El perro de Pavlov.

Nunca he amado lo suficiente como para dedicarle mis pajas a un solo culo, a un único par de tetas, a una zorra miserable insignficante en su unidad. A Pessoa debió pasarle algo igual, porque decia algo asi como que "todo me interesa, nada me apasiona". Soy inconstante en mis amores y mis filias. Últimamente ando revoltoso con los tangas negros adornando enorme y rotundos culos en pompa. Me tiene la polla en carne viva, despellejada, al borde de quedar como la lámina de una radiografía.

Sin embargo, en pleno extasis, cuando el amor es más puro y obsesivo, abandono, sin transición ni etapas intermedias. Lo dejo todo, olvido los ligueros, las bragas, los culos poderosos y me paso a la orinafilia. Me desatasco las tuberias deleitándome con videos de adolescentes haciendo pipi. Sin parar, hasta que mis ojos no captan más de destellos luminiscentes y noto que comienzan a sangrar.

No soy un buen fan, abanodo pronto, lo agoto todo hata el túetano y lo olvido. No me ameis, os harái sufrir.
 
Cimerio rebuznó:
Resulta que vengo dándole vueltas al tema y en el cien por cien de las ocasiones me comporto como el perro de Pavlov tras sonar la campanilla.

Yo soy más del Gato de Schrödinger, pero te hentiendo hamijo.



Miko lex;3203466 rebuznó:
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¿Esto hace que también se la pele?

No, esa sólo se folla al guionista forero :lol:


Estilita rebuznó:

Por curiosidac... ¿Qué hizo Redivivo para ser baneado? :shock:
 
PERVERTMAN rebuznó:
(...)


Por curiosidac... ¿Qué hizo Redivivo para ser baneado? :shock:

No me consta que se semejante desgracia haya caído sobre el Foro, son tiempos oscuros, llenos de incertumbre y zozobrante vagabuendeo, pero ruego a San Lol para que proteja el avatar de tan excelente muchacho. Hay que tener el alma muy negra o un sentido de la justicia extremadamente corrompido para banear a se semejante factoria de buenos sentimientos. El amor se hizo forero y se llamó Redivivo, un forero que reparte sonrisas y ósculos a boca llena, que congrega amistades y adhesiones, no por su prosa recargada e indescrifrable, sino por su espíritu afable y su cándido analfabetismo. No hay quien soporte sus fárragos de palabras, pero es imposible no sentir una proximidad emocional, un cosquilleo de complicidad ante su optimismo y su bondad.
 
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