Ernest Hemingway, un asesino.

cuellopavo rebuznó:
En cartas inéditas, hasta ahora, el autor de "El viejo y el mar", mismo que difrutaba bebiendo mojitos en un bodegón habanero (orgullo de las actuales autoridades cubanas), cuenta que le causaba deleite, asesinar prisioneros de guerra alemanes.


https://www.clarin.com/diario/2006/09/28/um/m-01280048.htm


A UN BORRACHO INTEGRAL COMO HEMINGWAY NO SE LE PUEDE CREER TODO LO QUE DIGA.......estaba casi siempre bajo los efectos del alcohol.....además gozaba de muy mala puntería, de modo que aunque disparara, dudo mucho que pudiera matar otra cosa que un par de bombillas de farola..como escritor, si exceptuamos la excepcional "El viejo y el mar", es basura.
 
cuellopavo rebuznó:
En cartas inéditas, hasta ahora, el autor de "El viejo y el mar", mismo que difrutaba bebiendo mojitos en un bodegón habanero (orgullo de las actuales autoridades cubanas), cuenta que le causaba deleite, asesinar prisioneros de guerra alemanes.


https://www.clarin.com/diario/2006/09/28/um/m-01280048.htm

Un plasta, borracho, cobarde y además culpable junto con Manet, Merimée, Bizet y otros figurillas de que cada vez que voy al extranjero la peña espere encontrar en mí a un bandolero con patillas estilo Curro Jiménez.
 
Matar a alguien es una experiencia fuerte, y como tal seguramente enriquecedora para el escritor.
En las guerras los soldados matan a otros soldados, como es su obligación.
Si Hemingway mató a algún prisionero es algo que me parece irrelevante. Se ve que era un hombre duro, que forzaba las situaciones hasta el límite.
En cualquier caso nada tiene que ver con su literatura.
 
cuellopavo rebuznó:
Matar a alguien es una experiencia fuerte, y como tal seguramente enriquecedora para el escritor.
En las guerras los soldados matan a otros soldados, como es su obligación.
Si Hemingway mató a algún prisionero es algo que me parece irrelevante. Se ve que era un hombre duro, que forzaba las situaciones hasta el límite.
En cualquier caso nada tiene que ver con su literatura.

sí..tienes que ver..porque en ambos casos se trata de mierda
 
Supongo que Cervantes, que también fue soldado, también mataría a más de un turco. A él también estuvieron a punto de matarle.
Es lo que pasa en la guerra, que los soldados se matan unos a otros.
Pero en la guerra no se asesina, sólo se elimina al enemigo.
 
cuellopavo rebuznó:
Supongo que Cervantes, que también fue soldado, también mataría a más de un turco. A él también estuvieron a punto de matarle.
Es lo que pasa en la guerra, que los soldados se matan unos a otros.
Pero en la guerra no se asesina, sólo se elimina al enemigo.

la diferencia es que Cervantes era un GENIO...y Hemingway es (SALVANDO EL VIEJO Y EL MAR) bazofia,. mierda, caca de la vaca
 
rusas-macizas rebuznó:
la diferencia es que Cervantes era un GENIO...y Hemingway es (SALVANDO EL VIEJO Y EL MAR) bazofia,. mierda, caca de la vaca

Hem estuvo del lado de la republica cuando la guerra civil española, trató de hundir submarinos alemanes a cuenta propia a principios de la segunda mundial, apoyó mucho al nuevo gobierno cubano al principio de la revolucion, bebía mucho, se caso varias veces... en fin un hombre como otro cualquiera, pero que ha deleitado al mundo con sus novelas y lo seguirá deleitando por largo rato. Si asesinó o no, Dios lo sabrá. Pero no hay dudas de su inmortalidad como escritor...
 
Un tipo que mata a un hombre indefenso no goza de mis simpatías ni será acogido por el Padre de los Caídos en Walhalla.

Matar a tu enemigo es lo mejor de la vida, pero hay que hacerlo en buena lid, cara a cara y en igualdad de oportunidades, sino se vuelve algo sórdido y mezquino.

Si Caín hubiera matado a Abel en duelo y no a traición Dios no le habría marcado con ningún estigma.
 
Si Caín hubiera matado a Abel en duelo y no a traición Dios no le habría marcado con ningún estigma.

Para mí es el primer caso de manipulación informativa de la historia, no está claro que fuese así, a traición, merecería la pena enviar a un secuaz de Pedro J. a ver que sale, en todo caso me declaro cainista.

Hem es un icono de la literatura americana, te puede gustar o no, pero su calidad y sobre todo, su influencia, es innegable. Es posible que disfrutase matando, como Leonardo dibujando cuerpos descoyuntados de ajusticiados a muerte (aunque puede que se trate de leyenda negra) o Faulkner persiguiendo exclavos negros campo a través, o Picasso maltratando a una de sus amantes. En todos los casos, no es esto por lo que se les admira, se les admira y se les juzga por sus obras, no por sus actos.
Si tuviesemos que juzgas a los escritores por sus persona no se salvaría ni el tato.
 
A mi siempre me ha parecido un subnormal al que nadie dio vela en el entierro que fue nuestra Guerra Civil y que a diferencia de Orwell, no hizo absolutamente nada pero si se autopresento como "heroico luchador de la libertad"
 
Lo que pasa es que los escritores, algunos por lo menos, se hacen famosos y su vida llega a conocimiento general de la gente, que los admira por sus escritos. Su vida se convierte así en un testimonio del que trasciende una moralidad, y su actitud ante la vida resulta para muchos ejemplar.
No está de más aprender que el hombre es capaz de lo más noble y de las acciones más viles.

Creo que antes opiné con demasiada frívolidad. No se puede asesinar a un prisionero.
 
Pues a mi "el viejo y el mar" me encanta y "por quien doblan las campanas" tambien me gusta y "adios a las armas" no me llega pero no me parece mierda.
 
Hemingway también tenía su corazoncito

El coqueteo epistolar entre Hemingway y la Dietrich

Ernest Hemingway y Marlene Dietrich se conocieron a bordo de un crucero en 1934. Desde entonces, mantuvieron una compleja relación de coquetería por carta, cuyo contenido no se ha hecho público hasta ahora, por petición expresa de la hija de la actriz alemana, María Riva.

En una carta fechada el 19 de junio de 1950, a las 4 de la mañana, el escritor y premio Nobel escribe:

"Te estás poniendo tan hermosa que tendrán que sacar fotografías de tu pasaporte de 9 pies de altura. ¿Qué es lo que realmente quieres hacer en tu vida? ¿Romper el corazón de todos por una moneda de diez centavos? Siempre podrías romper el mío por una de cinco centavos y yo pondría la moneda".

Una relación epistolar que sugiere que su vínculo fue firme, apasionado y, probablemente, sólo platónico.A Ernest Hemingway, el autodesignado Papá del mundo literario, le gustaba de llamar "hijas" a sus amigas. Nada más conocer a Marlene Dietrich, decidió incluirla en ese selecto grupo. De esa relación han sobrevivido treinta cartas escritas por Hemingway a la actriz entre 1949 y 1953. En ellas, la llamaba "Mi pequeña Kraut", que significa "alemana", pero también "cabeza cuadrada", un término que suele usarse para referirse a los alemanes despectivamente, pero que el escritor utilizaba con cariño.En una de las cartas, fechada el 23 de mayo de 1950, el escritor se defiende de los celos de la alemana hacia la actriz sueca Ingrid Bergman:

"Sigue enojada todo lo que quieras. Pero detente en algún momento, hija, porque sólo hay una como tú en el mundo, y nunca jamás habrá otra, y me siento muy solo en este mundo cuando tú te enojas conmigo", le escribe.

En otra carta, fechada en 1951, la Dietrich le dice:

"Creo que ya es hora de que te diga que pienso en ti constantemente. Leo tus cartas una y otra vez y hablo de ti con algunos hombres selectos. He cambiado tu foto a mi alcoba y la mayoría de las veces que la observo me siento bastante impotente".

Hemingway tenía 50 años y Dietrich 47 cuando comenzaron a escribirse. Él le describió la relación a su amigo, el escritor A.E. Hotchner, diciendo que se enamoraron cuando se conocieron a bordo del Ile de France.

"Nunca hemos estado en la cama. Sorprendente pero cierto. Las víctimas de una pasión fuera de sincronía", le confesó a su amigo.

Las cartas, que en ocasiones Hemingway concluía con un "te mando un beso muy fuerte", fueron donadas a la biblioteca en 2003 por la hija de la actriz, María Riva, a condición que no fueran hechas públicas hasta ahora. Son de acceso público pero para contemplarlas hace falta pedir permiso. Los primeros afortunados pudieron leerlas de primera mano el jueves pasado, durante la exhibición de la Colección de Ernest Hemingway en la Biblioteca y Museo Presidencial John F. Kennedy.
 
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