobre unos pocos elementos de muy escaso interés, y lo más grave y perturbador es que pretende otro doble efecto de rotación: que los demás giren en torno a ella y además en torno a las absurdeces que le interesan. Por ahí francamente no paso y creo que resulta sencillo identificar esos aspectos:

.- El afán desmedido por alimentarse de vidas ajenas a falta de alicientes en la propia. Adentrarse en la existencia de la vecina, el famoso o el compañero de oficina y diseccionarlo es pasatiempo común y aspiración última de muchas, y si para remate se alcanza a tener el poder de introducir un poco de veneno en esas vidas el orgasmo les resulta supremo.

.- La competitividad envidiosa y pasiva. Envidiosa porque se sustenta más en el fracaso ajeno que en el triunfo propio. Pasiva porque tiene poco de desarrollar esfuerzos y mucho de plañir para que el camino sea llano o cuesta abajo, el viento sople a favor y si hay que remar que la corriente favorezca.

.- La obsesión por los signos de estatus y por la propiedad, algo esto último que deberá ser estudiado en el futuro como factor coadyuvante hacia la ruina que pende sobre millones de familias de este país.

Esas coordenadas y algunas otras más para desarrollar una existencia me dejan frío, no me interesan lo más mínimo y en consecuencia me siento en sus antípodas. A estas alturas ser cuarentón avanzado, soltero sin pareja y sin tenerla desde hace muchísimo, carente de hijos y sin deseo por ellos, con dedicación a unas cuantas aficiones y tratando de apuntalar una buena biblioteca y filmoteca para la vejez lo colocan a uno como un desecho o al menos una rareza a evitar en el ideal femenino, cuestión que otorga, puedo asegurárselo, indiscutible satisfacción, ciertos momentos de paz interior y notable capacidad de burla hacia el mundo.

Si todo eso tiene un interruptor no me arrepiento de que haya sido pulsado en alguna ocasión y no me apetece volverlo a su posición original.
 
Realmente no creo que el momento interruptor se produzca a raiz de un acontecimiento determinado, no creo que sea un único trauma el que lleva a una persona a adentrarse en el desprecio hacia el sexo débil.
En una película la manera de pensar de un personaje suele cambiar a partir de un hecho concreto, pero es ficción, en la vida son toneladas de hechos los que te llevan a ver las cosas como son.

Creo que ese paso, que todo el mundo acaba dando con tremenda naturalidad, se produce cuando uno hace memoria, repasa experiencias vividas y se da cuenta de que todas las tias que ha conocido, todas las que han conocido amigos suyos y todas las que orbitan en su vida se han comportado como tremendas PUTAS.

En mi caso fué ir saltando de una a otra y ver que daba igual cultura, procedencia, estudios, experiencias o cualquier otro factor, todas van a lo suyo, que es beneficiarse de tí, de todo lo que te puedan sacar a tantísimos niveles que no se pueden ni enumerar, a cambio ellas consideran que una sonrisa, una palmadita en la espalda y un pezón ya es pago suficiente.

Con el tiempo y la madurez uno ya asume que no son seres ni iguales ni cercanos al hombre, son puro instinto, visceralidad y apetitos primarios. No hay que tratarlas como a personas sino que deben ser gobernadas como animales, porque desde luego ellas no buscan entendimiento, ni diálogo, ni trabajo conjunto, no.

Ellas quieren todo tu dinero, tu tiempo, tus servicios, ellas quieren que hagas reir a sus amigas, que las lleves en coche, que siempre quedes como el mejor macho de la sala, que no seas celoso cuando zorrean con un amigo, que comas lo que ella diga, que no veas a ese, que no hables con esa, que te calles cuando ella habla de tu madre, que comprendas que hoy no está para eso, ni mañana, ni pasado mañana, que no le apetece, que la aburres, que ya te llamará cuando te quiera para algo.
Todo el puzzle es orgánico, la racionalidad no es aplicable.

Ellas ya han aceptado que sin hombre están incompletas, se consideran extensiones del hombre con el que están y que su YO depende del hombre al que se adhieran, de ahí que solo les valga el hombre perfecto, que si el hombre es perfecto ellas pasan a ser perfectas.
Una vez han satisfecho las necesidades básicas de seguridad, economía y posición, se permiten influir y doblegar a su anfitrión racionándole el sexo.

Shuffle, dices que temes volverte medio misógino, pero ahí estás como Dios. Lo chungo son los extremos, que es cuando ya pasas de las tias por completo, que ya ni se te levanta. Pero conociendo como son y manteniendo el interés por satisfacer tus apetitos, sabiendo mantener DISTANCIA, haciéndoles ver que te piras cuando te da la gana, ahí estás bien. Ni miedo ni ostias, el equilibrio es ese.
 
Shuffle rebuznó:
Pero cuando me deja por motivos que no vienen al caso, empieza a mentirme, incluso como amiga, me cuenta cosas que no suceden, las que suceden no las cuenta... Y una amistad asi, no la quiero cerca de mi. ¿Consecuencia? He pasado de ser un medio pagafantas a ser medio misógino. No quiero saber nada de las mujeres, ni como cuerpos que aprovechar en mi favor. No quiero saber nada de ellas.

Hola Shuffle. Hace tiempo tuve un novio al que dejé por plasta y quiso ser mi amigo. En aquel momento me pilló tan verde que accedí a sus pretensiones de amistad sin saber la que me había caído encima: Varias llamadas diarias, cartas, visitas sorpresa y, lo más angustioso: la exigencia de ser mi superamigo nº 1 al que debía dar cuenta de cada movimiento que hiciera o emoción que sintiera antes que a ninguna otra persona en el mundo.
Yo soy bastante agonías y pronto noté que me faltaba el aire. No le mentí porque no quería volver a verlo en mi vida. Prefería hacerle daño echándole de mi lado con cajas destempladas a tirar de diplomacia y que siguiera pendiente de mí, porque todos sabemos que no hay peor sordo que el que no quiere oir.
Es posible que en tu caso la chica haya optado por la vía condescendiente en vez de soltarte a la cara que no quiere volver a verte ni en pintura. Y esta vía exije mentiras sí o sí.
Las personas podemos hacer cosas muy raras cuando nos sentimos acorraladas.
Puede que le hayas dado el coñazo más de lo que tú crees.
 
dakilla rebuznó:
Hola Shuffle. Hace tiempo tuve un novio al que dejé por plasta y quiso ser mi amigo. En aquel momento me pilló tan verde que accedí a sus pretensiones de amistad sin saber la que me había caído encima: Varias llamadas diarias, cartas, visitas sorpresa y, lo más angustioso: la exigencia de ser mi superamigo nº 1 al que debía dar cuenta de cada movimiento que hiciera o emoción que sintiera antes que a ninguna otra persona en el mundo.
Yo soy bastante agonías y pronto noté que me faltaba el aire. No le mentí porque no quería volver a verlo en mi vida. Prefería hacerle daño echándole de mi lado con cajas destempladas a tirar de diplomacia y que siguiera pendiente de mí, porque todos sabemos que no hay peor sordo que el que no quiere oir.
Es posible que en tu caso la chica haya optado por la vía condescendiente en vez de soltarte a la cara que no quiere volver a verte ni en pintura. Y esta vía exije mentiras sí o sí.
Las personas podemos hacer cosas muy raras cuando nos sentimos acorraladas.
Puede que le hayas dado el coñazo más de lo que tú crees.

Al final fuiste a quemarle el timbre y salir corriendo, ¿no?
 
Pues a ése le mandé cartas diciéndole lo maravilloso que era como si fuera una admiradora secreta a ver si se animaba :lol:.
 
saca-al-tarado rebuznó:
El momento interruptor tal vez exista, aunque por mi parte no he sido capaz de detectarlo. Sin embargo y con independencia de ello sí que estoy convencido de que, una vez desatado, al inicio ocurre como con cierto tipo de lámparas: necesitan de un tiempo para alcanzar su máxima potencia y eso es algo que va alimentando la experiencia cotidiana.

Por mi parte no experimento odio hacia las mujeres como sexo, acaso sí pueda focalizar algo de eso puntualmente hacia alguna ,pero nada más, y tampoco me conduce a querer tirarla por una ventana. Lo que sí he ido experimentando es una lejanía cada vez más notoria, de tal modo que no me interesa ni lo más mínimo aquello que puedan sentir, desear o pensar.

Hoy por hoy ser considerado un fracasado y por tanto inexistente como objetivo conforme a los criterios de la mujer media española supone algo más que satisfactorio y hace que me ratifique en estar caminando por la vía moral, estética e intelectualmente adecuada. Esa mujer con la que nos topamos a cada momento hace girar su vida sobre unos pocos elementos de muy escaso interés, y lo más grave y perturbador es que pretende otro doble efecto de rotación: que los demás giren en torno a ella y además en torno a las absurdeces que le interesan. Por ahí francamente no paso y creo que resulta sencillo identificar esos aspectos:

.- El afán desmedido por alimentarse de vidas ajenas a falta de alicientes en la propia. Adentrarse en la existencia de la vecina, el famoso o el compañero de oficina y diseccionarlo es pasatiempo común y aspiración última de muchas, y si para remate se alcanza a tener el poder de introducir un poco de veneno en esas vidas el orgasmo les resulta supremo.

.- La competitividad envidiosa y pasiva. Envidiosa porque se sustenta más en el fracaso ajeno que en el triunfo propio. Pasiva porque tiene poco de desarrollar esfuerzos y mucho de plañir para que el camino sea llano o cuesta abajo, el viento sople a favor y si hay que remar que la corriente favorezca.

.- La obsesión por los signos de estatus y por la propiedad, algo esto último que deberá ser estudiado en el futuro como factor coadyuvante hacia la ruina que pende sobre millones de familias de este país.

Esas coordenadas y algunas otras más para desarrollar una existencia me dejan frío, no me interesan lo más mínimo y en consecuencia me siento en sus antípodas. A estas alturas ser cuarentón avanzado, soltero sin pareja y sin tenerla desde hace muchísimo, carente de hijos y sin deseo por ellos, con dedicación a unas cuantas aficiones y tratando de apuntalar una buena biblioteca y filmoteca para la vejez lo colocan a uno como un desecho o al menos una rareza a evitar en el ideal femenino, cuestión que otorga, puedo asegurárselo, indiscutible satisfacción, ciertos momentos de paz interior y notable capacidad de burla hacia el mundo.

Si todo eso tiene un interruptor no me arrepiento de que haya sido pulsado en alguna ocasión y no me apetece volverlo a su posición original.



Yo la biblioteca ya la tengo desde hace mucho, y si me falta la filmoteca es porque me basaba en la de mi tío, y porque los traslados de domicilio le han hecho mucho daño a esa aspiración. Aunque tengo poco dinero, el no tener deudas, y ser capaz de vivir con poco me otorgan una ventaja indudable sobre las arpías de todo tipo. Lamento, eso sí, haberme desviado más de la cuenta del rumbo, siendo, como es, que con 20 años ya me sabía todo esto. Supongo que el maldito afán por experimentar me hizo más daño que otra cosa.
 
La verdad, entiendo mucho de la misoginia que por aquí se cuece, y comparto muchos puntos con ella.

Esta misoginia, más que odio a la mujer -que también-, es amor al hombre, a todas las cualidades nobles que orgullosos debemos reivindicar, pero son ninguneadas en pos de mierda y más mierda. Un misógino nace de una mente realista, capacidad analítica y criterio; un misógino es aquel que se ha dado cuenta que el hombre construye y la mujer destruye. Como mucho, domada puede ser un apoyo emocional en el que descargar tensiones.

Por eso yo me podría considerar misógino, pero sin darle la espalda a las mujeres, hay muchas cosas de ellas que me encantan, porque pueden alimentar mis instintos más bajos como ninguna otra cosa. También es agradable gozar de la admiración que muchas sienten por algunos de nosotros. Si, también su sentimentalismo ayuda de vez en cuando, pero sólo en lo personal y cercano; porque en cuanto a tocar la fibra sensible, lo han logrado en mi muchos más hombres que mujeres.

En definitiva, la mujer es un buen complemento para el hombre, capaz de proporcionarle felicidad a rachas, siempre que esté bien domesticada y conozca su rol.

Mi momento interruptor, como aquí lo llamáis, comenzó en el fin de algo. Yo, como casi todos en su primer gran amor, tenía una idea equivocada sobre aquello que me podía esperar de una mujer. Tras deprimirme, tras odiar mucho, poco a poco, ese odio se fue convirtiendo en otra cosa: experiencia. Y es esa experiencia, la que me ayuda a lidiar con esa raza salvaje e impredecible, que muchos se aventuran a clasificar dentro de la humana.
 
yo ya perdi la esperanza hace años, os pongo una captura de pantalla de una chica a quien tengo hackeada, una chica que tenia como "santa", una chica que hace 2 años que no folla supuestamente, y que jamas hace cibersexo y todos esos embustes de las mujeres:

capturepu.jpg
 
yo ya perdi la esperanza hace años, os pongo una captura de pantalla de una chica a quien tengo hackeada, una chica que tenia como "santa", una chica que hace 2 años que no folla supuestamente, y que jamas hace cibersexo y todos esos embustes de las mujeres:

Es usté HAMO.

Abra un hilo contandonos su experiencia juaker. Todo conocimiento que nos ayude a identificar a las calientapollas es esfuerzo inutil que nos ahorramos :D
 
yo tambien tuve mi momento misogino cuando acabe la relacion de 5 años con mi pareja,,, pero todo es temporal, al final por gracia o por desgracia las vuelves a necesitar.

tu dices de tu problema que pasó hace unos meses, en otros tantos te desaparecerá esa misoginia que llevas encima y a otra cosa.
 
dakilla rebuznó:
Hola Shuffle. Hace tiempo tuve un novio al que dejé por plasta y quiso ser mi amigo. En aquel momento me pilló tan verde que accedí a sus pretensiones de amistad sin saber la que me había caído encima: Varias llamadas diarias, cartas, visitas sorpresa y, lo más angustioso: la exigencia de ser mi superamigo nº 1 al que debía dar cuenta de cada movimiento que hiciera o emoción que sintiera antes que a ninguna otra persona en el mundo.
Yo soy bastante agonías y pronto noté que me faltaba el aire. No le mentí porque no quería volver a verlo en mi vida. Prefería hacerle daño echándole de mi lado con cajas destempladas a tirar de diplomacia y que siguiera pendiente de mí, porque todos sabemos que no hay peor sordo que el que no quiere oir.
Es posible que en tu caso la chica haya optado por la vía condescendiente en vez de soltarte a la cara que no quiere volver a verte ni en pintura. Y esta vía exije mentiras sí o sí.
Las personas podemos hacer cosas muy raras cuando nos sentimos acorraladas.
Puede que le hayas dado el coñazo más de lo que tú crees.

En mi caso soy yo quien no quiere saber de ella, y ella quien insiste en mantener la amistad, de ahí que no comprenda su estúpida actitud. Y el coñazo, por supuesto que se lo he dado, para deje de seguir con ese chupismo de "porque una pareja, cuando se rompe, no puede mantener una amistad?" dado que en este caso y visto lo acontecido desde la ruptura es más que imposible. Por ello no he comprendido esas mentiras post-ruptura, más cuando soy yo quien quiere alejarse y ella quien no quiere que me aleje.
 
Mi período interruptor, por llamarlo así, fue hace un par de años.
Recién salido de una relación muy larga, intenté recuperarla. Ella ni si ni no, se liaba conmigo mientras salia con el que ahora es su marido (supongo, ya que no he sido invitado a la boda, a dios gracias), y tras cinco meses de pagafantas total, me harté de que me puteasen psicológicamente, y me planté.
Cierto es que mientras tanto me hinché a golfear por ahi.
Desde entonces no me toman el pelo.
 
Todos los caminos llegan Roma, este es un ejemplo claro de ello.

Todos comenzamos con el más alto idilio de la mujer, seres de luz, ángeles sobre la tierra que te darán la más tremenda felicidad, empiezas con una y vuelas, vuelas tanto alto como la frecuencia de descarga de tus cojones, todos es maravilloso, la vida es jodidamente bella. Llega la ostia, llegados a este punto, llega el infierno, tu cabeza depende de la cantidad de razonamiento que pueda procesar o empieza y se queda en el "TODAS PUTAS", o llega a la misma conclusión pero con un cúmulo de razonan que más asustan contra más son.

Las reglas del juego están ahí, nadie duda que funcionen como animales, es frustrante porque la sed que pretendiamos apagar, no se puede apagar en ellas si no es follandolas, hay que mantener una distancia y nunca darles todo, porque se iran con todo dejandote con una mano delante y otra detras, la realidad es tan cruda, es tan grande la soledad que sentimos, que descargamos nuestro odio hacia las mujeres por nuestra tremenda frustración, pero ella no son las culpables, es como echarle la culpa a un perro porque le pones carne y quieres que se coma la mitad, pero siempre se la come toda, no puedes echarle la culpa al perro.

"Semen retetum, venenun est"

Esa es nuestra cruz, de lo que ellas se benefician sin mesura, ni control, sin generosidad alguna, solo por su puto puto interes. Es lamentable, pero hay que controlar ese odio, y cuando estes delante de un coño echarlo todo por ahí, canalizar todo nuestro resentimiento hacia ellas en nuestras corridas.

Nos dan asco en el terreno personal porque las comparamos con nostros, pero es que ellas no son hombres, y no debería importarnos lo mas minimo como funcionan esas cabecitas si no es para dominarlas.

¿Porque si nuestro cariño no va a hacia, a quien coño va a ir? No me jodas.
 
el cariño

La cuestión es que si nuestro cariño no va dirigido hacia las mujeres,por la
forma de ser que tienen y por las frustantes experiencias vividas,tendremos
los tíos que encauzarlo hacia otra cosa que no sea el género femenino.
 
Normalmente lo que aporta una mujer (en todos los sentidos) es inversamente proporcional a lo que "te exige"

Mi momento interruptor fué hace tiempo, en el que me planteé si compensaba aguantar gilipolleces a cambio de casi nada y muchas exigencias, artimañas y cizañas.

Ahora mismo sólo tengo una amiga, UNA, pero es realmente (me lo ha demostrado a lo largo de muchos años) una buena persona y compañera, a pesar de que somos bastante diferentes.


Como bien ha dicho Wetamir, el equilibrio es la virtud, ni ser un desquiciado que sólo piensa en meter ni un forero pajillero incrustrado al sillón
 
cachondo mental rebuznó:
La cuestión es que si nuestro cariño no va dirigido hacia las mujeres,por la
forma de ser que tienen y por las frustantes experiencias vividas,tendremos
los tíos que encauzarlo hacia otra cosa que no sea el género femenino.

Cuando una mujer te quiere contentar, no hay mayor puto placer en el mundo que ese. Otra cosa es que lo hayas visto o no, o practicamente se te haya olvidado. Renegar de la mujer es lanzarse a la decadencia, al homosexualismo por despecho en ultima instancia o parafilias a cada cual más dantesca, al cuarteo de la piel, a lodazal más absoluto, contra más odias lo que necesitas, más daño te haces a ti mismo, más te destrozas, te deformas, te pudres. Perseguimos la verdad, y la verdad solo se ve mejor cuando menos vendas tengas en los ojos, un cojones cargados de semen, carretillas de frustración afectiva y sexual, no pueden darte una visión clara del asunto, algo es o no es, y no puede dejarse a tu estado emocional-escrotal.
 
Me convertí en un misógino declarado en el año 2004, a raiz un una serie continuada de experiencias horrrendas con mujeres, digámoslo así, poco convenientes. No hablo sólo de novias y rollos de una noche, sino también de mujeres a las que no me habría acercado ni con un palo, y que de buenas a primeras la vi viviendo en "mi" propia casa.

Eso unido a una vida un tanto anodina en cuanto a las relaciones con el sexo opuesto, y a una serie de acontecimientos añadidos que no vienen al caso.

El resultado fue la misoginia, tal cual.

Pero eso se fue gestando tras años y años, así que no hubo un momento de esos.


El momento interruptor propiamente dicho, aconteció en algún momento entre mayo y junio de este año, y fue el salir precisamente de ese infierno de pensamientos negativos y emociones destructivas.

Lo propiciaron e impulsaron algunas mujeres de aquí, de este foro, porque a decir verdad ya apenas me relacionaba con el sexo opuesto, salvo algunas excepciones. Y la comunicación con ellas, fuera del ámbito de ligar, y más en el plano humano y personal, acontecían aqui, y no en la calle.

Mucha paciencia me han tenido algunas, casi infinita, y la verdad es que les estoy muy agradecido a todas, incluso a las que ni me hablan siquiera, por sacarme de ese pozo de mierda.

Supongo que la parte buena de todo esto es que lo que he aprendido, tanto bueno como malo, no se me va a olvidar fácilmente, y hoy día, por muy malas experiencias que pueda tener en el futuro, difícilmente puedo achacárselas ya a un género entero.


EDITO para decir que leyendo a Wetamir en este hilo, siento mucha vergüenza. De hecho me encuentro literalmente enfermo. No por él, sino por mi.


Venga, un bechi.
 
mi momento interruptor.

Yo he tenido el proceso para descubrir el interruptor desde diciembre de hace dos años. Desde entonces tuve experiencias con un grupo de mujeres, en que vi de manera generalizada, siempre de manera sutil pero destacada, actitudes de cotilleo, venganza, incomprensión ante las buenas intenciones y sentimientos,y trato de doble rasero. Parecía que todas actuaban de la misma manera.

Bueno, y aquí me hallo, que para mí son importantes sexualmente, pero se me bajaron del pedestal en que las tenía puesta. Sí, yo era un romántico que creía en que las mujeres tenían unos valores.... Estoy seguro que las hay, pero ahora he comprobado que son un número muy reducido.

Y por supuesto, por lo menos me fiaré más de la que parezca una cabrona, que la que parezca una santa, por que por lo menos a la primera se le ve, y puede que no sea más que una máscara....
 
Yo no recuerdo haber tenido momento interruptor, y sin embargo podría enumerar muchos momentos interruptor. Y ya sé que sonará a incongruencia, pero nada más lejos de la realidad.

A lo largo de mi vida he sufrido mucho por amor. Cada desengaño era un momento interruptor en el que de repente odias, por unos segundos (a veces meses, y sí, también años) al otro genero. Te sale eso de "son todos uno cabrones" y bla bla. Pero en realidad a quien odias es al sujeto en cuestión, no al grueso de la población masculina.

Pasa un tiempo y vuelves a enamorarte, y claro que aprendes (yo no mucho, que soy un poco zoqueta) de los errores anteriores, de quién sí vale la pena y quién no, a priori. Si tienes suerte, la cosa sale bien, y si no, click, momento interruptor.

Y así, hasta hace muy poco, que tuve una sonora hostia sentimental con su correspondiente momento interruptor. Pero no considero que eso haya hecho cambiar mi idea de los tios, ni mi predisposición a confiar en ellos... y espero ver venir de lejos algo como lo que me ha pasado para no volver a meterme en la mierda hasta los sobaquetes.

Creo que es simplemente una cuestión de vernos a cada uno como personas, nada más, con independencia del sexo que dios nos haya dado. Que hay cabrones y cabronas.
 
Jose David rebuznó:
EDITO para decir que leyendo a Wetamir en este hilo, siento mucha vergüenza. De hecho me encuentro literalmente enfermo. No por él, sino por mi.

A ver...
Jose David ¿qué te pasa? Suéltalo. En el fondo nos lo quieres contar, que sabes que cuando echas fuera la mierda acabas sintiéndote mucho mejor. Métete los deditos en la boca y vomítalo.

Te prometo que me leo el ladrillo que vayas a escribir, venga.
 
En mi caso soy yo quien no quiere saber de ella, y ella quien insiste en mantener la amistad, de ahí que no comprenda su estúpida actitud. Y el coñazo, por supuesto que se lo he dado, para deje de seguir con ese chupismo de "porque una pareja, cuando se rompe, no puede mantener una amistad?" dado que en este caso y visto lo acontecido desde la ruptura es más que imposible. Por ello no he comprendido esas mentiras post-ruptura, más cuando soy yo quien quiere alejarse y ella quien no quiere que me aleje.
Haces bien en alejarte, entonces. Que te den boleto y encima te quieran tener ahí, calladito, engañado para que no te rebeles, no vaya a ser que hagas tu vida y luego no puedan aprovecharse de tí cuando lo necesiten, es para sentirse muy muy desilusionado.

Es terrible perder las ganas de emparejarse, con lo entretenido que es ligotear y la vidilla que da. Que nos puedan joder tanto como para anestesiar un instinto primario. En mi caso el momento interruptor ha sido raro. Como si yo fuera una sala llena de velitas encendidas y hubiera entrado una persona que cada día apagara una. Pequeños detalles que por sí solos no bastan para poner fin a una relación, pero que sumados uno a uno van erosionando la ilusión hasta hacerla desaparecer sin que uno sepa exactamente cuándo se le agrió el carácter.
Y lo peor de todo es que a veces (muchas veces, la mayor parte del tiempo) se tiene la seguridad de que la falta de ganas por el sexo opuesto no es una respuesta traumática sino pura lucidez.
 
En mi caso mi vida entera ha sido una escalada de desprecio hacia las mujeres y es normal, dado que yo nací el mismo año en que murió Franco y este desprecio ha sido acorde a la estupidez mediática y libertinaje imperante.
 
Atrás
Arriba Pie