Ese tipo de tías, marcan, y muchas pajas 25 años después, siguen dedicadas a ellas.
Dios se apiade del que se case o junte con una así.
En mi caso, era un pibón, casada y con hijos de un marido que me contaba se quedaba en casa llorando, sabiendo que venia a follarse a un taxista enano.
En mi caso, me marcó lo que no está escrito, me llevaba por donde le salía del coño, igual que la tuya, era casada, con hija.
Guapa a rabiar, rubia de bote, 1,75 de altura, 35 años cuando la conocí, y 38 cuándo la solté o más bien me soltó, tenas tuneadas mínimamente,
granaina de origen y residente en Barcelona desde los 2 o 3 años.
No recuerdo haberme reído tanto con una mujer, graciosa, un 9 de hembra.
La única ninfómana que he tenido en mi vida, joder, eran polvos épicos, tenía que tirar de cialis para resistir las embestidas, mientras yo me corría
una vez, ella lo hacía 3 y 4 veces, yo alucinaba, se subía encima y yo tenía que ponerme a pensar en el curro, o me corría como un mirlo, cabalgaba
como en un toro de esos de feria.
Rara vez era la que nos encontrábamos y no se me ponía el rabo como la pata de una cabra, y cada vez, surgía un polvo sublíme, en coche, en la playa
al atardecer, en el lavabo de minúsválidos del McDonals echamos medio polvo que tuvimos que cancelar porque aporreaban la puerta.
Eran tiempos del messenger, podréis calcular, que de ésto, no hace más de 8 o 9 años, yo también tenía larva, a lo que iba, con el messenger
nos conectábamos desde el trabajo, y a la noche cuándo todos dormían, desde casa, se metía una consolador iluminao como un gusiluz, y consiguió más de
una vez que me la pelara mirándonos con la webcam, ahora mismo no me lo puedo ni creer, con Nikora roncando.
Y en las despedidas de fin de semana, venía la parte negativa, siempre se quedaba llorando, tenía que volver al nido, donde la esperaba el marido, que
seguro que querría ejercer el derecho a uso y disfrute de su papo y ahí venían sus pequeñas depresiones, ampliadas por una fibromialgia que sufría de vez en cuando.
A mí ya me iba bien así, solo me costaba dinero, un pastizal en alquiler de habitaciones por horas, y la comida o cena, pero podía soportarlo perfectamente.
Y ella, como mujer, se cansó, aunque dijese que lo mejor era dejarlo porque no había futuro, pero la verdad es que se fue alejando hasta que un día, a las 3
de la madrugada, rompimos por wasap, como Maria Teresa Campos y Bigote Arrocet.
En ese momento, yo lo hubiese dejado todo por ella, pero ya era tarde.
Ahora pienso que fue lo mejor, hoy estaríamos viviendo en la rutina, y ya se sabe, al cambiar de montura vives en el puto mundo de yupi,
después, es más de lo mismo.