Desánimo
Sí, quizá estoy pasando una racha susceptible. De todos modos, pensaba seguir escribiendo, sólo que en otros hilos. No me siento con fuerza para abrir uno. Demasiada responsabilidad.
Put3ro. No, no soy de esos. Tengo amigos, bastantes y con una relación muy profunda, estable, sin fisuras. Creo más en la amistad que en la familia, fíjate. Creo en el amor. Es por amor por lo que me he retirado del mundo puteril, aunque lo amo también, lo comprendo porque es mi segunda alma, mi lado oscuro. Pero este mundo nuestro es al menos de dos colores, verde esmeralda metalizado y negro opaco, y yo sólo trato de mostrar lo que para mí ha significado, trato de volcar lo que he vivido.
Cuando lo muestro sórdido es porque así lo he sentido, pero esa sordidez, esa negrura, a mí me ha producido aún más pasión. No es lo que yo rechazo, ni mucho menos, al revés, es lo que más me atrapa en este mundo falso de sonrisas bobaliconas que amparan constantes violencias.
He percibido mucha humanidad en los puticlubs. En los personajes que pasan desapercibidos (el guardacoches, el portero, el quitavasos...), en las mujeres y en algunos de los usuarios con los que me he codeado (con cuyo codo he tropezado). He sido espectador de las más horteras puestas en escena de la seducción. Me he divertido observando, y también me he hastiado, y me he deprimido, y he sido feliz, y me he corrido bien, y me he enamorado, y me he desenamorado, y he sido cabrón, y, bueno, he sido yo.
Cuando escribo sórdido ni me siento infeliz ni deseo producir infelicidad. Para mí, la sordidez es también bella. Y en nuestro mundo de neón es un aliciente más.