Yo esto me lo he encontrado mogollón, pero mogollón, entre latinoamericanos.
Recuerdo cuando llegaron, allá por el 2000, mi madre reformó buena parte de su casa. Hicieron la obra unos ecuatos, la acabaron, y ya. Al cabo de unos días le tocaron sobre las 9 de la noche al timbre, estaba lloviendo, y le pidieron "200.000 pesetas para hacerle regalos a su familia", así, tal cual.
Mi madre que es así, es muy person y tiene una mala leche que flipas, le respondió literalmente "la maceta en toda la cabeza te voy a dar, desgraciao".
Luego recuerdo un brasileño, tipo de origen italiano, que en aquella época estando en un trabajo de estos de mierda de vender cosas a puerta fría, y toda esta gente empezaba a llegar y no los conocíamos, el tío se ve que la gente del trabajo le daba pasta y explicaba que había trabajado en un bar y no le pagaban.
Recuerdo a un chaval así jovencito, alto fortote, buen tipo y con cierto carácter, que se comprometió con él mucho, y decía de ir al bar todos, ponerse en la puerta, y decirle a todo el mundo que entrara "el señor del bar le debe tanto a este chaval porque nunca le pagó".
Tiempo después cuando uno conoce el percal se da cuenta de que el bar probablemente eran los padres.
Yo en realidad lo admito como parte de su forma de ser. No sé. Allí lo llaman picardia latina.