¿Feminazismo o Subnorfeminismo?

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Luego que si mucho estereotipo pero ahí la tienes, pelo color pitufo y piercing naricero. Y si mi graduado en google no me engaña eso es un tatuaje de una frase en élfico, el pack completo. :121

Mi prototipo absoluto en gran mayoría de casos.

Viva El Don.
 
ese lavabo lo puedes vender facil por 500 pavos ahora, hay mucho hipster buscando mierda vintage.


por cierto, no se si te has pispado de que eres de color rosa.




.


Rosa porque las quemaduras eran recientes, la foto es de hace dos dias. Luego la piel se empieza a caer y se pone de color caca/negruzco o rojo rollo cereza picota dependiendo la quemadura.
 
No se vayan, hijoputas, que aún hay más... Menudo filón:

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De las tetas de platano no dice nada la jodía.
 
Rosa porque las quemaduras eran recientes, la foto es de hace dos dias. Luego la piel se empieza a caer y se pone de color caca/negruzco o rojo rollo cereza picota dependiendo la quemadura.

ya bueno, lo de las quemaduras del sol, ya, o sea, en mi puta mierda de opinión que no vale ni para tomar por culo, todos tenemos epidermis, no descubres nada que no nos haya jodido la chepa ya, pero el rollo es...
la quemadura ingente del sol, bien, pero el rastrillado ese del antebrazo?

porque el que esta mas cerca de la muñeca, tiene claramente un enganchon.

donde se clava el vertice de la hoja o la punta de la navaja al sajar.
 
No se vayan, hijoputas, que aún hay más... Menudo filón:

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De las tetas de platano no dice nada la jodía.

¿Pero eso son tetas o tumoraciones extrapectorales? :lol:
 
Aparte que no veo la relación entre "aceptarte con tus defectos" e ir enseñándoselos a todo dios por la hinternec :lol:

1544094.jpg
 
Aparte que no veo la relación entre "aceptarte con tus defectos" e ir enseñándoselos a todo dios por la hinternec :lol:

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coño pero eso es cojonudo, no sabes lo que me cuesta a mi convencer a mi parienta de que no se depile, y que no se duche.

edito: y aparte, lo de la tetas platano no es pelo siquiera, que ni se ve, pelo pelo, pero pelo, mi ex, que se dejaba 3 semanas en barbecho y se le ponian las patas como un furby.
 
Última edición:
ya bueno, lo de las quemaduras del sol, ya, o sea, en mi puta mierda de opinión que no vale ni para tomar por culo, todos tenemos epidermis, no descubres nada que no nos haya jodido la chepa ya, pero el rollo es...
la quemadura ingente del sol, bien, pero el rastrillado ese del antebrazo?

porque el que esta mas cerca de la muñeca, tiene claramente un enganchon.

donde se clava el vertice de la hoja o la punta de la navaja al sajar.

No entiendo nada de lo que dices, pero por si acaso:


1zznwp1.jpg
 
Lo que es una pena es que se haya dejado pasar la oportunidad de honrar a LoL publicando en twitah un sinfín de imágenes de micropenes :lol:
 
No entiendo nada de lo que dices, pero por si acaso:


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Ponle una tabla debajo del portátil o algo, que directamente sobre el nórdico chupa mucha mierda y se recalienta y es malisimo. Por cierto bonito gato.
 
Última edición:
Oro puro en barra:

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Hace un cerro de años me follé un auténtico bombonazo con apenas ¿20 años? que tenía los brazos así, pero con los cortes más recientes (y visibles). Menuda puta cabra. Supongo que ya habrá muerto.
 
Siempre me he preguntado porque a las mujeres les gusta llamar tanto la atención.

Lo lógico sería que se clavaran el cuchillo hasta el mango y nos dejaran en paz. Pero no, tienen que darse unos cortecitos leves, hay que llevarlas a urgencias, las curan gastando dinero de la seguridad social que la pagamos entre todos, y nos dan el disgusto de sobrevivir hasta los siguientes cortecitos.

Luego dicen que no encuentran hombres para poder casarse.
 
Hace un cerro de años me follé un auténtico bombonazo con apenas ¿20 años? que tenía los brazos así, pero con los cortes más recientes (y visibles). Menuda puta cabra. Supongo que ya habrá muerto.

Ni de coña, esa estará más sana que todo el Foro junto.

Las que han nacido para dar culo a los demás y quejarse de sus pobres e incomprendidas vidas duran lo que no está escrito... Vamos, es que entierran a generaciones enteras antes de reventar ellas.

Yo también tuve un lío (muy breve) con una de estas hará veintipico años, la última noticia que me llegó es que ahora está al punto del divorcio de un ex pastoso y con tres desechos genéticos.
 


https://curiouscat.me/Atlantis/post/2661665



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https://curiouscat.me/Atlantis/post/2704309



Esos complejos los cura Torbe en un par de sesiones.
 
Los follacabras no van a comer bien comidos, tantos twitters, faces y tonterías, no hay ya nada k hacer, ni los rusos y sus putas no salvan.
 
Querida chica del bañador verde.

QUERIDA CHICA DEL BAÑADOR VERDE:

Soy la mujer que está en la toalla de al lado. La que ha venido con un niño y una niña.

Primero que nada, decirte que estoy pasando un rato muy agradable junto a ti y tu grupo de amigos, en este trocito de tiempo en el que nuestros espacios se rozan y vuestras risas, vuestra conversación ‘transcendental’ y la música de vuestro equipo me invaden el aire.

¿Sabes? He alucinado un poco al darme cuenta de que no sé en qué momento de mi vida he pasado de estar ahí a estar aquí: de ser la chica a ser “la señora de al lado”, de ser la que va con los amigos a ser la que va con los niños.

Pero no te escribo por nada de eso. Te escribo porque me gustaría decirte que me he fijado en ti. Te he visto, y no he podido evitar verte.

Te he visto ser la última en quitarte la ropa.

Te he visto ponerte detrás de todo el grupo, disimuladamente, y quitarte la camiseta cuando creías que nadie te miraba. Pero yo te vi. No te miraba, pero te vi.

Te he visto sentarte en la toalla en una cuidada postura, tapando tu vientre con los brazos.

Te he visto meterte el pelo tras la oreja agachando la cabeza para alcanzarla, quizá por no mover los brazos de su estudiadísima posición casual.

Te he visto ponerte en pie para ir a bañarte y tragar saliva nerviosa por tener que esperar así, de pie, expuesta, a tu amiga, y usar una vez más tus brazos como pareo para taparte: tus estrías, tu flaccidez, tu celulitis.

Te vi agobiada por no poder taparlo todo a la vez mientras te ibas alejando del grupo tan disimuladamente como antes lo hiciste para quitarte la camiseta.

No sé si tenía algo que ver, en tu descontento contigo misma, que la amiga a quien tú esperabas se soltaba su larguísima melena sobre una espalda a la que sólo le faltaban unas alas de Victoria’s Secret. Y mientras tanto tú ahí, mirando al suelo. Buscando un escondite en ti misma, de ti misma.

Y me gustaría poder decirte tantas cosas, querida chica del bañador verde… Puede que porque yo, antes de ser la mujer que viene con los niños, he estado ahí, en tu toalla.

Me gustaría poder decirte que, en realidad, he estado en tu toalla y en la de tu amiga. He sido tú y he sido ella. Y ahora no soy ninguna de las dos –o acaso soy ambas aún- así que, si pudiera dar marcha atrás, elegiría simplemente disfrutar en lugar de preocuparme -o vanagloriarme- por cosas como en cuál de las dos toallas, la suya o la tuya, prefiero estar.

Quisiera poder decirte que he visto que llevas un libro en tu bolsa, y que cualquier vientre que ahora tenga tus dieciséis años perderá, probablemente, su tersura mucho antes de que tú pierdas la cabeza.

Me gustaría poder decirte que tienes una preciosa sonrisa, y que es una pena que estés tan ocupada en ocultarte que no te quede tiempo para sonreír más.

Me gustaría poder decirte que ese cuerpo del que pareces avergonzarte es bello sólo por ser joven. ¡Qué coño! Es bello sólo por estar vivo. Por ser envoltorio y transporte de quien en realidad eres y poder acompañarte en cuanto haces.

Me encantaría decirte que ojalá te vieras con los ojos de una mujer de treinta y pico porque quizás entonces te darías cuenta de lo mucho que mereces ser querida, incluso por ti misma.

Me gustaría poder decirte que la persona que algún día te quiera de verdad no amará a la persona que eres a pesar de tu cuerpo, sino que adorará tu cuerpo: cada curva, cada hoyito, cada línea, cada lunar. Adorará el mapa, único y precioso, que dibuja tu cuerpo y, si no lo hace, si no te ama así, entonces no merece que le ames.

Me gustaría poder decirte que –créeme, créeme, créeme- eres perfecta como eres: sublime en tu imperfección.

Pero, ¿qué te voy a decir yo, si sólo soy la mujer de al lado?

Aunque, ¿sabes qué? Que he venido con mi hija. Es la del bañador rosa, la que juega en el río y se está untando en arena. Hoy sólo le ha preocupado si el agua estaría muy fría.

A ti no te puedo decir nada, querida chica del bañador verde…

Pero todo, TODO, se lo voy a decir a ella.

Y todo, TODO, se lo diré a mi hijo también.

Porque así es como todos merecemos ser queridos.

Y así es como todos deberíamos querer.

__________________________
 
Querida chica del bañador verde.

QUERIDA CHICA DEL BAÑADOR VERDE:

Soy la mujer que está en la toalla de al lado. La que ha venido con un niño y una niña.

Primero que nada, decirte que estoy pasando un rato muy agradable junto a ti y tu grupo de amigos, en este trocito de tiempo en el que nuestros espacios se rozan y vuestras risas, vuestra conversación ‘transcendental’ y la música de vuestro equipo me invaden el aire.

¿Sabes? He alucinado un poco al darme cuenta de que no sé en qué momento de mi vida he pasado de estar ahí a estar aquí: de ser la chica a ser “la señora de al lado”, de ser la que va con los amigos a ser la que va con los niños.

Pero no te escribo por nada de eso. Te escribo porque me gustaría decirte que me he fijado en ti. Te he visto, y no he podido evitar verte.

Te he visto ser la última en quitarte la ropa.

Te he visto ponerte detrás de todo el grupo, disimuladamente, y quitarte la camiseta cuando creías que nadie te miraba. Pero yo te vi. No te miraba, pero te vi.

Te he visto sentarte en la toalla en una cuidada postura, tapando tu vientre con los brazos.

Te he visto meterte el pelo tras la oreja agachando la cabeza para alcanzarla, quizá por no mover los brazos de su estudiadísima posición casual.

Te he visto ponerte en pie para ir a bañarte y tragar saliva nerviosa por tener que esperar así, de pie, expuesta, a tu amiga, y usar una vez más tus brazos como pareo para taparte: tus estrías, tu flaccidez, tu celulitis.

Te vi agobiada por no poder taparlo todo a la vez mientras te ibas alejando del grupo tan disimuladamente como antes lo hiciste para quitarte la camiseta.

No sé si tenía algo que ver, en tu descontento contigo misma, que la amiga a quien tú esperabas se soltaba su larguísima melena sobre una espalda a la que sólo le faltaban unas alas de Victoria’s Secret. Y mientras tanto tú ahí, mirando al suelo. Buscando un escondite en ti misma, de ti misma.

Y me gustaría poder decirte tantas cosas, querida chica del bañador verde… Puede que porque yo, antes de ser la mujer que viene con los niños, he estado ahí, en tu toalla.

Me gustaría poder decirte que, en realidad, he estado en tu toalla y en la de tu amiga. He sido tú y he sido ella. Y ahora no soy ninguna de las dos –o acaso soy ambas aún- así que, si pudiera dar marcha atrás, elegiría simplemente disfrutar en lugar de preocuparme -o vanagloriarme- por cosas como en cuál de las dos toallas, la suya o la tuya, prefiero estar.

Quisiera poder decirte que he visto que llevas un libro en tu bolsa, y que cualquier vientre que ahora tenga tus dieciséis años perderá, probablemente, su tersura mucho antes de que tú pierdas la cabeza.

Me gustaría poder decirte que tienes una preciosa sonrisa, y que es una pena que estés tan ocupada en ocultarte que no te quede tiempo para sonreír más.

Me gustaría poder decirte que ese cuerpo del que pareces avergonzarte es bello sólo por ser joven. ¡Qué coño! Es bello sólo por estar vivo. Por ser envoltorio y transporte de quien en realidad eres y poder acompañarte en cuanto haces.

Me encantaría decirte que ojalá te vieras con los ojos de una mujer de treinta y pico porque quizás entonces te darías cuenta de lo mucho que mereces ser querida, incluso por ti misma.

Me gustaría poder decirte que la persona que algún día te quiera de verdad no amará a la persona que eres a pesar de tu cuerpo, sino que adorará tu cuerpo: cada curva, cada hoyito, cada línea, cada lunar. Adorará el mapa, único y precioso, que dibuja tu cuerpo y, si no lo hace, si no te ama así, entonces no merece que le ames.

Me gustaría poder decirte que –créeme, créeme, créeme- eres perfecta como eres: sublime en tu imperfección.

Pero, ¿qué te voy a decir yo, si sólo soy la mujer de al lado?

Aunque, ¿sabes qué? Que he venido con mi hija. Es la del bañador rosa, la que juega en el río y se está untando en arena. Hoy sólo le ha preocupado si el agua estaría muy fría.

A ti no te puedo decir nada, querida chica del bañador verde…

Pero todo, TODO, se lo voy a decir a ella.

Y todo, TODO, se lo diré a mi hijo también.

Porque así es como todos merecemos ser queridos.

Y así es como todos deberíamos querer.

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¿De quien es el poema? me suena a Rafael Alberti.
 
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