Fucked de la vida
Muerto por dentro
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Dejad ya tranquilo a Cachondo, hijos de puta, dejad de meter las narices en sus asuntos. Compraos una vida propia, por el amor de Dios.
Esta tarde he visto a tres ninfas de unos 13 años en bikinis, seres celestiales a los que no podía mirar más de tres segundo seguidos sin que su belleza y perfección me deslumbraran. Que culos tan perfectos, que vientres tan planos, que piernas, que piel tan brillante, con largas melenas y tetitas incipientes. Tenían una pava encima y desprendían un aroma a virginidad que me aceleraban el corazón al borde de la taquicardia. Estaban zorreando con unos zagales de sus misma edad.
Una me ha mirado un par de veces y creía que me iba a dar algo, Dios, que mirada tan sexual y picarona.
He llegado a casa verraco perdido y estoy mirando en las páginas de contacto alguna puta de menos de 23 años, una puta que no tenga el culo celulítico, ni el chocho dado de sí por haber parido unas cuantas veces, ni de cuerpo zoomorfo. Una putita que aún conserve un poquito del encanto adolescente y quizás una pizca de ingenuidad para poder follármela pensando en las tres ninfas que he visto esta tarde.
Tengo el móvil echando humo, estoy llamando a esta zorrita pero no me coge el puto teléfono. Me duele el dedo de dar a rellamada una y otra vez.
Sólo deseo meter mi lengua en su chochito, ponerla a cuatro patas y meter mis narices entre esas cachas, oler el aroma de su ano, lamerlo. Quiero meter mi lengua en su coñito y relamer su melifluo néctar. Quiero acariciarla mientras pienso en las tres niñas que me han obnubilado esta tarde. Me da igual si no me la follo, necesito acariciar un cuerpo petisuis, sin tetas, sin grasa, sin carne, sólo esqueleto y piel suave y tersa por encima.
Si no consigo contactar con ella creo que voy a tener que salir a violar a alguna que pille en algún parque o vea entrando en algún portal.
No creo que ni cinco pajas seguidas con vídeos de teens logren bajarme el calentón. Consejos, amigos.
Esta tarde he visto a tres ninfas de unos 13 años en bikinis, seres celestiales a los que no podía mirar más de tres segundo seguidos sin que su belleza y perfección me deslumbraran. Que culos tan perfectos, que vientres tan planos, que piernas, que piel tan brillante, con largas melenas y tetitas incipientes. Tenían una pava encima y desprendían un aroma a virginidad que me aceleraban el corazón al borde de la taquicardia. Estaban zorreando con unos zagales de sus misma edad.
Una me ha mirado un par de veces y creía que me iba a dar algo, Dios, que mirada tan sexual y picarona.
He llegado a casa verraco perdido y estoy mirando en las páginas de contacto alguna puta de menos de 23 años, una puta que no tenga el culo celulítico, ni el chocho dado de sí por haber parido unas cuantas veces, ni de cuerpo zoomorfo. Una putita que aún conserve un poquito del encanto adolescente y quizás una pizca de ingenuidad para poder follármela pensando en las tres ninfas que he visto esta tarde.
Tengo el móvil echando humo, estoy llamando a esta zorrita pero no me coge el puto teléfono. Me duele el dedo de dar a rellamada una y otra vez.



Sólo deseo meter mi lengua en su chochito, ponerla a cuatro patas y meter mis narices entre esas cachas, oler el aroma de su ano, lamerlo. Quiero meter mi lengua en su coñito y relamer su melifluo néctar. Quiero acariciarla mientras pienso en las tres niñas que me han obnubilado esta tarde. Me da igual si no me la follo, necesito acariciar un cuerpo petisuis, sin tetas, sin grasa, sin carne, sólo esqueleto y piel suave y tersa por encima.
Si no consigo contactar con ella creo que voy a tener que salir a violar a alguna que pille en algún parque o vea entrando en algún portal.
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