ensaladadeestacas rebuznó:
Podrías haber hablado del tiempo en Canarias. Total, tiene la misma relación que lo que has dicho con lo que estábamos hablando
El tiempo por aquí bien, gracias. Calor pero mejor que en Madrid, sin duda, qué asco de junio pasé.
Lo que quería transmitir es que no todas las actuaciones políticas tienen que tener como finalidad una mejora de la calidad de vida. Evidentemente el grueso de las llevadas a cabo por el Ayuntamiento de Madrid u otra Administración deben perseguir, de una manera u otra, dicha finalidad: mejorar servicios, infraestructuras, etc. que la gente viva mejor, en definitiva, no hace falta que me extienda, creo. Pero no todas.
Es cierto que cambiar el nombre de 10, 100 ó 200 calles tendrá un coste, mayor o menor, y no afectará a la calidad de vida de los madrileños, como tampoco lo hacen otras iniciativas municipales o estatales que, no obstante, se llevan a cabo por un motivo u otro, es decir, no todo se puede medir por la utilidad directa o el aumento de la calidad de vida que suponga, de ahí mi ejemplo. El Palacio Real posiblemente supone una serie de costes (mantenimiento, etc.) pero todos (o la mayoría) entendemos que es parte de nuestra historia, del Patrimonio Nacional, y que merece seguir en manos públicas pese a que nos cueste dinero.
Pues lo mismo con el cambio de nombres de las calles. Como bien ha descrito ILG, ya va siendo hora de que los golpistas dejen de ser honrados de tal forma. Y del mismo modo que yo me la envainaba hasta no hace mucho y paseaba por la avenida General Mola en Santa Cruz de Tenerife ahora os toca a vosotros envainárosla, y si las mayorías del Pleno del Ayuntamiento del Madrid, con la legitimidad que les da el haber sido elegidos por los ciudadanos de dicha ciudad, deciden cambiar el nombre de las calles, que así sea. Si el cambio no gusta no te preocupes, Esperrancia podrá incluir en su programa para las elecciones de 2019 volver a los nombres anteriores y los madrileños demostrar con su voto que eso es lo que quieren.