Blood
Clásico
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- 11 Abr 2010
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Por eso, el sentido común manda hacer acopio de esos productos mágicos que nos alegran la vida, antes de que desaparezcan para siempre como lagrimas entre la lluvia.“En mi vida de consumidor, habré conocido tres productos perfectos: los zapatos Paraboot Marche, el combinado ordenador portátil-impresora Canon Libris y la parka Camel Legend. He amado apasionadamente estos productos, me habría pasado la vida en su compañía, comprando periódicamente, a medida que se fueran gastando, productos idénticos. Se había establecido una relación perfecta y fiel que me hacía ser un consumidor feliz. Mi vida no lo era en absoluto, desde todos los puntos de vista, pero al menos tenía esto: a intervalos regulares podía comprarme un par de mis zapatos favoritos. Es poco pero es mucho, sobre todo cuando se tiene una vida interior bastante pobre. Pues bien, me han privado de esta alegría, esta alegría sencilla. Al cabo de unos años, mis productos favoritos han desaparecido de las estanterías, lisa y llanamente han dejado de fabricarlos; y en el caso de mi pobre parka Camel Legend, sin duda la más hermosa jamás fabricada, sólo sobrevivió una temporada… -Empezó a llorar, lentamente, con grandes lagrimones, se sirvió otro vaso de vino-. Es brutal, ¿sabe usted?, terriblemente brutal.”
Es algo que siempre hago y que seguiré haciendo. Ese tipo de productos son pocos, por los que el aprovisionamiento merece la pena, independientemente de que sean cazadoras, zapatos o desodorante.