Como buen melómano que soy, me gasto mis perras en vinilos. Lo peor de todo es que eso también conlleva perder tiempo, ya que antes de comprar escucho las canciones por encima, si el disco vale la pena. Tengo cuenta en 7 tiendas digitales de vinilos y otras 5 en sitios para la descarga digital (aunque ahora prefiero más el formato físico). Hago todo esto sin vivir de la música.
Antes de esto tenía vicios más normales, como jugar a la tragaperras y irme de putas. Habrazame norteño, no somos tan diferentes