"Fácilmente se pudo haber evitado la Crisis del 29 y la Segunda Guerra Mundial"

Espinete era masón

Aborto de Forero
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23 Nov 2017
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Pues hola.

La frase del epígrafe son declaraciones de unos historiadores, a los que me he quedado con ganas de preguntar más pero no puedo. Teniendo en cuenta que se creó un organismo especial para evitar una nueva guerra mundial y que lo hicieron tan bien que en menos de diez años hubo otra, me ha chocado bastante. Algún entendido en la sala? De veras hubo alguna alternativa sencilla e inteligente que hubiera posibilitado evitar esos dos sucesos "fácilmente"? Quizá se referían a alguna alternativa maquiavélica y carente de escrúpulos que finalmente se decidió no hacer. Gracias.
 
Por su avanzada edad, desecharon la idea de enviar a Mundele a mediar y paso lo que paso.
 
Pasó lo que pasó.
A burro muerto cebada al rabo.
Quicir, muy facilito despotricar ahora, pero es lo que tiene la vida: el futuro es siempre incierto. Cienes de miles de variables, quizá miles de millones de variables, imposible de controlar.

Minutos musicales Cimmerio style:
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K♂rma y ♪ no hay futuro en los pelos de mi culo ♫
 
¿Que es epigrafe?

Que vas de listo, estudias derecho?
 
La historia está forjada a sangre y fuego por foreros.

La primera guerra mundial comenzó porque un forero que no sabía de que iba la vida le descerrajó tres tiros a un señor que no conocía de nada, pero para un día que salía de la habitación se lió y pimpampum.

Gavrilloprincip.jpg

-Me dijeron que si mataba al archiduque mi router
iría en Xhamster diez veces mas rapido LOL
 
Pues hola.

La frase del epígrafe son declaraciones de unos historiadores, a los que me he quedado con ganas de preguntar más pero no puedo. Teniendo en cuenta que se creó un organismo especial para evitar una nueva guerra mundial y que lo hicieron tan bien que en menos de diez años hubo otra, me ha chocado bastante. Algún entendido en la sala? De veras hubo alguna alternativa sencilla e inteligente que hubiera posibilitado evitar esos dos sucesos "fácilmente"? Quizá se referían a alguna alternativa maquiavélica y carente de escrúpulos que finalmente se decidió no hacer. Gracias.

Se pudo evitar de forma sencilla, pero no fácil.

El sistema capitalista se basa en dos cosas muy humanas: La avaricia y la envidia.

Suprime ambas cosas y evitarás cualquier problema económico.
 
Última edición por un moderador:
La historia está forjada a sangre y fuego por foreros.

La primera guerra mundial comenzó porque un forero que no sabía de que iba la vida le descerrajó tres tiros a un señor que no conocía de nada, pero para un día que salía de la habitación se lió y pimpampum.

Gavrilloprincip.jpg

-Me dijeron que si mataba al archiduque mi router
iría en Xhamster diez veces mas rapido LOL

Hombre, mirese mejor la historia, mas bien fue por el puto protonazi el Kaiser Guillermo II, que metio los perros en danza... eso yes.
 
Hombre, mirese mejor la historia, mas bien fue por el puto protonazi el Kaiser Guillermo II, que metio los perros en danza... eso yes.

Para soltar la chorrada que he soltado que es enormemente foril no me voy a repasar los libros que tengo del tema, ademas que este es el que mas cara de forero tiene.
 
Lo de las crisis son cíclicas y están creadas por el sistema capitalista. AL igual que se te jode el gadget tesnológico( usease móvil, tablet, vagina eléctrica) justo justo justo cuando se acaba la garantía.
Lo de las guerras es mucho más complicado, con las ganas humanas de matarse lo raro es que solo se hayan liado 2 gordas.
 
Hombre, mirese mejor la historia, mas bien fue por el puto protonazi el Kaiser Guillermo II, que metio los perros en danza... eso yes.

La historia se repite, los esxtremos se tocan, tenian complejo de inferioridad, eso es por que eran maricones reprimidos, heteropatriarcado, si lo dice la sexta y podemos es verdad, es por que son obreros y de derechas, la religión es el opio del pueblo, el perro de jiler era el doberman y se vuelve loco por que el celebro hace como tope, la única iglesia que ilumina es la que arde ...

Si quieres que te folle la boca @Zurraspas mándale un private, no nos hacen falta mas clases de historia magistrales.
 
La historia se repite, los esxtremos se tocan, tenian complejo de inferioridad, eso es por que eran maricones reprimidos, heteropatriarcado, si lo dice la sexta y podemos es verdad, es por que son obreros y de derechas, la religión es el opio del pueblo, el perro de jiler era el doberman y se vuelve loco por que el celebro hace como tope, la única iglesia que ilumina es la que arde ...

:lol::121::lol::121:
 
Este payo es un hamster o que? Siempre parece que lleva como picotas en la boca, cago en la puta madre.
Envíele una carta escrita en su mejor papel sellada con lacre y la marca del Cachondo Seal of Approval con la pregunta. Disponga de mi mensajero de confianza y dos de mis mejores caballos árabes.

Hijo de puta.
 
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Y un montón de moros aqui habitando. ¡Y.de rumanos! No rumanos gitanos de esos que dan asco, no, de los rubitos de los que parecen normales. Chorizos todos. En Rumania robar es qué listo soy, soy el más listo de todos que he robaó. Ni un ápice de culpa.
Es tremendo.
 
Envíele una carta escrita en su mejor papel sellada con lacre y la marca del Cachondo Seal of Approval con la pregunta. Disponga de mi mensajero de confianza y dos de mis mejores caballos árabes.

Hijo de puta.

Tendría que saber usted que es mejor un appaloosa, por velocidad y no ser moro, aunque yo soy mas de brabante belga, que es todo potencia, nada mejor para posar enccima de tus enemigos derrotados.

¿Tuvo contacto con el exclusivo y fascinante mundo de la hípica en Poundland?
 
Tendría que saber usted que es mejor un appaloosa, por velocidad y no ser moro, aunque yo soy mas de brabante belga, que es todo potencia, nada mejor para posar enccima de tus enemigos derrotados.

¿Tuvo contacto con el exclusivo y fascinante mundo de la hípica en Poundland?
Nope, pero hablé con un holandés nazi, de oficio curtidor de pieles, que afirmaba que no estaba en Holanda sino en Bgabant. jij
 
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Pues claro que se podía haber evitado la WWII, solo hacía falta que los alemanes hubieran convencido a los turcos de ceder palestina a los judíos allá por 1916. Manda cojones, media europa destruida, decenas de millones muertos etc etc. solo porque un puto pachá no quiso ceder una tierra desértica bastante ajena a los turcos. Ellos perdieron su imperio, el resto s historia.

La crisis del 29, si bien se provocó principalmente para desencadenar la segunda parte de la WWI, tampoco está claro que no hubiera ocurrido, las crisis no solo las crean para cambiar mapas sino, sobre todo, para esquilmar a los demás y seguir acumulando riqueza y poder.
 
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Pues claro que se podía haber evitado la WWII, solo hacía falta que los alemanes hubieran convencido a los turcos de ceder palestina a los judíos allá por 1916. Manda cojones, media europa destruida, decenas de millones muertos etc etc. solo porque un puto pachá no quiso ceder una tierra desértica bastante ajena a los turcos. Ellos perdieron su imperio, el resto s historia.

La crisis del 29, si bien se provocó principalmente para desencadenar la segunda parte de la WWI, tampoco está claro que no hubiera ocurrido, las crisis no solo las crean para cambiar mapas sino, sobre todo, para esquilmar a los demás y seguir acumulando riqueza y poder.

Según lo mires, yo creo que la guerra hubiese pasado igualmente, por mucho que les diesen Palestina o lo que quisiesen, antes o después, el sistema que venia promoviendo Alemania y Italia era nefasto para la economía mundial que se estaba imponiendo, y eso se tenia que parar, ademas muchos países empezaban a tener simpatías y comulgar con ese sistema efectivo, y a los amos del cotarro no les hacia puta gracia. Por eso se pudo reventar Europa, y atomizar a Japon, para enseñar quien manda.

A estas alturas quien crea que todas las guerras y conflictos de los últimos siglos, no tienen de fondo un motivo económico ( y geopolitico en segundo plano ), es que tiene que ser alguien que se traga el canal historia y mierdas similares full time ( la sexta, A3, TV3, Prisa ....)

Y después la propaganda ad eternum.
 
Pero si Alemania gana la WWI, que es lo que hubiera ocurrido si hubieran aceptado el tema de palestina, entonces no hubiera habido gobierno NS en Alemania. Suponiendo que hubiesen desatado la revolución en Rusia, que yo creo que sí ( ya lo venian intentando desde antes, en 1905 por ejemplo, que para eso ayudaron a Japón a ganar esa guerra, y supongo que la desatarían ellos en primera instancia) entonces, en todo caso, la WWII sería contra la URSS.
 
Pero si Alemania gana la WWI, que es lo que hubiera ocurrido si hubieran aceptado el tema de palestina, entonces no hubiera habido gobierno NS en Alemania. Suponiendo que hubiesen desatado la revolución en Rusia, que yo creo que sí ( ya lo venian intentando desde antes, en 1905 por ejemplo, que para eso ayudaron a Japón a ganar esa guerra, y supongo que la desatarían ellos en primera instancia) entonces, en todo caso, la WWII sería contra la URSS.

También es buena teoria, en el fondo es lo que te digo, la guerra en épocas de cambio es lo que toca en las cabezas de esta gente, y las que quedan por venir, hay mucha pasta en juego, ya no son de ideales, la gente siempre esta que las guerras del futuro serán por el agua, o por combustibles, pero al final todo se resume en dinero.

Ahora mismo tenemos un escenario que se parece a la guerra fría, pero a la par son tiempos de desinformación y cutrerio, mucho.
 
Pues claro que se podía haber evitado la WWII, solo hacía falta que los alemanes hubieran convencido a los turcos de ceder palestina a los judíos allá por 1916. Manda cojones, media europa destruida, decenas de millones muertos etc etc. solo porque un puto pachá no quiso ceder una tierra desértica bastante ajena a los turcos. Ellos perdieron su imperio, el resto s historia.

La crisis del 29, si bien se provocó principalmente para desencadenar la segunda parte de la WWI, tampoco está claro que no hubiera ocurrido, las crisis no solo las crean para cambiar mapas sino, sobre todo, para esquilmar a los demás y seguir acumulando riqueza y poder.
¿Puedes desarrollar eso un poco más?
 
¿Puedes desarrollar eso un poco más?

"A mediados del Verano de 1916, el Gabinete de Guerra Británico, obligado por las circunstancias adversas, empezó a considerar seriamente la posibilidad de aceptar la oferta alemana de una paz negociada sobre la base de un statu quo anterior. La situación era desesperada para Inglaterra. Las trópas alemanas ocupaban gran parte Bélgica y Francia; Italia se tambaleaba ante los rudos golpes del Ejército Austro-Húngaro; el gigante ruso se desmoronaba. La campaña submarina alemana había logrado un efectivo bloqueo de Inglaterra, cuyas reservas de alimentos apenas alcanzaban para tres semanas; el Ejército Francés de amotinaba...

Desde el principio de la guerra, la Gran Bretaña había prodigado sus aperturas hacia prominentes financieros norteamericanos, de origen judío—alemán con objeto de enrolar a los Estados Unidos al servicio del esfuerzo de guerra británico. Esas aperturas no se vieron en principio, coronadas por el éxito, debido especialmente al hecho de figurar en el bando Aliado la Rusia Zarista, cuya actitud hacia los judíos fue, tradicionalmente hostil. Ello trajo como consecuencia un fuerte sentimiento de hostilidad a Inglaterra por parte de la finanza norteamericana. Además, Alemania estaba demostrando una dosis de consideración y benevolencia para con los judíos del este de Europa, particularmente en la ocupada Polonia, donde eran muy numerosos. La diplomacia inglesa fué incapaz de contrarrestar, desde 1914 hasta 1916, los fuertes sentimientos pro—alemanes de los financieros norteamericanos.

Los sionistas se enteraron pronto de la oferta de paz hecha por Alemania a Inglaterra. También se enteraron de que el gabinete de guerra británico estaba considerando seriamente la posibilidad de aceptar la oferta germánica. Los sionistas, encabezados por Lord Rothschild y Lord Melchett, de Londres, propusieron un acuerdo entre el gobierno británico y la organización mundial sionista, según la cual, a cambio del reconociminto de un hogar nacional judío en Palestina, se comprometían a usar su influencia para conseguir la entrada de los Estados Unidos en la guerra, al lado de Inglaterra y sus aliados.

Con objeto de lograr mantener su liderazgo mundial, la Gran Bretaña optó por seguir luchando, con los Estados Unidos como Aliado, rechazando las ofertas alemanas. La sagacidad tradicional de los políticos ingleses falló en esta ocasión. Olvidaron que los que buscan protectores, sólo encuentran amos, y sólo vieron que, con la ayuda norteamericana y el desangre de Francia, podrían derrotar a Alemania e impedir la construcción de la vía férrea Berlín—Bagdad que, evidentemente, ponía en peligro la hegemonía mundial inglesa.

Los hombres de Westminster y del Foreign Office, aparentemente, sólo veían un aspecto de la situación. Creían que la aceptación de la oferta de paz alemana, una paz—empate, dejaría al II Reich las manos libres para proceder a la puesta en marcha del proyectado ferrocarril que, en sólo ocho días, permitiría trasladar un ejército desde Hamburgo, en el Mar del Norte, hasta Basora, en el Golfo Pérsico, por la concesión otorgada al Kaiser Guillermo II por su amigo personal y aliado, el Sultán del Imperio Otomano.

En el momento de estallar la I Guerra Mundial, el Imperio Otomano incluía los territorios conocidos desde las Conferencias de Paz de Versalles, en 1919, como Turquia, Líbano, Siria, Irak, Arabia Saudita, Yemen, Kuwait, Palestina y Jordania. Según la concesión otorgada por el Imperio Otomano al Reich Alemán, la vía férrea enlazaría, en territorio otomano, las ciudades de Constantinopla y Basora. Alemania tendría un rápido, eficaz y seguro acceso a los mercados y a los recursos naturales del Lejano Oriente, sin estar a la merced de la “Home Fleet”. Hasta entonces, el tráfico alemán sólo podía hacerse por vía maritima, a través del Mediterráneo, con la aún inexpugnable fortaleza de Gibraltar en un lado y en el Canal de Suez, controlado por Inglaterra, en el otro. Sólo quedaba la ruta del Cabo de Buena Esperanza, igualmente dominada por Inglaterra. La ruta más corta entre Hamburgo y Bombay requeria, entonces, cuatro semanas, que los ingleses podían convertir en seis o siete con sólo crear problemas burocráticos en Port—Said o en Suez, y la más larga de nueve o diez semanas. El mismo viaje requeriría de seis a ocho días, a un costo mucho más reducido, por la vía férrea Berlin—Bagdad.

Salta a la vista que la realización de esa Vía férrea era un peligro para la hegemonía militar y comercial y, en definitiva, política, de Inglaterra. El joven Imperio Alemán era, potencialmente, un contrincante peligroso. Además el Sultán del Imperio Otomano, tras ser derrotado por la Rusia Zarista poco después de la Guerra Franco—Prusiana de 1870, concertó un acuerdo con Guillermo II para la reorganización de su ejército por instructores militares alemanes. Una gran amistad personal surgió entre el Kaiser y el Sultán, lo que evidentemente facilitó la concesión de la Vía férrea Berlin—Baghdad. La diplomacia británica apeló sin éxito a toda clase de halagos y presiones para que la concesión fuera cancelada, pero fracasó en sus propósitos. En vista de ello, Inglaterra ofreció costear la construcción de la vía férrea, a cambio de la mitad de los derechos de la concesión. La propuesta inglesa se completaba con la oferta de dividir, prácticamente, el mundo, en dos esferas de influencia, esperando con ello monopolizar el comercio mundial entre la Gran Bretaña y el Reich, lo cual prometía inmensos beneficios mutuos, aún cuando Inglaterra seguiria siendo, en ese caso, el “primus inter pares’, políticamente hablado.

Alemania era una joven nación que aún no podia financiar, sóla, la realización de aquella inmensa obra, Pero la oferta inglesa fué rechazada. Alemania entonces, podía sólo financiar la construcción de tramos limitados, y aún ello con la asistencia de los banqueros alemanes, muchos de ellos —y los más prominentes— de raza judía, y deseosos de prestar dinero a su gobierno.

Los políticos ingleses, cada vez más preocupados por el creciente pretigio del “Made in Germany” y por el inmenso aumento de poder militar, comercial y político que concedería a Alemania la construcción del ferrocarril Berlin—Baghdad, decidieron que la única solución que les quedaba era aplastar a Alemania en una guerra que eliminara para siempre la amenaza de la tan temida vía férrea. Estaba claro que si el Reich era derrotado, en su caída arrastraría a su aliado otomano, cuyo territorio se convertiría en botín de guerra en la posterior conferencia de paz dictada por Londres, cortando así el paso terrestre de Alemania, Austrio-Hungría o Rusia hacia la India, la clave de bóveda de todo el Imperio Británico.

Con tal propósito Inglaterra premeditó, provocó y precipitó la I Guerra Mundial para aplastar a Alemania.

En 1904, la Gran Bretaña hizo aperturas diplomáticas a Francia, en busca de una “alianza defensiva conjunta” contra Alemania. Los franceses, humillados por el recuerdo de la severa derrota en 1870, aceptaron inmediatamente la propuesta. El recuerdo de Sedán no fué el único motivo, ni siquiera el principal. Más importantes fueron el temor francés ante la fenomenal expansión militar e industrial de Alemania, y la dependencia política de Paris con respecto a Londres, después del bofetón dilpomático de Fashoda. Francia no estaba en posición de rehusar la oferta.

Inglaterra propuso luego a la Rusia Zarista una alianza similar, también “defensiva” y también contra Alemania. A cambio de la participación rusa en la Entente, Gran Bretaña se comprometía a hacer posible la realización del viejo sueño moscovita del control de los Dardanelos, como paso a los “puertos de aguas calientes”. Rusia seria recompensada con los despojos del Imperio Otomano, el aliado de Alemania.

La activa y admirable diplomacia inglesa logró enrolar aún nuevos miembros en la Entente, como Italia —apartandola de la alianza alemana— el Japón, Portugal, Serbia y Montenegro. Habiendo completado el cerco estratégico de Alemania, los diplomáticos británicos esparcidos por todo el mundo, hicieron cuanto estuvo en su mano para provocar a Alemania con objeto de que ésta cometiera un “acto de agresión” calificado. La oportunidad codiciada por Inglaterra se produjo en Julio de 1914, con motivo del asesinato del Principe heredero de la Corona Austríaca, Francisco Fernando. Ninguna persona en su sano juicio, puede aceptar que ese asesinato fué la “razón” o la “causa” de la I Guerra Mundial. Ello fué sólo la excusa para la puesta en marcha del plan británico para aplastar a Alemania. No importa establecer si fué Alemania, o si fué la Rusia Zarista quien movilizó primero a sus tropas, o si fué un ejército o el otro quien primero se internó, en unos centenares de metros, en territorio enemigo. La confusión, intencionadamente creada, por el retraso en las comunicaciones, hizo la guerra inevitable.



No obstante, en el transcurso de los dos primeros años, la suerte de las armas fue totalmente adversa a Inglaterra y sus Aliados, Pero la entrada en guerra de los Estados Unidos como nuevo y decisivo aliado de Inglaterra transformó las victorias alemanas de 1914 hasta 1917 en la ignominiosa derrota de 1918. Es innegable que el Acuerdo de Londres, del que saldría la posterior Declaración Balfour para la creación de un Hogar Nacional Judío en Palestina fué el causante de la entrada de los Estados Unidos en la contienda y la posterior derrota de Alemania.

Los alemanes han estado siempre convencidos de que si los sionistas no hubieran propuesto los Acuerdos de Londres al Gabinete de Guerra Británico, el Gobierno Inglés hubiera aceptado la propuesta alemana de paz y la guerra hubiera terminado en 1916 y no en 1918.

Siempre existieron relaciones sumamente cordiales entre Alemania y la organización mundial sionista, cuya sede central, hasta el año 1915, se hallaba en Berlín. Durante siglos Alemania había sido el refugio de los judíos procedentes de Rusia y Polonia, de donde huían por la frecuencia de los “pogroms” que allí sufrían. El Edicto de Emancipación, dictado en 1812, dió a los judíos la igualdad de los derechos civiles con los alemanes, en la mayor parte de los territorios de la actual Alemania. Ningún otro país, ni siquiera la Francia Republicana, había concedido aún la total igualdad a los judíos. El Edicto de Emancipación atrajo a los judíos a Alemania con preferencia a otros países.

El Kaiser apeló en numerosas ocasiones, entre 1895 y 1915, al Sultán, en favor de los sionistas. Guillermo II deseaba que el Imperio Otomano garantizara una concesión territorial a los sionistas para la creación de un “Estado Judío” en Palestina; incluso se desplazó personalmente a visitar al Sultán con este propósito. Los esfuerzos del Kaiser en pro de la causa sionista continuaron hasta 1916, cuando se produjo el acuerdo de Londres, calificado por un judío norteamericano, Benjamín Freedman, de “puñalada por la espalda”.

La mala disposición del Sultán hacia el proyecto, el hecho de que Alemania ofreciera a Inglaterra una “paz en tablas”, sin cambios territoriales y con retomo a las fronteras de 1914; la situación en que se encontraba Inglaterra, que la obligaría a aceptar cualquier condición a cambio de la ansiada participación norteamericana en la contienda, movieron a los prohombres del Sionismo a proponer su ayuda a la Gran Bretaña.

Numerosos escritores norteamericanos han narrado detalladamente las medidas tomadas por el movimiento sionista para hacer entrar en la guerra a los Estados Unidos. Curioso es el cambio que, en unos meses, se hace dar al Presidente Woodrow Wilson, un auténtico “détraqué” sujeto a deficiencias psico—sexuales. Cuando, al principio de 1916, el Sionismo todavía espera que el Kaiser obtendrá para los judíos el territorio de Palestina y Wilson hace tentativas para obtener la paz (una “pax germanica”) y Londres y Paris ni siquiera se dignan responder a sus propuestas, Wilson exclamará que “ingleses y franceses hacen gala de una exasperante mala fé”. Por otra parte, la Gran Prensa americana cambió bruscamente de orientación a partir del Acuerdo de Londres; la propaganda aliadófila alcanzó grados de delirante apología y las provocaciones antialemanas se multiplicaron al mismo tiempo que se organizaba la masiva ayuda norteamericana a Inglaterra. Finalmente, en Abril de 1917, y tomando como pretexto el hundimiento del transatlántico “Lusitania”, que iba armado y cargado de municiones con destino a Inglaterra, el Gobierno de los Estados Unidos declaró la guerra a Alemania. En realidad, no era más que un burdo pretexto pues, al fin y al cabo, el Lusitania fué hundido en febrero de 1915 y los Estados Unidos declararon la guerra en Abril de 1917, veintiseis meses más tarde.

El pueblo alemán no tuvo conocimiento de esa traición de quien se suponía un viejo y fiel aliado hasta el año 1919, en plena Conferencia de Paz de Versalles —el tratado que los alemanes de todos los matices políticos calificaron “Diktat”— cuando 117 dirigentes sionistas, casi todos ellos nacidos en Alemania u oriundos de la misma, le reclamaron a Inglaterra el pago de su “libra de carne”, es decir, la entrega de Palestina.

Hemos considerado necesario extendernos tal vez excesivamente en los antecedentes históricos que marcan la ruptura de la vieja alianza, al menos en términos de Política entre Alemania y el Movimiento Sionista, y transforman la amistad tradicional en profunda aversión. Dicha aversión iría en aumento a medida que se hacían patentes las duras cláusulas de paz impuestas a Alemania: pérdida de todas sus colonias; incautación de su Marina; amputaciones territoriales en la metrópoli y una tremenda contribución de guerra.

Es evidente que no se podía hacer cargar a los judíos alemanes con las culpas del Movimiento Sionista, a pesar de la representatividad que éste quisiera irrogarse. Pero también es evidente y comprensible que, en la post—guerra, y en la crisis que siguió, se desarrollara en Alemania una corriente anti—judía. Los pueblos se mueven por sentimientos, por corrientes de simpatías y antipatías, y no por silogismos más o menos bien construidos.

Además, ciertos prohombres sionistas, en vez de guardar prudente silencio consideraron necesario estallar una absurda arrogancia. Así, por ejemplo, cuando Lord Melchett (a) Alfred Mond (a) Moritz, judío oriundo de Alemania y presidente del trust “Imperial Chemical Industries” declaró ante el Congreso Sionista, reunido en New York:

“Si yo ós hubiese dicho en 1913 que discutieramos sobre la reconstrucción de un Hogar Nacional Judío en Palestina, me hubieseis tomado por un ocioso soñador; si os hubiese asegurado entonces que el archiduque austríaco seria asesinado y que, de todo lo que se derivaría de tal crimen surgiría la posibilidad, la oportunidad y la ocasión de crear un Hogar Nacional Judío en Palestina me hubierais tomado por loco. ¿Se os ha ocurrido alguna vez pensar cuán extraordinario es que de toda aquella confusión y de toda aquella sangre haya nacido nuestra oportunidad? ¿Creéis de veras que sólo es una casualidad todo esto que nos ha llevado otra vez a Israel?”.

O la frase lapidaria del israelí francés, oriundo de Alemania, Simon Klotz, cuando se discutía la cuantía de la contribución de guerra a imponer a Alemania: “Le boche payera tout” (El alemán lo pagará todo).

Otra causa que contribuyó poderosamente a deteriorar las relaciones entre alemanes y judíos, fué la desproporcionadamente elevada cantidad de hebreos que tomaron parte en las llamadas “revoluciones sociales” que estallaron en Alemania en 1918; revueltas comunistas que minaron la moral del pueblo en momentos críticos de la contienda y contribuyeron a la derrota del país. Judío era el comisario del pueblo Hugo Haase líder de los “socialistas independientes”, así como el abogado Karl Liebknecht y la escritora Rosa Luxemburg, jefes de la “Liga Espartaquista”. Esta liga anunció, el 14 de Diciembre de 1918, que su finalidad era implantación del Comunismo en Alemania.

El Dr. Oskar Khon, Subsecretario de Justicia, recibía dinero del agente soviético Joffe, para la financiación de la revuelta comunista del 9 de Noviembre de 1918. Cuando Joffe, el Embajador soviético, debió abandonar Alemania al haberse descubierto sus actividades, fué sustituido por otro correlegionario suyo, Karl Radek (a) Sobelssohn, a cuyo cargo se encomendó la dirección de la propaganda comunista en Alemania. El punto culminante de la acción bolchevique se alcanzó en Munich. El agitador principal en la capital bávara era otro judio, Kurt Eisner quien, en el verano y el otoño de 1918, cuando el combate en el frente estaba en todo su apogeo, excitó a la huelga de los obreros de las fábricas de armas de Munich, y quien organizó la revolución, instaurando en Baviera un “Tribunal Revolucionario”; Eisner se proclamó Presidente del Consejo de Baviera y en calidad de tal dirigió un llamamiento a todas las regiones de la Confederación Germánica, el 10 de Noviembre de 1918 que, en los Códigos Civiles y militares de cualquier pueblo, seria considerado como alta traición. Secundaban a Eisner, compartiendo con él las tareas de gobierno una serie de literatos judios, tales como Kurt Muhsam, Levine -Nissen, Levien, Gustav Landauer y Ernst Toller. Otro judio, Karl Kaustky, Subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores del Reich, dió la máxima publicidad a todos los documentos que pasaban por sus manos y podian presentar matices más ensombrecedores, debilitando así la posición de Alemania en las negociaciones de paz. Le secundó en ese trabajo el influyente redactor jefe de la “Vossische Zeitung”, su correlegionario Georg Bernhard quien abogó con todas sus fuerzas por la firma del Tratado de Versalles que, desde el punto de vista alemán, representaba un verdadero atropello.

Aún después de firmado el tratado de paz, parece persistir una cierta fraternidad entre derrotismo, comunismo y judaísmo, o, al menos, determinados judíos. El “deus ex machina” de la propaganda comunista en Alemania era el israelí Willy Muenzenberg, millonario propietario de periodicos de gran circulación, como “Illustrierte Arbeiter Zeitung”, “Die Welt am Abend” y “Magazin fur Alle”. El “Socorro Rojo”, otro instrumento comunista bajo capa de beneficiencia social, contaba entre sus fundadores con los judios Arthur Holitscher, Alfons Goldchsmitd, Paul Ostreich, Einstein, Max Harden, Leonhardt Frank y el profesor Elzbacher.

Los comandos de acción —los asesinos— que actuaban por cuenta del Partido Comunista Alemán habían sido fundados y organizados por otro judío, Hans Kippenberger, verdadero causante moral del asesinato de Horst Wessel, considerado por los nacionalsocialistas como su héroe nacional, en cuyo asesinato desempeñó además un importante papel la judía Else Cohn, organizadora del atentado. Estos comandos llevaron a cabo una labor tan eficaz, que los nacionalsocialistas acusaron al Presidente de la Policía de Berlin, Grzesinski, hijo de judío y polaca, de propiciar solapadamente sus actividades. Por otra parte, cuando los miembros de los comandos caían en manos de la Justicia, eran defendidos con notorio éxito por el abogado judio Litten que, convicto de haber tratado de influir en los testigos de sus procesos, fué expulsado del Colegio de Abogados..."
 
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