Sir Ano de Bergerac
La becaria de Aramís Fuster.
- Registro
- 10 Abr 2007
- Mensajes
- 15.910
- Reacciones
- 9.819
El mundo medio, nosotros y nuestro entorno molecular cohesionado, forma la base desde la cual se desarrolla la física, por tanto no puede ser ajena ni extraña a nosotros y nuestro lugar/tiempo.
Las magnitudes, sean absolutas o relativas, son proyecciones y adjetivos humanos. Somos nosotros quienes describimos el universo. Lo infinitamente pequeño y lo infinitamente grande es descrito en términos parciales a la medida del ser humano.
Desarrolle su teoría del mundo medio, plox.
Nuestro mundo molecular cohesionado tampoco puede ser el fundamento de la realidad. Un día alguien halla determinadas estructuras matéricas que forman entidades, se deciden los límites de estas entidades en base a una gnoseología, se decide llamar a estas entidades moléculas. Las ciencias positivas son interpretaciones de la realidad pero tienden a confundirse con la realidad misma. Esa realidad misma comienza a ser problemática en el momento que para describirla necesitamos interpretarla. En su interpretación pasamos por alto la diferencia más fundamental: la diferencia ontológica.
Es cierto que las magnitudes son proyecciones humanas ajenas a los hechos mismos. Mi torpe intención era establecer una analogía entre el operar de las ciencias positivas y nuestro discurrir mundano. La física se articula teóricamente en magnitudes que nosotros, los hombres, consideramos ajenos a nuestra experiencia mundana. Así, a partir de fundamentos que tienen su origen en esos planos ilegibles a nuestra experiencia directa, comprobamos sus resultados en forma de aplicacaciones prácticas. De ahí mi referencia a una segunda o tercera vía.
De un modo análogo, propuse el concepto de mundo medio como campo de lo real en el cual se dan los hechos mismos. Estos son interpretados a partir de abstracciones que se realizan manipulando las magnitudes de la experiencia y estableciendo asimismo una gnoseología particular de los fenómenos.
Última edición: