Estaba yo aburrido por mi casa el otro, y se acercaba la hora del almuerzo. Me acordé de unas papas que me habían traído hacía pocos días del campo. Y pensé en hacerme unas panaderas con cebolla y pimiento. Pero luego recordé una tontería que hizo Arguiñano un día, una especie de rectángulo hueco, el cabrón tenía aparatitos especiales para la tarea, pero yo sólo contaba con cuchillos de andar por casa y tiempo que matar.
Pillé una papa de tamaño considerable y le fuí dando la forma por fuera, pensé hacer sólo uno y con el cuchillo la vacié.
Para ser la primera vez que lo hacía no me quedó muy deforme, pero luego una puta papa me pareció una miseria e hice unas cuentas más.
Y luego las freí