A ver, la sustancia. Y con esto lo voy dejando.
2023 va a ser bastante convulso política y geopolíticamente, sobre todo a partir de marzo con alguna revolución, golpe de estado o movimiento atrevido entre estados. Esto dará algo de susto a mucha gente y habrá un repliegue conservador, pero esta tendencia acabará fulminada a partir de noviembre de 2024. Para entonces todo estará bastante loco. Si los últimos años los ha marcado la saturación de la norma, ahora la tendencia va a ser libertaria: deshacer y cuestionar muchas legislaciones previas, proponer otras que dejen más espacio al individuo. Últimamente todo ha sido depresivo, pesimista; el poder y el dinero se han acumulado en élites y se ha perdido la capilaridad en estos flujos. Todo esto va a ser puesto patas arriba, la cosa va a ser mucho más horizontal y va a llegar la “vidilla” con medidas y tendencias que a muchos os parecerán aberrantes, pero que son imparables. A partir de 2024 y aunque ahora parezca impensable, la economía va a mejorar un montón y para 2025 seguramente se empiecen a implantar cambios bastante disruptivos de distribución de riqueza. La ciencia y la tecnología, que aunque estos años haya seguido avanzando en muchos sectores lo ha hecho de manera continuista y poco imaginativa va a hacer que el mundo sea en pocos años lo que hoy consideramos futurista. Se viene un empujón muy gordo en este sentido.
Y muchas más cosas, pero ya paszzzzzzzzzz
Me recuerda mucho a las predicciones de Aristonidis, sabio del siglo XVI, cuyas profecías siguen dejando en nuestros días estupefactos incluso hasta a los más escépticos. Un par de ejemplos de los certeros pronósticos del aristócrata:
Dos naciones entrarán en guerra, pero sólo una vencerá
Los expertos opinan que se refiere a la guerra ruso-japonesa de 1904-1905... una proeza pasmosa en el campo de la pronosticación, si se considera el hecho de que ésta fue formulada en 1540.
Un líder surgirá en Francia. Será de corta estatura y provocará grandes calamidades.
Esto puede referirse ya sea a Napoleón, ya sea a Marcel Lumet, un enano del siglo XIX que urdió un complot para rociar de salsa bearnesa a Voltaire.
Vamos a ver, colega. Que el 2023 va a ser convulso política y geopolíticamente está más claro que el agua. Movimientos atrevidos entre estados está claro no que van a pasar, sino que van a seguir pasando ¿o es que no los ha habido en este 2022 y de los gordos? Que tiempos convulsos hace que una gente se aferre al pasado y a lo conservador es lo natural y normal, y no puede pasar de otra forma. Que se deshagan y cuestiones legislaciones no es algo que vaya a pasar, es algo que está pasando ya, y para ello no hace falta más que irse a la Carrera de San Jerónimo para ver en directo el cuestionamiento de la legislación primordial de este país, y la inercia es que siga pasando. Lo de cosas "aberrantes", pues bueno, más de lo mismo: ya está pasando y seguirá haciéndolo. Con los cambios disruptivos en la economía tampoco dices una mierda nueva, llevan años produciéndose, así como en la tecnología. La única cosa que has dicho que sí es un ejercicio de adivinación es que la economía va a mejorar un montón (que mejorará es seguro, que sea un montón, no) o lo de la redistribución de la riqueza (porque de hecho se está produciendo una concentración de la misma: los ricos cada vez lo son más y los pobres no hacen sino aumentar en número).
Me parece flipante, pero flipante, que vengas a contarnos toda esta sarta de absolutas obviedades. Para eso no hace falta mirar a estrellas ni pollas en vinagre: con ver la realidad y leer los periódicos, ya se sabe y se ve claro. Nada de todo esto, nada, es novedad ni imprevisible, es como si digo que el año que viene habrá dos equipos que se disputen la liga a cara de perro y negros corriendo por la banda en los principales equipos del continente, y que uno de ellos ganará una cosa llamada Champions League porque marcará más goles en un partido en suelo neutral allá por mayo.
Eso sí, si con discursos como estos follas o causas la admiración de absolutos patanes y retrasados, pues ole tus huevos, pero a quien tenga un mínimo, un mínimo, de ojos en la cara no le puedes convencer de que ves más allá porque esto, todo lo que has dicho, lo ve cualquiera con ojos en la cara.