Cuando he tenido confianza con algún empresario y ha habido el clima de buen rollo propicio me ha gustado romperlo jugando a apretarlos preguntando qué es lo mínimo que estarían dispuestos a pagar a sus empleados.
En no pocas ocasiones, y no digo que sean mayoría pero las suficientes como para ser significativas, la respuesta ha sido cero. Que si ningún organismo los regulara, si ninguna política los sancionara, les parecería bien no pagar absolutamente nada. Ni un plato de sopa. Eso tiene un nombre, y no es explotación precisamente. El término explotación lo dejamos para esas pequeñas trampitas un poco al margen de la ley pero que parece que tenemos que tolerar como sociedad para que podáis tener beneficios con vuestros negocios no demasiado rentables a costa de la gente a la que necesitáis para llevarlos a cabo.
Me parece especialmente significativo también tu ejemplo de la pizza de 50 euros porque deja bastante claro que si como sociedad no toleráramos la explotación el coste deberíamos asumirlo nosotros como clientes globalmente, es decir... comunismo. Parece ser que los empresarios sois acérrimos defensores del libre mercado, menos cuando las leyes de la oferta y la demanda determinan que no sois capaces de mantener negocios competitivos pagando a la vez salarios dignos. Entonces cualquier cosa es razonable, desde recortar costes explotando a repercutir el "sobrecoste" de que vuestros empleados no vivan en la indigencia, algo con lo que deberíais contar de entrada y sin lo cual ni siquiera se os debería permitir existir, al conjunto de la sociedad. Vuestra rentabilidad no se toca nunca.
Sabes perfectamente qué significa un salario digno, que os guste esconderos en tecnicismos y relativismos morales para justificar lo putas ratas que sois es otra cosa.
Otro argumento de niño pequeño y un poco retrasado, "me tienen envidiaa". Creo que ni siquiera entendiste la película de la red social, porque lejos de idolatrarlo lo que hace es ofrecer una perspectiva bastante cuestionable del modelo de empresario que tanto os gusta. Pero qué se puede esperar de un pobre desgraciado que cuando le hablas de trabajo digno se encoje de hombros y te habla de expectativas demasiado altas.
Al retrasado de Edelgays ni le respondo, porque para qué. Mas de lo mismo. Parece investido en una especie de cruzada personal para hacerse perdonar el haber votado durante media vida al PSOE. No es culpa nuestra que fueras retrasado, igual que no es culpa nuestra que lo sigas siendo ahora, vete a ofrecer tus profundísimas reflexiones sobre cómo te manipuló la malvada izmierda a tu futura novia, que parece tener vocación para las causas sociales.