Mustis
☿
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- 29 Mar 2007
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Todos sabemos ya del fenómeno que desde hace unos años nos atormenta: los youtubers.
En el fondo son cuatro niñatos que se grababan jugando a videojuegos o haciendo el mongo y empezaron a ganar seguidores, gente que veía sus videos y les daba like hasta tal punto que por publicidad de youtube empezaron a ganar millonadas. Luego se sumaron sus shows, escribieron libros, aparecían esporádicamente en anuncios de la tele o demás elemetos publicitarios y vaya, que con veintipocos y sin estudios tenían la vida resuelta.
- Soy hintelectual, he escrito un libro. Gñe.
Esta horda de niñatos que no hacen más que el gamba delante de una cámara ha creado una nueva forma de vida, ya hay sitios donde puedes aprender a ser youtuber, pasando por caja, claro. Y esto ha hecho una vez más que miles de adolescentes dejen los estudios para intentar ser youtubers, llenándose youtube de niñatos sin gracia haciendo el imbécil buscando dar el salto a la fama.
Eso ellos.
¿Pero y ellas? Ellas estaban tardando en apuntarse a esta nueva de forma de vida 2.0 y dar por culo en las redes. ¿Pero siendo youtubers? Difícil, poco de edición de video saben ellas, saben ponerse de una cámara, pero no como para crear un canal con contenido divertido o interesante con el que saltar a la fama. Ellas lo que saben es hacerse selfies por lo que sea creado el maravilloso mundo de
Todo esto viene a raíz de una conversación que tuve con mi sobrina este fin de semana, era algo así:
- Tito Mustis, ¿tienes Instagram?
- Qué va, eso es para jóvenes, yo soy muy viejo como para eso.
- Pues el papá de mi amiga Fulanita tiene, podrías hacerte uno.
- Ahá.
- Es gratis, hazte uno y hazme follow, que necesito muchos seguidores.
- ¿Y eso?
- Es que quiero ser influencer.
Yo:
Sí hamijos, ellas también han dado el salto. Cada vez son más las crías que han decicido que no quieren trabajar, quieren ponerse trapitos, hacerse fotos, subirlos a instagram y tener muchos seguidores. Desconozco cómo funciona este mundo, al parecer las grandes marcas están pendientes de las Influencers con muchos seguidores para pagarles un pastón por lucir sus trapitos. Lo que ha hecho que toda una horda de teens haya abandonado la práctica del selfie en el baño poniendo morritos por cosas más sofisticadas.
Hay muchas que ya lo han conseguido. Al fin y al cabo un niñato en su cuarto sin haber estudiado interpretación ni marketing ni comunicación audiovisual ni nada de nada se ha hecho millonario jugando al Minecraft, ¿por qué no iban a hacer ellas lo mismo poniéndose trapitos?
Como bien suelen decir: qué falta hace una guerra.
En el fondo son cuatro niñatos que se grababan jugando a videojuegos o haciendo el mongo y empezaron a ganar seguidores, gente que veía sus videos y les daba like hasta tal punto que por publicidad de youtube empezaron a ganar millonadas. Luego se sumaron sus shows, escribieron libros, aparecían esporádicamente en anuncios de la tele o demás elemetos publicitarios y vaya, que con veintipocos y sin estudios tenían la vida resuelta.
- Soy hintelectual, he escrito un libro. Gñe.
Esta horda de niñatos que no hacen más que el gamba delante de una cámara ha creado una nueva forma de vida, ya hay sitios donde puedes aprender a ser youtuber, pasando por caja, claro. Y esto ha hecho una vez más que miles de adolescentes dejen los estudios para intentar ser youtubers, llenándose youtube de niñatos sin gracia haciendo el imbécil buscando dar el salto a la fama.
Eso ellos.
¿Pero y ellas? Ellas estaban tardando en apuntarse a esta nueva de forma de vida 2.0 y dar por culo en las redes. ¿Pero siendo youtubers? Difícil, poco de edición de video saben ellas, saben ponerse de una cámara, pero no como para crear un canal con contenido divertido o interesante con el que saltar a la fama. Ellas lo que saben es hacerse selfies por lo que sea creado el maravilloso mundo de
LAS INFLUENCERS.
Todo esto viene a raíz de una conversación que tuve con mi sobrina este fin de semana, era algo así:
- Tito Mustis, ¿tienes Instagram?
- Qué va, eso es para jóvenes, yo soy muy viejo como para eso.
- Pues el papá de mi amiga Fulanita tiene, podrías hacerte uno.
- Ahá.
- Es gratis, hazte uno y hazme follow, que necesito muchos seguidores.
- ¿Y eso?
- Es que quiero ser influencer.
Yo:
Sí hamijos, ellas también han dado el salto. Cada vez son más las crías que han decicido que no quieren trabajar, quieren ponerse trapitos, hacerse fotos, subirlos a instagram y tener muchos seguidores. Desconozco cómo funciona este mundo, al parecer las grandes marcas están pendientes de las Influencers con muchos seguidores para pagarles un pastón por lucir sus trapitos. Lo que ha hecho que toda una horda de teens haya abandonado la práctica del selfie en el baño poniendo morritos por cosas más sofisticadas.
Hay muchas que ya lo han conseguido. Al fin y al cabo un niñato en su cuarto sin haber estudiado interpretación ni marketing ni comunicación audiovisual ni nada de nada se ha hecho millonario jugando al Minecraft, ¿por qué no iban a hacer ellas lo mismo poniéndose trapitos?
Como bien suelen decir: qué falta hace una guerra.