Todo bien, pero fallas en el razonamiento. Pueden elegir porque son capaces de elegir no follar, no porque siempre haya alguien para follar.
Todavía hay gente en el foro que no acaba de entender que a las mujeres les da absolutamente igual que siempre haya alguien para follar porque ellas no lo necesitan, es que directamente no quieren eso. A una mujer le gusta 1 tío y todos los demás le dan igual.
A ver si viene el albino loco y te lo explica con el gráfico de los zapatos.
Te está diciendo que siempre van a tener tíos detrás dispuestos para follar con ellas aunque sean feas.
No te está diciendo que ellas vayan a follar obligado.
Pero aparte de todo lo que decís, también obtienen otra necesidad: la aprobación y el sentirse deseadas.
Aunque no follen, necesitan esto último.
Y como ellas hacen lo que la tele dice, cuando los albañiles dejan de decirles "morena, aaaaay que ricura...", porque los albañiles ya hace años que no lo hacen ni pueden ni quieren, están más bordes.
Aparentemente están bordes porque no quieren que nadie les 'acose' (esto es les pida la hora o ellas crean que un tío las mira cuando está mirando para un árbol), y los tíos son unos cerdos, y a mí qué me tienes que decir si no me conoces violador asqueroso!!
Aparentemente el lado intelectual les dice eso, pero biológicamente la realidad les dice otra. Para Ferris que nunca le digan guapo no mola, para ellas es lo peor y las puede llevar a la depresión.
Todo está escrito.
Ulises traza un plan cuando pasa por aquella isla en donde un grupo de sirenas en la orilla les cantan con voz dulce a todos los marineros que pasan con su barco, para atraerlos.
Tanto es el exito, que si un día un marinero las ignora, una de ellas morirá. Lo pagaría con la muerte, pero eso nunca ocurrió, porque todo macho les hace caso.
Ulises se ata al mástil del barco, se pone tapones de cera en el oído, y por primera vez en la vida un hombre ignora a ese grupo de nenas en la orilla seduciendoles con su feminidad.
Entonces una de ellas muere, al ser engullida y arrastrada por el agua por cientos de kilómetros, hasta que a la altura de la actual Italia su cuerpo cadáver funda y crea la ciudad de Nápoles, según la leyenda.
Así que estas cuatro pedorras que nacieron cuando nosotros ya fumábamos porros, no pueden engañar a nadie. Son ellas las engañadas, y las perjudicadas.